VALENCIA. Cerca de un mes estará Riccardo Chailly entre nosotros, a pesar de los rigores y las terribles sombras de amenaza que proyecta la crisis, lo que incluye también la vida musical. Además de la espléndida Bohème de Puccini que ofrece estos días (con la magnífica Musetta de Carmen Romeu, dicho sea de paso), el maestro milanés que fue candidato a sustituir a Lorin Maazel como director musical del Palau de les Arts pero no acabó de cuajar, dará también dos conciertos en Valencia y uno en Alicante (14, 16 y 19 de diciembre) con la Novena Sinfonía de Beethoven.
Se trata de un gran acontecimiento, no solo por la obra en sí, una de las más apreciadas del repertorio y símbolo de fraternidad universal, sino porque será una muestra de la manera de dirigir las sinfonías del compositor de Bonn que tiene Chailly. El titular de la Gewandhaus de Leipzig acaba de lanzar una integral sinfónica de Beethoven con esa orquesta, marcada por el respeto a las anotaciones metronómicas del compositor, en unas versiones, rápidas y de fuertes contrastes.
La Novena Sinfonía de Beethoven va aún más allá del atrevimiento prerromántico de la Tercera, la Quinta, la Sexta y la Séptima, y supone una enorme revolución formal. Es, con mucho, su obra sinfónica más larga, una especie de híbrido entre la sinfonía y el oratorio, y pretende ir más allá de la Tercera al pregonar de forma más expresiva, gracias a la palabra cantada, los ideales de igualdad y fraternidad universal que profesaba Beethoven. La Novena era venerada por Wagner, que la interpretaba siempre en las grandes ocasiones y tiene el genial acierto de las obras que acaban identificándose con la humanidad en su conjunto.
Se trata de una obra que tuvo una larga y compleja gestación. Presenta, ante todo, la gran novedad de incluir la voz humana: coro y cuarteto solista, además de una orquesta. Después de Beethoven hay notables ejemplos de sinfonías con presencia de voz humana, como la Lobgesang (Canto de Alabanza), de Mendelssohn, o las números 2, 3, 4 y 8 de Gustav Mahler.
La Novena se estrenó el 7 de mayo de 1824 en Viena, con el Kärtentortheater (Teatro de la Puerta de Carintia) lleno a rebosar. Durante el Scherzo el público rompió a aplaudir entusiasmado, pues en la época no regía la costumbre actual de esperar a la conclusión de la obra para exteriorizar la aprobación. Beethoven, que vestía un traje de color verde botella, ya que no tenía ninguno negro, estuvo junto a Umlauf, el director, siguiendo la partitura. El compositor, cuya sordera era ya total, no percibía los entusiasmados aplausos cuando la ejecución concluyó y fue Karoline Unger, una de las cantantes, quien lo cogió del brazo y lo hizo girarse para saludar.
Novedad formal y el número maldito
La novedad formal de la Novena fue una especie de referencia para los compositores románticos. Algunos de entre ellos, como Bruckner, adoptaron con frecuencia la colocación del tiempo lento en tercer lugar, como hace Beethoven con el Adagio de su sinfonía coral. Pero también el número nueve entre las obras sinfónicas pareció entrañar una especie de maldición que impedía pasar de esa cantidad en la composición durante el siglo XIX.
Schubert, que murió un año después de Beethoven, se quedó en su Novena (La Grande en do mayor), sin haber concluido la Octava, la famosa Incompleta. Schumann y Brahms no pasaron de cuatro cada uno, Mendelssohn se quedó en cinco, Bruckner dejó inconclusa su Novena y Mahler sí acabó la suya, pero no pasó de acabar un Adagio de la Décima, aunque hoy en día se han grabado reconstrucciones a partir de los esbozos de sus otros movimientos.
En cualquier caso, esta Novena de Beethoven interpretada por Chailly que tendremos ocasión de disfrutar nos brinda la ocasión para recordar que esta sinfonía es una de las obras musicales más grabadas, y también que precisamente la variedad de concepciones de los diversos directores de orquesta permite degustarla con una amplísima variedad de enfoques. Yo quisiera aprovechar estas líneas para recordar (y también recomendar) una serie de grabaciones destacadas de la Novena de Beethoven, con la diversa duración de cada una de ellas, que siempre dice mucho del carácter de la versión.
