-Si las razones por las que vuelve a la política activa son las mismas de hace doce años... estamos ante una mala noticia para el PSPV.
-Pues sí. Tenemos el mismo número de diputados que sacó el partido con mi candidatura en el año 99. En el año 95 el partido pierde las elecciones. Llegan unas primarias que primero perdí y luego supe que las había ganado... pero eso ahora da igual. A 40 o 50 días de las elecciones se marcha el candidato del cartel, Joan Romero. En aquel momento había que montar una candidatura perdedora para salvar los muebles. Tampoco podía el partido entronizar a un desconocido y tenía que ser alguien conocido. Y fui a salvar los muebles...
-¿Se lo ha perdonado ya a Joan Romero?
R-Si por supuesto. No sólo fue una campaña sin estructura, el problema era la situación interna. Aquello fue insoportable. De todas formas sacamos, creo, cinco diputados más. Y es lo que hay ahora. No hemos ganado nada.
-Tengo la sensación de que su decisión está tomada desde el hastío...
-Absolutamente. Imagínese... Estoy dentro intentando apoyar todas las opciones que van saliendo y no avanzamos nada. Y ya cuando estás empujando... imagínese si no sientes hastío viendo un barco que no se mueve nada. Que no sirve para nada.
-Hace doce años, en aquel periodo convulso, usted perdió las primarias, perdió ante Zaplana en las autonómicas y perdió en la pugna por ser secretario general... y ahora vuelve desde una posición económica y personal cómoda. Eso es tenacidad.
-Afición (se ríe). Es afición... y sí, tenacidad.
-Me parece una broma que se diga que el PP está detrás de su candidatura, una broma que no se creen ni en el PP, pero qué respaldo tiene en este momento?
-También se dice que cuento con apoyo desde Madrid. Madrid lo sabe, por supuesto, pero aquí no estamos mirando de reojo a ver lo que dice. En Madrid han sido absolutamente neutrales y, por ello, aceptan mi aspiración.
-En Valencia siguen intactos sus apoyos...
-Diríamos que toda la gente que tenía entonces, excepto dos personas que me parece lógico que sigan con Alarte: Jesús Ros y José María Ángel, que son buenos amigos. Si que he dejado después que las personas que se han sumado lo hagan también sin ningún tipo de coacción. Prácticamente todo el complejo de las personas que teníamos hace 12 años está ahora conmigo.
-Pero eso es, sin ánimo de verlo negativo, volver a lo de siempre....
R.- (Interrumpe) No, no. Lo que pasa es que aquí se había instalado ya lo de siempre y mi vuelta es lo que rompe lo de siempre: el pacto de Lerma y que Alarte se convierta en el segundo Ignasi Pla en manos de Lerma. Eso ha sido lo de siempre. Desde hace 30 años.
-Si gana integrará a personas de la otra candidatura...?
R.- A ver, a ver. (Interrumpe) Yo creo que hay que montar candidaturas para ganar, no para satisfacer necesidades internas del partido. Ya está bien de que esto se convierta en el consuelo para empleos de función pública paralela. Hay que buscar la candidatura de los diputados y diputadas de este partido o de fuera de personas que conecten a la sociedad. No para satisfacer los problemas de empleo. Para eso está el Inem. Es que ya está bien. Los que hemos salido del partido nos hemos buscado trabajo y hemos trabajado. Con el partido hay que ser generosos. No vivir de él, ni servirse de él, hay que aportarle cosas.
-De alguna forma está diciendo que la otra candidatura está haciendo eso...
-Yo no he dicho eso.
-De sus palabras se desprende que no pretende ganar simplemente la candidatura para las elecciones, sino más bien una reestructuración del partido.
-Ahora nos toca esto. Cada cosa a su tiempo. No hagamos el cuento de la lechera...
-Si, pero lo que usted está planteando va más allá...
- Lo que estoy planteando es que el partido debe ser un instrumento de la sociedad y lo ideal, además, es que los ciudadanos pudieran participar en decisiones del partido, tanto en programas como en personas. Las personas son un aspecto muy importante. Puedes tener proyectos buenos pero si no hay buenas personas fracasas. Antes se decía que lo que importa es el proyecto, pero las personas, ahora, también.
-Y si no gana, aceptaría un puesto en la candidatura de Alarte...
-Eso me lo tienen que ofrecer primero, usted no me lo puede ofrecer...
-Bueno. Ya sabe que se hacen estas operaciones también para negociar nombres en las listas...
-Mi aspiración no está en buscar empleo en el partido. No busco un acta por sí misma. Mi objetivo es ganar al Partido Popular.
-¿El Consell de Camps lo hace mal por...?
-El Consell lo hace mal porque no hace nada, está parado. Es la inactividad absoluta. No sé si lo hace mal. Esta parado. Se agotó su tiempo. Es puramente representativo. No existe.
-¿Alarte lo hace mal por...?
-(Le divierte la pregunta por la respuesta que le nace espontánea) Por algo parecido pero desde la oposición. En ese sentido hay un tandem muy bien conformado en este momento. Es decir un Consell inactivo que tiene una oposición también inactiva.
-¿Qué es lo que más le preocupa?
-(No lo piensa) El empleo. El empleo me tiene francamente obsesionado. Destruir empleo es fácil. Crear empleo es muy complejo. Me ha costado una empresa de 100 trabajadores casi diez años de consolidar. Se debe crear desde la estructura privada, no desde la pública. En la pública no está el empleo. Está la necesidad de crear servicios determinados. Las pymes, la iniciativa requiere de empresarios, de gente que quiera arriesgar, de trabajadores que quieran apoyar. El empleo es el soporte del estado de bienestar social.
