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VALENCIA (VP). Mientras buena parte de los españoles disfrutan del puente del Pilar, los informáticos de Cajamar y Ruralcaja trabajarán arduamente en la integración tecnológica de la rural valenciana y el grupo que lidera (Cajas Rurales del Mediterráneo) en la caja andaluza. Una operación clave en la gestación de Cajas Rurales Unidas (CRU), el mayor grupo cooperativista español fruto de la fusión de las dos entidades de crédito.

Ambas entidas, que lideran sus respectivos grupos -Grupo Cooperativo Cajamar y Cajas Rurales del Mediterráneo- mantendrán sus marcas a través de ellos hasta el 30 de junio de 2014, mientras que la valenciana seguirá operando como tal en la Comunitat pese a 'solaparse' con las oficinas de Cajamar vía la extinta CajaCampo. 

LABORIOSA INTEGRACIÓN

Las 588 oficinas de Ruralcaja, de las catorce entidades del Grupo CRM y de Caja Rural Castellón compartirán a partir del próximo lunes la plataforma tecnológica de Cajamar.

En las últimas semanas más de un millón cien mil clientes han sido informados de todos los detalles relativos a este proceso de integración de los sistemas informáticos, que a partir de ahora les da acceso a más de 1.600 oficinas y 1.650 cajeros en todo el territorio nacional, según han informado a este diario fuentes próximas a la operación.

Para facilitar la implantación de este cambio tecnológico, Cajamar y Ruralcaja han enviado a 120 personas a reforzar durante dos semanas todas las sucursales del Grupo CRM y de Caja Rural Castellón. Asimismo, se ha reforzado el centro de atención telefónica a clientes con el fin de que, también a través de este canal, se pueda solucionar cualquier duda. De esta manera se trata de facilitar la adaptación de empleados y clientes al nuevo sistema tecnológico.

En los próximos meses se incorporarán también a esta misma plataforma tecnológica Caixa Rural de Vila-real y Caixa Rural Sant Vicent Ferrer de La Vall D'Uixó y Caja Rural de Canarias, según han manifestado las mismas fuentes.

CRU, REFERENCIA DEL SECTOR

Todo ello en pos de arrancar oficialmente como Cajas Rurales Unidas (CRU) el próximo uno de enero, un grupo al cierre del pasado año contaba con 69.763 millones de euros de negocio gestionado, activos por un importe de 39.614 millones, un coeficiente de solvencia del 12,62%, 6.660 empleados, 1.478 oficinas, 1.004.555 socios y 3.362.000 clientes.

Mientras tanto todavía trece rurales valencianas -Central de Orihuela, Caixa Popular, L'Alcudia, La Vall San Isidro, San José de Alcora, Algemesí, San José de Almassora, Nuestra Señora de la Esperanza de Onda, Betxí, Albal, Benicarló, Les Coves de Vinromá y Vinarós- se mantienen al margen de cualquier grupo cooperativo y siguen dentro de la Asociación Española de Cajas Rurales y del Banco Cooperativo.

No así las veinte cajas rurales valencianas pertenecientes al Grupo Cajas Rurales del Mediterráneo (Ruralcaja, Torrent, Crédit, Altea, Burriana, callosa, Nules, Alqueries, Cheste, Alginet, Villar, Vilavella, Almenara, Xilxes, Vilafamés), así como Caixa Rural Vila-real y Caixa Rural de La Vall d'Uixò.

ADIÓS AL GRUPO CAJA RURAL

Todas ellas firmaron en la mañana de ayer la salida de la Asociación Española de Cajas Rurales y la venta de sus participaciones en las sociedades participadas, es decir, Banco Cooperativo, Rural Grupo Asegurador (RGA) y Rural Servicios Informáticos (RSI).

De este modo, la Asociación Española de Cajas Rurales sufre una merma y reduce su nómina a unas sesenta cooperativas, mientras mantiene su apuesta por el modelo de banca cooperativa europea desde su creación en 1989. A mediados de ese año, 23 cajas rurales que pertenecían al Grupo Asociado Banco de Crédito Agrícola-Cajas Rurales Asociadas dejaron el Grupo BCA y crearon la Asociación Española de Cooperativas de Crédito, la actual Asociación Española de Cajas Rurales.

La fórmula seguida por el Grupo Caja Rural hace 23 años sigue los pasos de otros sistemas afines de banca cooperativa con larga tradición y éxito en Europa.

EL MODELO EUROPEO

Algunos de los cuáles se clasifican entre los primeros grupos bancarios del continente, como el Pohjola Bank finlandés, el Rabobank en los Países Bajos, el Österreichische Raiffeisenbanken austríaco, el Crédit Agricole en Francia o el sistema alemán Volksbanken-Raiffeisenbanken, más conocido en España por su entidad central DZ BANK.

Mientras tanto, el sector cooperativista española tiene claro que más pronto que tarde el Banco de España acabará dando un 'toque de atención' para eliminar la atomización actual en un momento donde priman los procesos de concentración. "De momento, el gobernador bastante tiene con poner orden en el sector bancario, pero que nadie dude que acabarán llamando a las puertas de las cooperativas para que 'invitarnos' a sumarnos a alguno de los grupos o a crear alguno", apuntan desde una rural valenciana.