VALENCIA. La industria del automóvil ha sabido aprovechar las posibilidades de la personalización y los acabados a la hora de llegar a distintos públicos con una misma plataforma y distintas marcas, e incluso con un mismo modelo de coche. Pero la simple combinación de telas, colores o equipamiento pronto será cosa del pasado. La ultrapersonalización es una de las tendencias por las que apuesta el sector y para ello ha recurrido a materiales innovadores como el plástico o la nanotecnología.
Actualmente, la industria auxiliar del automóvil ya está trabajando en ello y pronto podremos ver en los concesionarios vehículos cuyos interiores estén impregnados con nuestro aroma favorito listo para ser liberado a nuestro antojo, incluso paneles en puertas y salpicaderos capaces de atrapar los malos olores. Plásticos que, en un momento dado, podrán cambiar su color original para adaptarse a nuestro estado de ánimo o cambien de apariencia según el ángulo de visión. Todos estos extras que suenan a ciencia ficción prometen hacerse realidad muy pronto para formar parte de las opciones a las que podremos acceder cuando compremos nuestro coche.
"Los fabricantes de automóviles saben que en la mayoría de ocasiones, la exclusividad en diseños, colores y formas es garantía de éxito. De hecho, bajo las mismas plataformas, se esconden varios modelos y además numerosas versiones", explica Rosalía Guerra, responsable de automoción de Aimplas, el Instituto Tecnológico del Plástico".
Plástico contra las averías electrónicas
Empresas, universidades y centros tecnológicos están haciendo grandes esfuerzos en el desarrollo de materiales con nuevas funcionalidades que tendrán su aplicación en el sector de la automoción, entre otros. Se trata por ejemplo de materiales plásticos resistentes al fuego o con propiedades conductoras. Gracias a estos últimos se evitará el uso de un elevado porcentaje de materiales metálicos, lo que permitirá, además de una reducción considerable del peso de muchas piezas, disminuir las interferencias y averías relacionadas con la electrónica.
Aimplas ha participado con Faperin y otras empresas del sector en el proyecto Polycond a través del cual, gracias a los nanotubos de carbono, se ha incorporado esta nueva generación de plásticos a piezas como los espejos retrovisores del coche.
Otra tendencia en la industria automotriz es el desarrollo de materiales antimicrobianos, que encuentran su lugar en las partes del vehículo más expuestas al contacto de las personas, así como materiales inteligentes con capacidad de autorreparación. "Hoy en día ya existen materiales que permiten autoreparar pequeños arañazos que se producen en nuestra carrocería y que no suponen roturas estructurales graves. Se trata de materiales capaces de liberar sustancias encapsuladas capaces de "rellenar" las antiestéticas fisuras que tienen lugar a nivel superficial", explica Rosalía Guerra.
Seguros e impecables gracias a la nanotecnología
La nanotecnología se perfila como la otra gran protagonista de los vehículos del futuro. Gracias a ella se están fabricando sensores inteligentes que ubicados en los pedales reducen el tiempo y la distancia de frenado, mientras que en los volantes, los cinturones o los textiles son capaces de detectar cambios en el estado de los elementos y en el propio conductor y activar otros mecanismos de seguridad.
"En 2011 finalizamos el proyecto Nanocit en el que logramos incorporar al pedal de freno de un automóvil una serie de sensores que permiten disminuir la distancia de frenado ya que dichos sensores envían de manera inmediata una señal al resto de mecanismos del vehículo que hacen que el coche se frene, incluso en el caso de que el conductor retire el pie de freno", concluye Guerra.
Aunque por detrás de la seguridad, el coste de mantenimiento de un vehículo en tiempo y dinero suele ser una de las preocupaciones de sus propietarios, por eso la innovación en el sector se encamina al desarrollo de recubrimientos para materiales con funciones autolimpiantes y antirayado. Empresas como Avanzare y Faurecia han apostado por ellos participando en el proyecto europeo Nanoscratch, liderado por Aimplas, que ya ha permitido avanzar en la creación de acabados resistentes al rayado libres de partículas metálicas y por lo tanto reciclables.
El respeto al medio ambiente también ha impulsado una tendencia imparable hacia la reducción del peso de los automóviles y la incorporación de bioplásticos. El objetivo es minimizar el consumo de combustible y por lo tanto las emisiones de CO2 a la atmósfera, concretamente la tasa de contaminación debe disminuir en la mayoría de utilitarios hasta un máximo de 95 gramos por kilómetro recorrido.
Esta tendencia se ha visto reflejada en el proyecto Biocar, en el que, con la colaboración de Aimplas, empresas como GTA Motor, Carparts Design, Piel SA o Alberto Mora Galiana han conseguido resultados positivos en la introducción de biomateriales en partes estructurales del vehículo. Para ello se han utilizado refuerzos de fibras naturales como el cáñamo, kenaf o lino para su aplicación en paneles laterales, techos, maleteros y paneles de separación de compartimentos.
Otros proyectos coordinados por Aimplas como Pegasus, en el que han participado las firmas valencianas Faperin y Acteco, han logrado importantes innovaciones en el proceso tanto de producción como de reciclaje de los vehículos. Así, gracias a la nanotecnología se ha logrado producir piezas coloreadas, de manera que se evita el proceso de pintado. Además, Pegasus ha obtenido también resultados exitosos en el desarrollo de adhesivos reversibles. Gracias a ellos el desmontaje y reciclado del vehículo al final de su vida útil resulta menos costoso y es más fácil cumplir con las exigencias de que los automóviles sean reciclados al menos en un 85%.
Un vehículo conectado con la ciudad
Los constructores automovilísticos están presentando desde hace meses sus apuestas para los próximos años, y en todos los casos se observa una coincidencia: los vehículos de los próximos años estarán comunicados e integrados en la ciudad y en nuestro entorno. Anticipándose a este nuevo escenario son ya diferentes las iniciativas en investigación que a nivel nacional se están llevando a cabo, como la de los centros tecnológicos miembros de Imaut que han iniciado recientemente el proyecto Pay-Per-Use for a Sustainable Intelligent Mobility (PPU-SIM).
El objetivo es dotar al automóvil de las funcionalidades necesarias para permitir el pago de servicios relacionados con la movilidad desde el propio vehículo. Esta función permitirá responder a nuevas situaciones tales como el pago de peaje para el acceso a centros urbanos de vehículos de gran tamaño o de alta tasa de contaminación, así como la localización de puntos de recarga y el pago de la misma desde el propio vehículo eléctrico.
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