-¿Seguiría con la política más llamativa del Consell de Camps como los grandes eventos?
-(Interrumpe) No, no. Sin entrar ahora con el bisturí quiero dar el marco general de mis planteamientos económicos. El presupuesto de una administración tiene que ser real. Presuponer lo que vamos a recaudar es el presupuesto en base a una economía del sector privado y ahí entran todos los trabajadores con el 37 % del IRPF y toda la SS. Y todos los contribuyentes entramos ahí. Y con eso prevemos un volumen de ingresos en función de la actividad. Si ya tus reservas se agotaron está claro que en todo el conjunto del Estado hay que reducir gasto y hay que ver dónde puedes reducir.
-Parece que ya se ha reducido bastante...
-Hay gasto superfluo en el que no se ha entrado. Superfluo es aquel que es manifiestamente innecesario. Por ejemplo que cuatro funcionarios hagan el trabajo de uno. Habría muchos costes a recortar en estructuras rayanas al lujo para funciones que pueden hacerse en un polígono industrial. No sé por qué toda la administración tiene que estar en instalaciones de lujo con grandes costes. Hay un buen tajo que pegar ahí. Cuidando también el empleo que se podría destruir y mirando cómo se reequilibra. Yo creo que ahí hay como un 30% de lo que sería funcionalidad operativa y se requerirían varios años para poder equilibrarlo.
-¿Está hablando de reducir puestos de funcionarios?
-Estoy hablando de congelar oferta pública de empleo y redistribuir los funcionarios adecuadamente en otros servicios que no existen y que habría que mantener con los excedentes. No hablo de despedir a los funcionarios. Estoy hablando de reequilibrio. Y luego están otros gastos administrativos como diputaciones y otras instituciones que están fuera de lugar que ya la Constitución sobrepasó todo aquello.
Y hay otra cosa más importante. Hay que crear la agencia de control de la eficiencia del gasto. Igual que tenemos los indicadores que nos miden los incrementos de precios del consumo, se debería objetivar el empleo de los impuestos.
-Otra institución más...
-Pero claro no se trata de crear algo hoy que mañana venga otro político y lo cambie. Con la Agencia de Control de la Eficencia cada año el político y la institución tendrían que presentar el balance de gestión con arreglo a esos indicadores y que la agencia califique entonces la eficacia de la gestión de ese gasto. Todos hablan de gastar bien el presupuesto público porque es el dinero de todos los demás. Pero una cosa es decirlo y otra hacerlo. Tan insolidario es no pagar impuestos como malgastar los impuestos.
-Camps ha hecho de la confrontación con el Gobierno su más significativa bandera, ¿usted lo haría en caso de ganar las elecciones.?
R.- Yo lo tengo fácil. Mi planteamiento sería de solidaridad absoluta con los ciudadanos. Entiendo que el déficit público es desde el primer ministerio hasta la última pedanía de un ayuntamiento. Mi concepto sería de solidaridad con el Estado en su conjunto, nada de "jugar a la capelleta". La gobernabilidad de este país pasa por que los consejos interterritoriales y sectoriales de los ministerios... funcionen. Porque este es un país que requiere ya de la cooperación para gobernar. Si tenemos una fiscalidad conjunta y unas autonomías que a veces su comportamiento raya la del adolescente: autonomía para gastar pero no para ganar. Si hay una agencia que mide la eficiencia del gasto, va a ser menos preocupante para el conjunto de ciudadanos el que este se lleva más o este se lleva menos. No admito aquello de que si yo aporto más al PIB, para mí más dinero. Es como si los que viven en La Castellana quisieran macetas de plata porque pagan más dinero. Habría confrontación si entendiera que lesionan los intereses que yo represento de forma arbitraría.
-Otro estilo de presidente autonómico ha sido la reivindicación que marcó José Bono incluso frente al gobierno socialista, aunque ya sabe que lo normal es que se sientan deudores del secretario general...
-Si, si aquello de la dependencia de las listas. ¿Qué quiere que le diga? Si yo soy así, cómo voy a depender. Usted ya me conoce...
La entrevista deja sin responder dos preguntas capitales. Para qué y por qué Asunción, comodamente insalado fuera de la vida política durante la última década, toma la decisión de ridiculizar a Alarte y su reparto de puestos con Puig. Porque lo obvio es que con el sistema de blindaje que el PSOE ha establecido no va a conseguir los avales para ser candidato en las primarias. Por tanto, su presencia mediática como tal es flor de unos días. ¿y después? Mientras no se responda, o él mismo responda, a las dos cuestiones, se podrá uno alegrar de que se muevan y aireen las putrefactas aguas de la ciénaga socialista o se podrá uno irritar con la decisión, frívola políticamente pensarán los que viven de la política, de un empresario al que el PSPV -no digamos ya los ciudadanos sobre los que no ha dicho palabra en años-, le importa menos que la cuenta de resultados de sus empresas ( a su trayectoria me remito). Pero no habrá manera de entender nada ni de que su actitud inspire confianza. Y quizá, es sólo una posibilidad, en la cuenta de resultados menos boyante de sus empesas piscícolas y en el descenso de sus ingresos por sus gestiones de intermediación radique la respuesta de su vuelta a la primera página de los medios. En todo caso, para muchos que no nos fiamos un pelo de este empesario, que algo se mueva en la petrificada política valenciana es mucho. Aunque no sirva más que para que algunos despierten por un par de semanas.
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