VALENCIA. La cadena de pastelería francesa El Parisien se dispone a dar el salto al negocio de la franquicia. La empresa creada por Philippe Augier, ciudadano británico afincado en Valencia desde 2006, ha comenzado el proceso para convertir en franquicia su marca y dar el salto a otras ciudades españolas como Madrid y Marbella.
En la actualidad, la cadena cuenta con tres establecimientos en propiedad y dos obradores de panadería y confitería en Valencia, destinados a productos tradicionales franceses tanto dulces como salados. Junto a la consultora especializada en franquicia Tormo y Asociados está desarrollando un plan que contempla tanto la contratación de una franquicia convencional como la distribución de corners en cafeterías y otros establecimientos que puedan ser complementarios.
La propuesta se orienta más a la explotación de la carta de productos que a una estética determinada. Según los primeros cálculos, un cumplimiento estricto de las actuales características de los establecimientos El Parisien elevaría el coste a unos 150.000 euros en un formato básico, un precio demasiado elevado para su buen desarrollo en las actuales circunstancias económicas, según Augier.
"De este modo, hemos decidido que se priorice el producto a la decoración", reconoce el propietario de El Parisien. La cuestión es conservar el espíritu de la idea, ofertar productos de la gastronomía francesa con proveedores franceses y con un equipo dirigido o formado por profesionales galos.
TODA LA VIDA EMPRENDIENDO
Augier puso en marcha la empresa al instalarse en Valencia hace seis años y descubrir la práctica inexistencia de este tipo de oferta gastronómica en España. Nacido en el Reino Unido de padre francés y madre italiana, su mujer y él decidieron trasladarse a España para darle una mayor calidad de vida a sus hijos.
A sus 58 años, asegura que toda su carrera ha ejercido de emprendedor. Vinculado desde muy joven al negocio de la importación de frutas y verduras al Reino Unido, en 1993 compró la empresa de salmón ahumado Grivan, fundada en 1925, y que había reflotado como directivo.
Asentada como proveedora de establecimientos hosteleros y hoteleros de lujo, amplió la cartera de productos con acuerdo de otras firmas gourmet de aceite, caviar iraní, charcutería (Sánchez Romero Carvajal), chocolate (Valrhona) o cestas de fruta (Fauchon).
UN PASO ADELANTE
La buena marcha del proyecto le permitió aceptar una importante oferta de compra por parte de la multinacional de gastronomía de alta gama Classic Fine Foods en 2004. Una vez abandonada la empresa, una de sus principales satisfacciones ha sido ver como el plan de negocio que dejó para la compañía ha sido respetado "con muy buenos resultados", destaca.
Con el capital logrado en esta operación, inició el proyecto El Parisien, contando con la colaboración de destacados expertos internacionales en panadería y pastelería gourmet que ya conocía de su etapa en Grivan. Contando con el suministro de materia prima de primera calidad como harina de Orleans, mantequilla de Normandía o cacao de la firma Valrhona, considera que ha llegado la hora de trabajar al máximo nivel otra vez como empresario.
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