VALENCIA. La 'bomba' informativa lanzada el pasado viernes por el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, en forma de remodelación del Gobierno valenciano, mantiene en vilo a buena parte del segundo escalón del Ejecutivo.
Este lunes se reflejó la cara más 'amable' de la crisis del Consell: la toma de posesión de los responsables autonómicos y el traspaso de carteras con las fotografías, sonrisas y buenos deseos de rigor. Sin embargo, el 'baile' de competencias anunciado por Alberto Fabra ha abocado a una situación de tensión soterrada en gran parte de los cargos situados a la sombra de los consellers, en especial, en las carteras más afectadas por el rediseño del Ejecutivo.
La publicación este lunes en el DOCV de la estructura del Consell, secretarías autonómicas incluidas, ha dejado paso a las especulaciones sobre el futuro de un buen número de subsecretarios, directores generales, asesores, jefes de gabinete y varios de los propios secretarios autonómicos, que ven cómo su área cambia de cartera o de nombre.
El procedimiento indica que ahora deben redactarse los nuevos Reglamentos Orgánicos y Funcionales (ROB) de las consellerias, en los que se plasmará negro sobre blanco las áreas de actuación que asumirá cada cartera. Fuentes de la Generalitat indicaron a este diario que el próximo viernes pueden empezar a hacerse públicas las diferentes funciones que corresponderán a cada área.
Las citadas fuentes apuntan a que, dentro del marco de austeridad que ha venido aplicando Fabra, habrá un descenso por fusión de direcciones generales. A ello hay que unir la disminución de puestos de confianza derivados de la propia reducción de consellerias. Pero no es lo único que preocupa a los altos cargos. El cambio de responsables autonómicos también puede derivar en relevos en determinados puestos clave: en ello coinciden fuentes del Gobierno valenciano, que aseguran que los nuevos consellers tendrán "vía libre" para confeccionar sus equipos.
EL SEGUNDO ESCALÓN, TODAVÍA POR DEFINIR
La desaparición de dos consellerias y la absorción de la cartera de Agricultura por Presidencia refleja la dificultad de encaje de diversos puestos. Uno de ellos, el de los subsecretarios, un cargo en el que solo existe, al menos habitualmente, un puesto por conselleria. Así pues, la continuidad del hasta ahora subsecretario de Justicia, Carlos Alberto Precioso; la de Turismo, Alida Mas, o la de Agricultura, Amparo Montoro, está en el aire.
El traslado de secretarías autonómicas también puede deparar cambios. Ayer se hizo pública la transferencia de competencias del sector público empresarial de la conselleria de Economía a la de Hacienda. Esta secretaría está ocupada por Bruno Broseta, que se pone a las órdenes del nuevo titular de la cartera, Juan Carlos Moragues.
El titular de Sanidad, Manuel Llombart, tiene a sus órdenes a la secretaria autonómica de la Agencia Valenciana de la Salud, Manuela García, una dirigente próxima al anterior conseller, Luis Rosado. En estos casos, está por ver el deseo de los consellers que entran en el Ejecutivo de revolucionar o no los equipos.
La misma decisión tendrá que tomar Serafín Castellano, conseller de Gobernación y ahora también de Justicia. De esta cartera absorbida le llega otra secretaría autonómica que hasta ahora ostentaba Antonio Gastaldi. Castellano se ha caracterizado siempre por rodearse de cargos de su estricta confianza.
Asunción Sánchez Zaplana, nueva consellera de Bienestar Social, hereda dos secretarías autonómicas: Personal y Dependencia, dirigida por Joaquín Martínez Gómez, y Familia y Solidaridad, por Enrique Navarro, exjefe de gabinete del anterior conseller.
El movimiento de competencias también pone en vilo a la Conselleria de Educación, que absorbe Cultura y Deporte y pierde Empleo. Tendrá dos secretarías autonómicas: Educación y Formación, donde Rafael Carbonell, en el cargo hasta ahora, tiene visos de continuar, y Cultura y Deporte, área heredada que ocupa Rafael Ripoll. Al mismo tiempo, desaparece la secretaría autonómica de Formación y Empleo, que regentaba Santiago Martí, persona de la máxima confianza de la consellera, María José Catalá, que deberá decidir dónde lo reubica.
Solo hay que descender a las direcciones generales para comprobar las dificultades que entraña el rediseño competencial. Por ejemplo, el Servicio Valenciano de Empleo y Formación (Servef) pasará a ser gestionado por la remozada Conselleria de Economía, Industria, Comercio y Empleo. El conseller del área, Máximo Buch, debe asumir si mantiene al director general del ente, Gonzalo Alabau, quien fuera designado por María José Catalá.
ECONOMÍA: NUEVAS SECRETARÍAS AUTONÓMICAS EN 'BLANCO'
Precisamente la conselleria de Economía, al margen del citado trasvase del sector público empresarial a Hacienda, es una de las carteras que experimenta más cambios. La conselleria de Buch tendrá una secretaría autonómica más -tres en total-.
Así, las áreas serán Economía y Empleo; Industria y Energía; y Turismo y Comercio. Para uno de los puestos, parece segura la continuidad del hasta ahora secretario autonómico de Economía, José Monzonís. Los otros dos puestos en ‘blanco' estarán a disposición de Buch para terminar de confeccionar su equipo de lugartenientes.
A ello hay que sumar la transferencia de competencias financieras de Economía a Hacienda. Lo que implicará un cambio de concepto en el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), que pasará a convertirse principalmente en un banco para emprendedores.
Si en este ‘sudoku' de ‘número dos' del Consell habrá dificultades, más aún pueden existir en el dibujo de las direcciones generales, una tarea orgánica que está coordinando el vicepresidente de la Generalitat, José Císcar, según informan dirigentes del Gobierno valenciano. Si finalmente se opta, como apuntan las citadas fuentes, por promover fusiones y recortes de direcciones generales, el objetivo de la austeridad quedará cumplido, dado que se adelgazará el número de altos cargos, algo a lo que habría que sumar el resto del personal de confianza de las consellerias desaparecidas.
La intervención nunca ha sido una secretaría. Tiene el rango de secretaría, pero no es lo mismo.
(Y tres) Sigue sin aclararse la desaparición de la Secretaría Autonómica exDecreto 196/2011 del Interventor General Salvador (de máxima actualidad por el caso Vela-Blasco) ¿Olvido, cese o degradación? ¿Castigo al interventor o necesidad de hacerlo menos visible? Y un problema jurídico: si la Intervención ha desaparecido a fecha de hoy de la estructura orgánica de la Generalidad Valenciana. ¿Quien o quienes están firmando en su nombre? ¿Tiene validez? ¿Se esa aprovechando para "firmar"(sin firmar) "cualquier cosa"?.
Que no, que no. La solución hace mucho tiempo que dejó de ser la renovación de cargos,la foto y el cambio de cromos. Podemos renovar el coche todas la semanas, pero si cuando llegamos a las gasolineras no nos sirven porque no hay combustible vamos a tener que seguir viajando a pie. Eso sí, pagaremos el seguro, la ITV, la revisión y los impuestos del cambio de nombre con el dinero que nos deja Mariano y que hay que devolverle con intereses.Lo que retrasará todavía más el momento en que podamos comprar algo de gasolina.
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