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El nuevo conseller se enfrenta a un mandato en el que debe lidiar con los impagos, la profundización en la privatización o la implantación del ‘modelo Alzira'
VALENCIA (X. AGUAR). El nuevo conseller de Sanidad, Manuel Llombart, se enfrenta a varios retos que no han terminado de encontrar solución durante el mandato de Luis Rosado, su predecesor.
Los retrasos en los pagos a las farmacias, la implantación del modelo de gestión que ahonda en la privatización de servicios o la puesta en marcha de hospitales ya construidos, son algunas de las 'patatas calientes' con las que deberá lidiar el conseller.
No lo tendrá fácil. El cierre del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) de 2012 anunciado el martes por el Ministerio de Hacienda deja al Gobierno valenciano a la espera de un ingreso en las próximas semanas necesario para cumplir con pagos comprometidos.
Una inyección económica que se cifraba en al menos 400 millones de euros y que el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, tenía apalabrada con Cristóbal Montoro. Si bien el Consell asegura que Hacienda mantiene el compromiso de, a través de otro mecanismo, aportar el dinero comprometido, el anuncio del cierre del FLA ha causado desasosiego en el Gobierno valenciano.
Y esta situación amenaza con salpicar al conseller de Sanidad, dado que el colectivo de farmacéuticos es uno de los posibles afectados. Si no llega el dinero prometido por Montoro, podría complicar el calendario de pagos que tanto costó cerrar a Rosado y que establece el abono de más de 100 millones de euros a finales de diciembre y otro en enero de en torno a 175 millones de euros.
EL CAMBIO DE MODELO ‘FALLIDO' EN EL QUE ROSADO SE ATASCÓ
El perfil de Manuel Llombart es, según coinciden diversas fuentes del ámbito sanitario, más adecuado que el de Luis Rosado para abordar fuertes reformas en este área. Licenciado en Ciencias Empresariales y con experiencia en sanidad, toma el testigo para afrontar el cambio de modelo basado en una profundización en la colaboración público-privada que se quedó a medias con Rosado al mando.
En el mes de marzo tiene que estar en marcha el nuevo modelo y todavía no han visto la luz los pliegos de condiciones que deben articularlo. De hecho, faltan muchos flecos por aclarar, sobre todo en lo que se refiere a las consultoras que deben supervisar a los grandes centros hospitalarios en la búsqueda de optimizar la gestión.
HOSPITAL DE LLÍRIA Y GANDIA: '¿MODELO ALZIRA?'
Otro de los problemas sobre el tapete que deberá resolver el nuevo gestor es el de los hospitales de Llíria y Gandia, ambos terminados y sin poner en funcionamiento. Se han barajado varias soluciones en los últimos meses, entre ellas, la concesión a un gestor para la aplicación del 'modelo Alzira'.
Grupos como Ribera Salud o la aseguradora Sanitas se mantienen a la expectativa de la posibilidad de negocio abierta con la puesta en marcha de estos hospitales.
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