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VALENCIA. Caja Madrid se disolverá sin que Rodrigo Rato haya convocado la asamblea general desde que el Banco de España intervineiera Bankia antes del pasado verano, le forzase a dimitir y nacionalizara la entidad dejando a la caja sin su patrimonio. De ese modo, Rato pasa de largo por Caja Madrid sin dar cuentas a la Asamblea de su gestión durante el último ejercicio ni responder a sus preguntas.

La reforma del Real Decreto Ley sobre el régimen jurídico de las cajas de ahorro tendrá un efecto directo sobre Caja Madrid, entidad que aún no tiene en marcha el proceso de conversión en fundación de carácter especial pese a que, como Bancaja, desde el 27 de junio incurre en las condiciones que marca la legislación para dejar de ser una caja. En el trámite parlamentario de reforma de la Ley se ha introducido el plazo máximo de tiempo en que una caja de ahorros puede estar en esta situación sin proceder a la conversión.

Este límite no existía en el Real Decreto original, de noviembre de 2010. Cuando empezó a debatirse su reforma en el Congreso se fijó incialmente un plazo de seis meses, transcurridos los cuales, se disolvía automáticamente la caja. Sin embargo, a última hora se enmendó ese plazo -según las fuentes consultadas a propuesta del Grupo Popular que tiene mayoría absoluta- se redujo ese plazo de seis meses a cinco.

Este cambio supone, por tanto, que el 27 de noviembre vence el plazo para las cajas que formaron Bankia con lo que su margen de reacción es prácticamente nulo. Fuentes financieras consultadas por ValenciaPlaza.com no dudan en vincular este adelanto a la situación de Caja Madrid.

De entrar en vigor el cambio legislativo a mediados de mes, tal y como está previsto, la entidad madrileña se disolverá automáticamente antes de diciembre, cesando todos sus órganos de Gobierno y evitando que Rodrigo Rato tenga que rendir cuentas a la asamblea. De hecho, Rato no ha convocado al máximo órgano de la caja en los últimos meses, ni tan solo para aprobar las cuentas.

De haberse mantenido los seis meses iniciales a la caja aún le quedaba tiempo para dirigir una conversión que, obligatoriamente y dado que supone su disolución, debe aprobarse en una asamblea.  

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