María Antonia García (Valencia, 1957), es la única mujer candidata en las próximas elecciones al Rectorado de la Universitat de València. Consciente de los cambios que debe introducir la institución, García se decanta por las nevas tecnologías y la internacionalización de la Universitat. "Queda mucho por hacer", asegura.

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Además de 24 años de investigación y docencia, García ha participado, entre otros proyectos, en la comisión encargada de elaborar el Libro Blanco para la Reforma Contable en España del Ministerio de Economía y Hacienda (2001-2002). Vinculada con los cambios en el sistema universitario español en el proceso de Bolonia, ha sido miembro de la Comisión de Renovación de las Metodologías Educativas en la Universidad (2004 - 2008) y de la Comisión de Expertos encargada de los nuevos títulos universitarios en España (2004 a 2006) del Ministerio de Educación y Ciencia. Por otra parte, García ha participado en la gestión de diferentes sectores de la Universidad de Valencia, así como en proyectos y publicaciones internacionales.

-La economía española carece de competitividad y productividad ¿Tienen el mismo problema las universidades españolas? ¿Y la Universitat de València?
-Hace muchos años que las universidades españolas están aplicando criterios competitivos y referentes de calidad en su funcionamiento. La comparación internacional es obligada e incluso los funcionarios docentes percibimos nuestro salario en función de nuestra productividad docente e investigadora. Dicho esto, es verdad que en la nueva etapa de la universidad española su financiación estará ligada al cumplimiento de objetivos y a la consecución de unos estándares de calidad.

-¿Considera que la Universitat responde a las necesidades del mundo de la empresa? ¿Cómo mejoraría esa relación?
-La Universitat proporciona una formación de calidad que se traduce en una tasa de empleo de los universitarios muy superior a la de los jóvenes con menor cualificación. No obstante, es necesario un trabajo conjunto de las universidades y el mundo empresarial para adecuar la formación de los universitarios a las necesidades cambiantes de las empresas. Conviene resaltar que la investigación básica es fundamental para el cambio del modelo productivo y el progreso científico del país y deben ser fomentados desde la universidad y apoyados por la industria. Del mismo modo, nuestra universidad no puede dejar de lado la formación humanística y la atención a los valores éticos y culturales, como pilares de civilización y convivencia social.

-¿Está de acuerdo con la jubilación a los 67 años que propone el Gobierno?
-Estoy de acuerdo con que es un tema de gran calado sobre el que tiene que alcanzarse un amplio consenso entre los distintos agentes sociales y políticos del país.

-¿Y con la supresión del actual sistema de jubilación de los catedráticos, que les permite mantener íntegro su sueldo desde los 60 a los 70 años?
-Los profesores se jubilan con una pensión muy inferior al sueldo que perciben en activo, que en muchos casos se reduce a la mitad. Otra cosa son las jubilaciones incentivadas, similares a las aplicadas en otros sectores para fomentar un rejuvenecimiento de las plantillas y asegurar una continuidad en la tareas universitarias. En los años setenta del siglo pasado se produjo una proliferación de nuevas universidades que originó la incorporación masiva de un profesorado que ahora da lugar a una media de edad muy elevada. Éste es el problema. La manera de abordarlo será solidaria con los planteamiento generales de la jubilación del resto de los trabajadores españoles, no lo dude.

-¿Qué modelo de financiación permitiría la estabilidad de la Universitat? ¿Cree que debe asumir criterios de gestión privada?
-El modelo debe responder a una planificación a medio y largo plazo, con criterios claros y estables de manera que no se produzcan los agobios financieros y los sobresaltos que venimos viviendo en los últimos tiempos. Número de alumnos y titulaciones, sí, pero también resultados, en materia de formación y empleabilidad de los graduados y en materia de investigación. En cuanto a los criterios de gestión privada, la universidad los viene aplicando desde hace años, muy por delante de las administraciones públicas y de muchas empresas privadas. Si lo que me pregunta es si queda camino por recorrer en materia de planificación y control de gestión, de reducción de costes y búsqueda de la calidad y aplicación generalizada del benchmarking académico le diré que sí, rotundamente sí, queda mucho por hacer, muchos objetivos a cubrir y ello sin duda ha de ser un objetivo prioritario del nuevo equipo de gobierno de nuestra universidad

-¿Qué cambios introduciría para darle mayor visibilidad internacional a la Universitat de València?
-Nuestro programa contempla múltiples iniciativas de entre las que destacaría nuestro programa de intercambios, el programa profesores visitantes y la potenciación de la movilidad de los estudiantes. Sin embargo, hay varios retos que debemos abordar, como la visibilidad en las redes. La Universitat sólo está en Facebook de manera testimonial, tenemos poco más que una agenda. Por tanto debemos poner en el mundo nuestra oferta, nuestros valores. Y además, debemos consolidar nuestra actividad docente e investigadora. Recuerde, piense en global, actúe en local.

-¿Cómo mejoraría el papel de los estudiantes en la Universidad?
-Los estudiantes son nuestro objetivo principal, la Universitat existe por ellos. Queremos estudiantes ilusionados, motivados y participativos. Por eso hemos previsto un plan de participación. No obstante, y sobre todo, deben recibir una docencia de calidad, deben disponer de espacios de convivencia, deben disponer de un servicio de asesoramiento integral que les ayude académica, sociolaboral y psicológicamente. Debemos acompañar al estudiante en todo momento, facilitarle orientación vocacional, seguirle cuando acaba sus estudios. Y déjeme señalarles algo esencial. Debemos acabar con el paternalismo, en la Universitat de Bolonia 2.0, en la Universitat de las competencias y las capacidades reivindicamos un estudiante adulto y participativo.

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