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grandes éxitos de la música culta

El Mesías de Händel, el cocktail perfecto para cualquier concierto de Navidad

MANUEL MUÑOZ. 15/12/2012

VALENCIA. Por fortuna cada vez está más extendida entre nosotros la costumbre anglosajona de interpretar el oratorio El Mesías, de Handel, en las fechas navideñas. Y digo por fortuna porque esta gran obra es un prodigio de aciertos en la rica inspiración de las melodías y es muy buena idea tener la oportunidad de escucharla en vivo una vez al año. Su altísima calidad no está reñida con el éxito de público, que está asegurado, pues es uno de los títulos que garantiza el lleno.

Es cierto que el público de la música mal llamada clásica constituye una minoría en el conjunto de la sociedad, y probablemente también entre la parte de esta que acude con regularidad a espectáculos. Pero no es menos cierto que entre esta minoría social aquejada -por así decir- de melomanía hay diversos sectores y preferencias. No todos los géneros o subgéneros musicales gozan de igual predicamento o atractivo entre el público.

Así, la música coral a cappella, es decir, de coros sin acompañamiento, suele atraer a muy poco público. Algo mayor, aunque también minoritario, es el que se siente interesado por la música de cámara: cuartetos, tríos, recitales de piano o de canto y piano tienen un público por lo general muy fiel pero escaso.

Las grandes orquestas

La música sinfónica es el género mayoritario dentro de este sector. Las grandes orquestas atraen, por lo general, multitudinarias audiencias, que suelen llenar las salas de conciertos, especialmente cuando se trata de conjuntos orquestales de gran renombre internacional. Es el caso de las filarmónicas de Berlín, Viena, Israel o Nueva York, o de la Sinfónica de Londres, por poner algunos destacados ejemplos. Además el interés se suele ver acrecentado cuando hay obras concertantes.

Una gran orquesta que interpreta, por ejemplo, el concierto para violín de Beethoven o Brahms con una solista del renombre de Anne Sophie Mutter es un éxito seguro. Como si hablamos de alguno de los conciertos de piano de los citados o de Chaikovski con Daniel Barenboim o Maurizio Pollini como solista.

Ahora bien, dentro de la música sinfónica, cuando a la orquesta se suma un coro y solistas vocales, la atracción de público está asegurada, especialmente cuando se trata de obras muy conocidas, como el Requiem de Verdi, el de Mozart, las Pasiones de Bach, singularmente la según San Mateo, o El Mesías de Händel.

Esta semana tenemos la ocasión de escuchar la Novena Sinfonía de Beethoven, de la que me ocupaba por extenso en mi último artículo, los días 14 y 16 en el Palau de les Arts, y El Mesías el 15 en el Palau de la Música. Este Mesías está a cargo de conjunto francés Ensemble Matheus, que ofrece versiones en la línea historicista, la preferida hoy para hacer repertorio barroco, con el Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana, y los solistas Sandrine Piau, David DQ Lee, Topi Lehtipuu y Christian Senn.

The King's Consort

La Pasión en Semana Santa

Decía que esta costumbre de hacer El Mesías en Navidad está cada vez más arraigada entre nosotros, así como la de ofrecer en Semana Santa o fechas próximas la Pasión Según San Mateo de Joann Sebastian Bach, que también es una obra de calidad extraordinaria y que igualmente viene muy bien tener la oportunidad de escucharla en vivo cada año.

Para este ya está anunciada con fecha del 24 mayo en el Palau de la Música, a cargo de The King's Consort, con Robert King como director. El Palau de la Música ha venido ofreciendo habitualmente estas dos obras en las fechas citadas, y puede que en algún caso la Pasión Según San Mateo haya sido sustituida por la según San Juan, que es la otra de las que escribió Bach que nos ha llegado completa, o por la reconstrucción que hizo Ton Koopman de la de San Marcos.

Hay que tener en cuenta que la vinculación de El Mesías con la Navidad se sustenta únicamente en el nombre de la obra, pues no solo trata del nacimiento de Jesucristo, sino también de la Pasión, muerte y resurrección.

