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LA OPINIÓN PUBLICADA

Rajoy, tras los pasos de Papandreu

GUILLERMO LÓPEZ GARCÍA (*). 14/10/2012

VALENCIA Hace unos meses (11/03/2012) publiqué en Valencia Plaza un artículo, titulado ¿Hará Rajoy ‘un Papandreu'?, en el que se planteaba exactamente esa cuestión: si el presidente del Gobierno español discurriría por la misma senda por la que había transitado el exprimer ministro griego Georgios Papandreu, y que había llevado su partido, el Pasok, en sólo tres años, a pasar del 44% al 13% de los votos. Es decir, de gobernar con mayoría absoluta a la oposición, y actualmente a una posición secundaria en el Gobierno de coalición griego.

En aquel momento, el PP apenas había experimentado desgaste electoral. Aún no se habían celebrado las Elecciones Andaluzas (monumental fracaso del PP), ni se habían sucedido las reformas y recortes aplicados con nocturnidad y alevosía, ni el rescate bancario, ni la sensación de descontrol que actualmente, y desde hace meses, emana del Ejecutivo... En apenas siete meses han pasado muchas cosas, casi todas malas para el PP.

EL SUELO ELECTORAL DEL PP ES SÓLIDO PERO NO INDESTRUCTIBLE
 
El comportamiento electoral del PP en sucesivos procesos electorales, desde que en 1996 Aznar lograse por fin vencer a González, destaca sobre todo por su estabilidad. Los resultados electorales del PP han oscilado entre los 148 escaños de 1993 y los 186 de 2011. Lo cual, traducido en porcentaje de voto, nos muestra una oscilación de apenas siete puntos, entre el 37,7% obtenido en 2004 y el 44,6% de 2011.
 
Si observamos los resultados en votos, la oscilación parece incluso menor (un millón de votos), dada la tendencia del PP a obtener mejores resultados en comicios con una baja participación, como los de 2000 y 2011, en los que consiguió sus dos mayorías absolutas con una participación cercana al 69% del electorado. Es decir: el electorado del PP resulta extraordinariamente fiel y tiende a votar siempre, con independencia del clima electoral. Por contraste con un electorado socialista más susceptible de ir a votar o quedarse en casa en virtud de cómo perciba las elecciones: si considera que son decisivas, irá a votar; si no, muchos no irán, contribuyendo con ello a afianzar la victoria del PP, cuyos votantes, dice este mantra básico del comportamiento electoral español, siempre votan, llueva o truene.
 
Georgios PapandreuA lo largo de los años, esta solidez del "suelo" electoral del PP ha llegado a adquirir caracteres míticos: pase lo que pase, el votante del PP siempre seguirá votando al PP, dicen muchos analistas políticos e incluso especialistas en sondeos. Sin embargo, esta visión de las cosas adolece de importantes deficiencias. Por un lado, y por supuesto, ignora que el desgaste electoral, aunque sea pequeño, sí puede producirse (un millón de votos menos es una pérdida significativa, que supuso, de hecho, perder el Gobierno en 2004). Pero, sobre todo, ignora que este comportamiento electoral del PP se ha basado, hasta la fecha, en la preservación de la que es la gran carta de presentación de este partido y que motivó sus victorias de 2000 y 2011, así como su relativa solidez en 2004 y 2008: la idea de que el PP es eficaz y gestiona bien la economía. No sólo eso: que lo hace mejor que el PSOE.

La gestión del PP en el Gobierno siempre se ha dado, hasta la fecha, en una situación de crecimiento económico (durante los años de Aznar); en la oposición, el PP ha visto cómo la crisis pulverizaba a Rodríguez Zapatero y ponía en sus manos una mayoría absoluta clara, pero en modo alguno incondicional. Bien al contrario, la mayoría absoluta vino de la mano, desde el principio, de la idea de que "el PP arreglará el desastre económico de Zapatero".

Como cualquier partido de masas, el PP capta votantes en estratos muy diversos, y por razones variadas: no es verdad que el PP sea un partido monolítico, al menos en lo que respecta a sus votantes. Y por esa razón creo que, contrariamente a lo que indiqué en su momento, tal vez Rajoy pueda acabar haciendo un Papandreu. Porque la solidez del "suelo" electoral del PP dependía, y depende, de lograr mantener a sus votantes que votan por razones pragmáticas relacionadas con la economía: porque creen que a ellos, con el PP, les va bien, incluso aunque no les entusiasme votar por este partido.

Y es esta idea, precisamente, la que se está resquebrajando a marchas forzadas entre la ciudadanía: la de que el PP gestiona bien, y sobre todo gestiona bien la economía. El PP como partido del empleo y del déficit cero. Un partido que centró su campaña electoral en 2011 en hablar de empleo y en asegurar, en los propios vídeos electorales, que "lo hicimos una vez y podemos volver a hacerlo", en referencia a la creación de puestos de trabajo y el crecimiento económico.

A la vista está que, al menos en su primer año, el PP no está logrando, ni por aproximación, mejorar la situación de la economía, ni mucho menos crear empleo. Y no parece que las cosas vayan a mejorar rápidamente, dadas las negativas previsiones para 2013. En apenas unos meses el desgaste electoral, como indican la mayoría de las encuestas, oscila entre los diez y los quince puntos respecto de las elecciones de 2011 (del 44% al 29% de los votos). Probablemente el 29% constituya el suelo electoral del PP... A menos que la economía se siga deteriorando.

