LONDRES (VP/EP). Los ciudadanos más pobres son los más afectados por el drástico recorte fiscal aprobado por el Gobierno británico, según las conclusiones de un estudio difundido hoy por el Instituto de Estudios Fiscales (IFS).
El IFS explicó que las medidas de emergencia anunciadas el pasado mes de junio por el Gobierno de coalición conservador-liberal han sido un duro golpe de manera especial para los hogares con niños en los que los padres tienen un bajo nivel de ingresos.
Según las conclusiones del estudio, a consecuencia de los cambios en el presupuesto presentado por el ministro de Economía, George Osborne, el 60 por ciento de los hogares pobres perderán más, en términos de dinero en efectivo, que los hogares más ricos.
El IFS cuantificó en 422,83 libras (513,7 euros) anuales el dinero que dejará de percibir el 10 por ciento de los hogares más desfavorecidos a consecuencia de los cambios impositivos y del sistema de percepción de subsidios previstos entre 2010 y 2014.
Por contra, los hogares más ricos sólo perderán 339,12 libras (411,8 euros) anuales en el mismo periodo.
Osborne defendió como "progresista" el plan de recorte del gasto con el que el Gobierno quiere reducir el déficit público -que este año puede año puede alcanzar los 200.000 millones de euros-, pero para el IFS el proyecto del Gobierno es "regresivo".
"Nuestro análisis demuestra que el efecto general de las nuevas reformas anunciadas en el presupuesto de junio de 2010 es regresivo, en comparación con las reformas impositivas y del sistema de subsidios anunciadas por el anterior Gobierno (laborista) para el mismo periodo, que eran progresistas", señaló el IFS.
"Los hogares con ingresos bajos y con integrantes en edad de trabajar serán los que más perderán con las reformas del presupuesto de junio de 2010 debido a los recortes al gasto social. Los que pierden menos son los hogares con integrantes en edad de trabajar sin hijos en la mitad alta de la escala retributiva", añadió.
Esto es así, según el estudio parcialmente financiado por la campaña "Contra la Pobreza Infantil", porque los hogares con ingresos más altos "no pierden a consecuencia de los recortes en el gasto social y son los mayores beneficiarios del aumento de la reducción personal en el impuesto a las ganancias".
El Instituto también cuestionó la decisión del Gobierno de cambiar el índice de referencia (del Índice de Precios Minoristas -RPI- al Índice de Precios al Consumo -CPI-) para el cálculo del incremento de los subsidios, lo que supondrá "ayudas menos generosas".
El IFS admitió el argumento de que el CPI es una mejor referencia que el RPI de la inflación en general, pero que desfavorece a quienes reciben ayudas sociales, porque sólo el 23 por ciento está exento de los incrementos de las hipotecas y del impuesto a la vivienda, elementos excluidos en el primero, pero incluidos en el segundo.
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