En el Reino Unido no solo se suele hacer el Mesías de Handel por Navidad, sino que además esta obra goza de una veneración unánime y existe la costumbre de ponerse en pie en señal de respeto durante la ejecución del Aleluya, al final de la segunda parte (de las tres que tiene la obra), el fragmento más celebre de la partitura y uno de los más oídos de toda la historia de la música.

Estreno multitudinario en Dublín

Sin embargo la obra fue estrenada, con gran éxito, en Dublín el 13 de abril de 1742, en Pascua, y hay que tener en cuenta que Handel, que escribió una enorme producción de óperas italianas, siguiendo la moda de entonces, empezó a cultivar el Handeloratorio para cubrir una época, la de Pascua, en que no se representaban óperas y también porque el gusto por la ópera italiana había empezado a decaer.

El Mesías (Messiah) fue el sexto de los oratorios que escribió y sin lugar a dudas el más logrado e inspirado. El compositor se entregó con entusiasmo a a la obra y la acabó tras 24 días de trabajar sin interrupción. En cuanto al texto construido sobre textos bíblicos, se sabe que se lo envió el escritor Charles Jennens, aunque se duda de que él fuera el autor.

Pese a que se trata de una obra para ser cantada sin representación, desprende una importante fuerza dramática y una evidente vocación operística que sin duda le confiere uno de sus grandes atractivos. La sala de conciertos que acababa de ser construida en Finshamble Street fue insuficiente para contener el numeroso público que acudió al estreno y que superaba con mucho las 700 personas que abarrotaban la recién construida sala de conciertos de Finshamble Street. Y ello pese a que el Falkner's Journal había advertido que las señoras no se pusiesen miriñaque ni los caballeros portasen espada para que cupieran mejor. Hubo otra representación el 3 de junio, poco antes de que Händel regresase a Londres.

En Londres el éxito fue menor que en Dublín cuando se presentó en marzo de 1743. No obstante, a partir de mayo de 1750 su representación anual se convirtió en una costumbre y se instaló entre las preferencias del público inglés. La última aparición en público de Händel fue con motivo de una interpretación de esta obra el 6 de abril de 1759. Murió ocho días más tarde y fue enterrado en la Abadía de Westminster, donde reposan hoy sus restos, en una ceremonia a la que acudieron unas 3.000 personas.

Handel, nacido en la alemana ciudad de Halle (Sajonia) en 1685 se trasladó a Londres en 1713 y allí vivió hasta su muerte. Adoptó la nacionalidad de su país de adopción y en los últimos años escribió su nombre a la inglesa, George Frederic Handel, en lugar de emplear la ortografía original alemana, Georg Friedrich Händel. Actualmente se tiende a utilizar la variante inglesa, contra lo que era habitual hasta hace unos años.

Ya en tiempos de Handel, El Mesías se interpretó con conjuntos muy variados en su cantidad, aunque la intención inicial del compositor era destinarlo a un grupo reducido, en la línea de lo que es hoy más usual y lejos de las grandes masas que se empleaban en la primera mitad del siglo XX, en la línea de la tradición musical romántica. Hay diferentes versiones de la obra y es de destacar que el propio Mozart hizo una adaptación aumentando las maderas, más al gusto de su época.

Algunas versiones

Las versiones son numerosísimas. Yo citaría, entre las más recientes, la muy interesante de Paul McCreesh con el Gabrieli Consort & Players, con instrumentos originales, que es de 1997 (Archiv Produktion) y la más digamos "tradicional" de Colin Davis con la Sinfónica de Londres y el Coro Tenebrae, de 2007 (LSO).

Una curiosidad es la versión alemana grabada por Karl Richter en 1965 con el Coro y Orquesta Bach de Múnich, un cuarteto encabezado por la espléndida soprano Gundula Janowitz y Maurice André como solista de trompeta (Deutsche Grammophon). En la línea más tradicional de grandes orquestas y coros está la dirigida por Adrian Boult en 1961 a la Sinfónica de Londres y su coro y Joan Sutherland como soprano (Decca).

Entre las versiones en DVD, es muy recomendable la dirigida por Stephen Cleobury al Brandenburg Consort y el Coro del King's College, que ofrece unas imágenes muy bellas de la interpretación en la Iglesia de San Pedro de Leiden, en Holanda. Es de 1993 y está en ArtHaus.

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