Como puede verse, en este estado de las cosas, lo que suceda en Galicia es, nuevamente, crucial. Conservar el poder en Galicia permitiría tranquilizar un poco los ánimos y las dudas respecto del liderazgo de Rajoy (sobre todo, dentro del PP). En cambio, una derrota podría dirigirnos, a marchas forzadas, hacia la reproducción del "caso Papandreu".

MENOS PP... Y MENOS PSOE

Las encuestas no sólo muestran la caída del PP. Muestran también una caída correlativa, aunque menor, del PSOE. Menor porque, evidentemente, el PSOE parte de una situación de hundimiento electoral en 2011. Pero, aun así, dicho hundimiento no sólo no parece remitir por ahora, sino que desciende más y más, frisando el 23% de los votos (seis menos que en las elecciones). Una situación que queda reflejada claramente en este gráfico (fuente: Wikipedia). El color azul corresponde al PP, el rojo al PSOE, el marrón a IU, el magenta a UPyD y el negro a CiU.

Un gráfico que nos recuerda mucho a la evolución electoral de Grecia (fuente: Wikipedia), caracterizada por la caída de los partidos equivalentes a PP y PSOE y la sustitución del bipartidismo por un abanico de partidos que van de la extrema izquierda a la ultraderecha:

Una situación, ocioso es decirlo, que responde con precisión a la evaluación que hacen los ciudadanos de la gestión de la crisis efectuada primero por el PSOE y actualmente por el PP: castigan al Gobierno actual, pero no tienen ningún aliciente, al menos por el momento, para optar por un partido que también falló (y lo hizo estrepitosamente). Unas condiciones idóneas para el crecimiento de las terceras opciones (IU, Compromís-Equo, UPyD) y de la abstención.

#pray for.. Wert se pone a españolizarlo todo

El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, ha acreditado ya, en muy pocos meses, una insólita capacidad para excitar los ánimos de los ciudadanos con sus declaraciones extemporáneas. Pero el pasado miércoles fue un poco más allá, al manifestar su intención, como ministro, de "españolizar" la educación que recibían los niños catalanes.

Muy rápidamente, la red Twitter se llenó de todo tipo de mofas, befas y chascarrillos a propósito de dicho término, y que a menudo venían a asociar lo que entiende Wert por "españolizar" con los más arraigados tópicos cañís, o directamente con la leyenda negra española: ¿Mas corridas de toros? ¿La vuelta de la Inquisición? ¿El Ejército?

Esto es lo que ocurre cuando, en una situación de crisis profunda entre Cataluña y España, las propuestas que llegan desde el Gobierno central son de este "calado" y tienen su origen en personajes como Wert: que refuerzan la tensión, las discrepancias y los desencuentros, y contribuyen a echar sal en las heridas.

Y por eso Wert ha recibido incluso la inequívoca reprimenda de Juan Carlos I, vía Rajoy: "Le he dicho a Wert que está muy mal lo que ha hecho". Pero, por supuesto, Wert no sólo no se baja del burro, sino que se encastilla en él: "Estic molt orgullós del que he dit".

 

* Profesor titular de Periodismo en la Universitat de València

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4 comentarios

amelia escribió
20/10/2012 17:49

Los borregos que votan pp y los de izquierda que no van a votar tienen la culpa de que estos fachas esten destrozando el pais la izquierda debe votar si no quiere al psoe pues a otro pero ir a votar para que estos farsantes no vuelvan al poder

emigrante escribió
16/10/2012 10:42

No se si Rajoy hará un Papandreu pero lo que sí ha hecho ya es un Samaras. Está en el gobierno a pesar de ser co-responsable de la crisis gracias al hundimiento de los socialistas. Aún queda mucho trecho para llegar hasta donde Grecia y la inercia social ni la ley electoral demuestran que todo está atado y bien atado. Y si no, se aprieta un poco más el nudo reduciendo el número de diputados y concejales.

Latro escribió
15/10/2012 12:57

Desengañese, señor Javier. El PP gana en Galicia, y la mayoría absoluta es casi segura. Habrá todo eso que menciona Guillermo, pero ese nucleo duro de votante del PP siempre, bajo toda circunstancia, ese esta ahi, en Galicia, como opción mayoritaria.

Javier escribió
14/10/2012 12:09

Supongo que en Galicia hay funcionarios a los que se les va a robar la paga de Navidad y trabajadores a los que se les a subido un 10 % los medicamentos y en lugar del 40% tienen que pagar el 50%, en plena crisis, y pensionistas que antes tenían los medicamentos gratis y que ahora tienen que pagar un 10% cuando sus pensiones en teoría subieron el 1% pero que en la realidad bajaron ... y más que bajarán, supongo que algo de lo dicho influirá en el voto de los gallegos el próximo domingo, porque mientras tanto se ha despilfarrado en una "ciudade do Cultura" en una residencia del Presidente y en múltiples gastos superfluos e innecesarios. Espero que el PP al menos no consiga la mayoría absoluta, salvo que estemos en un pais de tontos !!!!!!

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