VALENCIA (VP). Los bonos valencianos para inversores minoristas ya tienen fecha de caducidad: el 20 de diciembre de 2013. Ese día vencerán 163,280 millones de euros de los conocidos como 'bonos patrióticos', procedentes de una emisión a dos años realizada en diciembre de 2011.
Será el fin de estos activos de ahorro e inversión para pequeños particulares, tal y como lo anunció públicamente ayer el conseller de Economía Máximo Buch en su comparecencia ante la prensa tras la habitual reunión del Consell de los viernes.
Unos bonos que en los últimos meses se han convertido en un serio quebradero de cabeza para el Gobierno presidido por Alberto Fabra ante la falta de liquidez. Una circunstancia sin duda acrecentada por el cierre total de los mercados mayoristas de deuda para la Generalitat Valenciana (GenVal).
'RESPIRACIÓN ASISTIDA'
Tal y como ha sucedido con la mayoría de las CC AA, salvo Cataluña que colocó en mayo pasado su última hornada de 'bonos patrióticos' donde logró vender 2.307 millones de euros en los dos plazos emitidos, es decir, a 1 y 2 años.
Pero en el caso de la GenVal la situación dio un giro de 180 grados en la emisión de diciembre pasado, cuando tuvo que ser 'asistida' para colocar a trancas y barrancas su segunda remesa de estos bonos para minoristas en lo que fue una amarga lección. Todo ello no pasó desapercibido para Moody's y S&P -Fitch no califica a la GenVal-, que no tardaron en castigar el fracaso de esa emisión y relegaron el rating de la Comunitat Valenciana al temido 'bono basura'.
Un grado de inversión al que han llevado estas calificadoras -junto a Fitch- a buena parte de la deuda de los gobiernos regionales, lo que les ha hecho replantearse el lanzarse a emitir/renovar bonos autonómicos. Y todavía más teniendo en cuenta que este tipo de activos no está cubierto por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), lo que no ha pasado desapercibido entre los pequeños ahorradores.
Además, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha venido recibiendo en los últimos tiempos consultas sobre inversores de 'bonos patrióticos' a los que ha recordado que no son de su competencia.
LA CNMV SE LAVÓ LAS MANOS
El supervisor dejó claro ya en su memoria anual de 2010 que las CC AA que emiten esa deuda negociable no tienen la obligación de registrar un folleto ni de contar con su autorización.
Por si fuera poco, el recrudecimiento de la 'guerra del pasivo' y la proliferación hasta hace unos meses de los pagarés de empresa, con tipos más atractivos que los bonos autonómicos -incluso las Letras del Tesoro llegaron a ofrecer más interés-, ha terminado arrinconándolos al mercado secundario de deuda donde se han llegado a pagar tipos por encima del 20%, es decir, cuatro veces más de lo que se pagaban por acudir a las emisiones y encima la negociación era -y es- poco menos que irrisoria.
Así se explica las serias dificultades que han tenido todos aquellos tenedores de esta deuda autonómica que querían recuperar anticipadamente su inversión y que han tenido que aguantar hasta el vencimiento porque las pérdidas de vender antes eran más que cuantiosas.
A la GenVal sólo le quedan tres vencimientos de este tipo de deuda minorista de aquí hasta el 27 de mayo del próximo año, que suman un total de 1.308,16 millones de euros. El próximo 21 de diciembre le expiran 894,886 millones procedentes de la segunda hornada de diciembre pasado, por la que pagó un interés del 5%.
DE SALVAVIDAS A FRACASO
Los dos siguientes tendrán lugar el año que viene: el 27 de mayo le vencen 250 millones de la tercera -y última remesa- realizada por la GenVal en mayo de 2011 y por la que pagó en el tramo a dos años un 4,75%.
Por su parte, el 20 de diciembre de 2012 expiran 163,28 millones del vencimiento también a dos años emitido en diciembre pasado poniendo sobre la mesa un tipo del 5,50%, el más elevado que ha pagado el Gobierno valenciano por su deuda para minoristas de las tres operaciones realizadas desde diciembre de 2010.
Precisamente aquella fue la mejor -con diferencia-, algo lógico teniendo en cuenta que las condiciones del mercado eran bastante más favorables. De hecho la GenVal tuvo que ampliar en 500 millones más los 1.000 millones de euros iniciales de los primeros 'bonos patrióticos' valencianos, cuyo interés fue del 4,75% a un plazo de doce meses.
La Caixa, que ha coordinado las tres remesas de bonos autonómicos -diciembre de 2010, diciembre de 2011, mayo de 2011 y diciembre de 2011-, se adjudicó entonces uno de cada tres bonos tras el prorrateo de rigor.
JUGOSAS COMISIONES
Así se explica que la entidad catalana haya sido la que más ha 'rascado' por comisiones llegaron a superar el 8% y no sólo en las emisiones valencianas sino en las acometidas por buena parte de las CC AA españolas.
A saber: Madrid, Andalucía, Baleares, Canarias, Cataluña, Extremadura, Aragón, Galicia, Navarra y Castilla León. Habrá que esperar si los responsables de estas autonomías deciden también amortizar las emisiones que todavía tienen pendientes. Las mismas que les hicieron obtener en sus primeros momentos buena parte de la tan necesitada liquidez para sus arcas, pero que al final se han convertido en un auténtico quebradero de cabeza para poder atender los vencimientos.
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