La rentabilidad del complejo congresual de Valencia, uno de los puntos fuertes en la negociación bancaria para conseguir los fondos para la ampliación, tropieza con las pérdidas reales por la explotación
VALENCIA. El Palacio de Congresos pierde dinero. La afirmación no tendría mayor relevancia, teniendo en cuenta la situación del resto de instalaciones de estas características de Valencia (como Feria Valencia o la Ciudad de las Artes y de las Ciencias), pero choca con el discurso que desde este centro de congresos y desde el Ayuntamiento de Valencia se viene manteniendo tras el anuncio de la próxima ampliación de sus instalaciones.
Realmente, el resultado de sus cuentas arroja unas pérdidas en 2011 de 35.149,35 euros, en un presupuesto de ingresos y gastos de más de 4,3 millones de euros. Aunque desde la empresa se pudo rebañar a modo de ajuste unos 38.442,68 euros procedentes de "créditos gastados financiados con remanente de tesorería para gastos generales" y convertir estas pérdidas en un magro beneficio de 3.293,33 euros, esta no fue la única fórmula para mantener el resultado positivo, al margen de la evolución real de negocio.
Una de las más significativas es la inclusión de unos ingresos extraordinarios de 1,1 millones de euros procedentes del cobro de un seguro por los daños causados en los paneles solares del techo de la instalación por una tormenta de granizo. Sin embargo, también resulta providencial otro ingreso que no es fruto de la gestión del complejo ni de los efectos de la meteorología, pero que aporta a la entidad 130.328 euros en concepto de subvención de capital que, sin embargo, no se obtuvieron en 2010.
SUBVENCIONES FRENTE A IMPAGOS MILLONARIOS
Esta subvención, sin la que el Palacio de Congresos revelaría unas pérdidas en el ejercicio de más de 165.000 euros, fue concedida por la Agencia Valenciana de la Energía dentro del Programa Ahorro y Eficiencia Energética en la Edificación, "derivada de la actuación de mejora y eficiencia energética de instalaciones térmicas de edificación existentes", según fuentes del complejo.
Al margen de los ingresos, un análisis específico merece la situación de algunos activos, concretamente, los pagos pendientes de algunos de sus clientes. Aunque fuentes de la entidad descartan que sean fruto de los impagos generados por actividades organizadas por la Administración valenciana, lo cierto es que a 31 de diciembre de 2012, los "deudores por derechos reconocidos en el ejercicio" sumaban 1,7 millones de euros, frente a los 840.596,51 euros del año anterior.
Aunque las deudas de ejercicios anteriores se habían reducido en 2011 a 88.631,73 euros (la mitad que el año anterior), los cobros pendientes en el ejercicio se habían multiplicado por dos. Todos estos aspectos están siendo analizados pormenorizadamente por las entidades financieras a las que se les ha pedido que participen en el crédito para llevar a cabo la ampliación. El hecho de que las cuentas del palacio de Congresos no se publiciten y que no sean auditadas por la Sindicatura de Comptes no cuenta precisamente a su favor, según fuentes de la negociación.
UN CRÉDITO EN PLENA NEGOCIACIÓN
La controvertida construcción de un edificio gemelo al Palacio de Congresos de Valencia depende de la obtención de un préstamo por 24 millones de euros (19,2 millones de euros a cargo del propio Palacio y, el resto, por medio de la constructora adjudicataria) que está teniendo una larga negociación con diversas entidades, entre las que destacan el BBVA y el Deutsche Bank.
Aunque las entidades hace tiempo que desconfían de que una Administración pública española pueda merecer un crédito de esa envergadura y pueda llegar a devolverlo, el director del centro de congresos, José Salinas, ha puesto como garantía los beneficios cosechados por la instalación a pesar de la crisis y en contra de la situación del resto de complejos de estas características en Valencia, en la Comunitat Valenciana y prácticamente en toda España.
Tanta es la confianza en esta baza de la rentabilidad que, según fuentes conocedoras de la operación, apenas ha costado a los responsables del Palacio aceptar el compromiso establecido con la patronal valenciana CEV de no implicar en ningún sentido al Ayuntamiento de Valencia en esta obra.
De hecho, la calificación crediticia que tiene el consistorio (como el resto de la Administración valenciana) para la mayoría de las entidades no hacía especialmente productivo en la negociación incluir el aval municipal en caso de impago. Ya fue un test de situación la búsqueda de los 400.000 euros necesarios para pagar los estudios previos y el anteproyecto de ampliación al despacho del arquitecto británico Norman Foster.
Finalmente, se consiguió que Bankinter prestara 300.000 euros y Sabadell los otros 100.000 euros a un alto interés, fruto de la situación del mercado, de las propias entidades y de la percepción que se tiene de la fiabilidad como pagadores a las administraciones y al entramado de entidades relacionadas con ella.
Trabajo en Ferrocarrils de la Generalitat (ERE que nos va a hacer Deloitte), compré unas cuantas acciones de Bankia en la salida a bolsa (auditada la cuentas sin salvedades por Deloitte) y ahora una trabajo justificando la ampliación del Palacio de Congresos (realizado por Deloitte) cuando no hay ni necesidad ni dinero en la ciudad, de la que soy vecino. Solo me falta que me caiga un ladrillo en la calle y que esté patrocinado por esos consultores
Ya está bien de gastar dinero público en despilfarros. En Valencia hay cien sitios para hacer congresos y no es necesario ampliar el Palacio de Congresos, esta Rita y sus compinches del PSOE están deseando gastar lo que no tienen ... por algo será.
Yo que he estado siguiendo este tema de la ampliación, que me parece absurdo, pregunto; Los señores consultores de Deloitte, que están en todos los estropicios de este país y en algunos de esta Comunitat, no se dieron cuenta y no afloraron esta situación que exponen en este artículo, en el trabajo de consultoría que según se ha publicado en varias ocasiones, justificaron la ampliación? Sin acritud.
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