VALENCIA (J. C.). La sede central del Grupo Aguas de Valencia amaneció este lunes con las puertas cerradas a cal y canto. El señorial chaflán de la Gran Vía Marqués del Turia con la calle Félix Pizcueta, acceso principal a las oficinas de la compañía, ha iniciado un proceso de reforma que lo mantendrá cerrado a la actividad durante un largo periodo de tiempo. Unos ocho meses, según fuentes de la empresa.
La dirección de AVSA ha decidido emprender una reforma integral de su sede para dotarla de mayor funcionalidad. El inmueble, que ocupa el número 19 de la Gran Vía, tiene una alta protección por su interés arquitectónico, como ocurre con muchos edificios de la zona de L'Eixample, donde está ubicado. Las obras respetarán la fachada y los elementos internos a los que le obliga la ley pero acabará con una estructura interior poco apropiada para el trabajo administrativo que allí se desarrolla.
La sede de AVSA tiene cinco plantas, una de las cuales, la cuarta, estaba ocupada por una vecina que tenía su vivienda particular en régimen de alquiler con renta antigua hasta hace poco más de un año, lo que había paralizado intentos previos de modernizar las instalaciones.
Los empleados que desarrollaban su trabajo en la sede central han sido trasladados a distintos centros de la compañía distribuidos por la ciudad, especialmente en la sede de Egevasa, junto a la antigua estación del Pont de Fusta, y en el polígono de Vara de Quart, ddon de está el centro operativo de AVSA.
Por lo que respecta al equipo directivo, incluído el despacho del presidente de la empresa Eugenio Calabuig, se ha ubicado de forma temporal y mientras duran las obras en unas oficinas alquiladas en la propia Gran Vía Marqués del Turia, casi enfrente del edificio que ahora se está reformando.
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