Más breve que la de Toscanini
Por empezar con las más recientes, la de Chailly con la Orquesta de la Gewanhaus de Leipzig en Decca, grabada en 2008, dura 62.50 minutos. Es más breve incluso que la de Arturo Toscanini con la Orquesta de la NBC, que el propio Chailly cita como una de sus referencias y que solía ajustarse a las indicaciones de tempo de Beethoven. En esta grabación, de RCA en 1952, a Toscanini la obra le dura 64.04.
Probablemente la más reciente es la de Barenboim con la Orquesta East-Western Divan, en Decca como la de Chailly, grabada en 2011 y que dura 71.49, casi diez minutos más que la de Chailly. A diferencia de este, Barenboim opta por tiempos reposados, con un Adagio extremadamente lírico.
No obstante, entre las versiones en disco compacto, como las anteriores, una de las más largas es la dirigida por Celibidache a la Filarmónica de Múnich en 1989, que está en los 77.01 (Emi). En esta línea de tiempos morosos y con una buena dosis de subjetividad en la administración del rubato está la mítica de Furtwängler en 1951, con la Orquesta del Festival de Bayreuth, en el año de la reapertura después de la guerra, que dura 74.23. Se le acerca la de Klemperer con la orquesta Philharmonia en 1958 (71.57). Ambas están en Emi.
Otras versiones más próximas a la línea objetiva de Toscanini y Chailly son dos grandes referencias: la de Karajan con Filarmónica de Berlín y la de Szell con la Orquesta de Cleveland. La primera es de 1962, dura 66.08 y está en Deutsche Grammophon, y la segunda es de 1961, dura 66.35 y está en Sony. Un gran representante de la línea historicista es Harnoncourt, cuya Novena con la Orquesta de Cámara de Europa, en Teldec, dura 66.44.
Tres versiones en DVD
En cuanto a las versiones en DVD, yo citaría tres. Una es la muy emotiva de Leonard Berstein en Berlín en 1989, con motivo de la caída del muro, al frente de una orquesta internacional integrada por músicos de la Staatskapelle de Dresde, la Orquesta del Kirov de Leningrado, la Sinfónica de Londres, la Filarmónica de Nueva York y la Orquesta de París. Está en Euroarts y es con mucho la más larga de las que tengo, con 82.4 minutos de duración. Yo no me la perdería en ningún caso.
Muy interesantes son también la de Karajan de 1977, con la Filarmónica de Berlín (Euroarts, 69.49), y la muy reciente de Thielemann con Filarmónica de Viena, que dura 72.31 y está en C Major. Esta última, como todo el ciclo Beethoven de Thielemann, está también en Blu-Ray e incluye muy interesantes conversaciones del director con el crítico Joachim Kaisersobre las sinfonías.
Riccardo Chailly dirige la Orquestra de la Comunitat y el Cor de la Generalitat en la Novena sinfonía de Beethoven
Riccardo Chailly dirige a los cuerpos estables del Palau de les Arts Reina Sofía, la Orquestra de la Comunitat Valenciana y el Cor de la Generalitat, en la Novena sinfonía de Ludwig van Beethoven.
El maestro milanés, que abre con esta obra la temporada sinfónica del Palau de les Arts, ofrecerá dos conciertos, los días 14 y 16 de diciembre, para presentarse, el día 19, en el Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA).
La soprano alemana Julia Bauer, la mezzosoprano madrileña María José Montiel, el tenor australiano Steve Davislim y el barítono suizo Rudolf Rosen conforman el elenco de voces solistas que interpreta La Novena.
Riccardo Chailly ha editado recientemente una versión discográfica del ciclo completo de las sinfonías de Beethoven, que le ha valido el reconocimiento de la crítica por su "revolucionaria" interpretación de la obra del compositor alemán.
Entre las menciones que ha obtenido por esta grabación destacan el Orphée d'Or Prix Herbert von Karajan, el óscar de la música clásica francesa, o el Editor's Choice de la revista inglesa Gramophone, la publicación de referencia sobre música clásica.
Encuentro Magistral
Riccardo Chailly, además, mantendrá el próximo 14 de diciembre, a las 19.00 h, un encuentro abierto al público en el Aula Magistral del Palau de les Arts Reina Sofía.
El maestro milanés departe sobre Ludwig van Beethoven y su obra en este coloquio previo al concierto que dirigirá ese mismo día.
El Dramaturgo del Palau de les Arts, Justo Romero, modera esta actividad, a la que también están invitados estudiantes de dirección de orquesta de conservatorios de música de la Comunitat Valenciana.
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