REESTRUCTURACIÓN DE UN SECTOR ENGORDADO DESDE 1995. El presidente de la Generalitat fulmina en un año casi todas las empresas públicas y fundaciones que crearon sus predecesores en tres lustros
VALENCIA (X. AGUAR). La reestructuración del sector público empresarial se encuentra a punto de salir del horno. De hecho, estaba previsto que se presentara en el pleno del Consell del pasado viernes aunque, finalmente, se retrasará como máximo en dos semanas debido a la necesidad de hacer ajustes relacionados con la futura situación del personal.
La supresión de diversas fundaciones y entidades de derecho público que ha ido anunciándose a lo largo del año, se culminará en un decreto que ya ha ido desgranando este diario. De este documento, se desprende el objetivo del Consell actual de desmontar por completo el entramado de empresas públicas y fundaciones diseñado bajo el mandato de los anteriores presidentes de la Generalitat, Francisco Camps y Eduardo Zaplana.
Atendiendo a las supresiones anunciadas, puede comprobarse cómo fue tejiéndose una red de este tipo de entidades, especialmente entre 1995 y 2005, que a día de hoy, tras varias reducciónes acometidas, aún sumaban un total de 46.
Unas empresas públicas y fundaciones que ahora, el actual Consell, considera prescindibles o, al menos, interpreta que sus funciones pueden ser asumidas por la Administración autonómica sin necesidad de tener una estructura propia: una postura que evidencia lo sobredimensionado de un sector público empresarial que ha llegado a costar en torno a 3.500 millones de euros anuales a los valencianos.
El importante número empresas públicas y fundaciones abiertas durante la era Camps, hace menos de ocho años, y suprimidas ahora en el proceso de reestructuración iniciado por Alberto Fabra, refleja la poca previsión del Gobierno valenciano en los últimos años.
Así, entre los organismos que desaparecen se encuentran la Fundación Agua y Progreso (2005), Fundación Pro Esport de la Comunitat Valenciana (2004), Fundación de la Comunitat Valenciana de las Artes (2004), Fundación Ciudad de las Artes y las Ciencias (2004), Centro Superior de Investigación en Salud Pública (CSISP. 2005), Agencia Valenciana de Seguridad Alimentaria (Avsa, 2005), Agencia Valenciana de Prestaciones Sociales (2005) o la Agencia de Tecnología y Certificación Electrónica: (2005).
Con la reestructuración, también se pone fin al Instituto del Paisaje de la Generalitat (IPG), creado en: 2007, que no estaba en funcionamiento; Consell Valencia de L'Esport: (2006) o la Fundación Centro de Estudios Ciudad de la Luz (2009).
Estos son algunos ejemplos de entidades cuya existencia, en la actual situación económica, ya no tiene sentido para el Consell o al menos no de forma independiente. No obstante, el impulso por parte de Camps al sector público empresarial no era nuevo: Eduardo Zaplana había marcado la estela que seguiría su sucesor. Un buen número de organismos que fueron creados en sus años de presidencia, también serán extinguidos ahora.
Algunos ejemplos son la Fundación Generalitat-Iberdrola (1997), Proyecto Cultural de Castellón (1997), Fundación Luz de las Imágenes (1999), Instituto para la Evaluación y Acreditación de las Prácticas Sanitarias (Inaceps, 2002), Instituto Valenciano de la Música (1998), Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales (1999), la Agencia Valenciana de Movilidad (2000), Agencia Valenciana de Energía (2001) o Ciegsa (2000). También se a la apunta extinción, según el decreto que todavía no ha aprobado el Consell, de la Fundación Instituto Portuario de Estudios y Cooperación de la Comunitat Valenciana, creada en 1998.
Curiosamente, dos de las entidades que ejercerán de aglutinadoras de otras sociedades que se suprimen son de las más antiguas en su fecha creación, nacidas bajo el mandato socialista. Así, el Instituto Valenciano de la Pequeña y Mediana Empresa (Impiva), nacido en 1989 con Joan Lerma al frente de la Generalitat, pasará a denominarse Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace) y recogerá las funciones de la Agencia Valenciana de la Energía, el Instituto Valenciano de la Exportación (Ivex), creado en 1996 aunque antes tenía la denominación de Procova, y el Sepiva, una de las más antiguas, nacida en 1984.
El otro caso aglutinador con más de tres lustros de historia es Teatres de la Generalitat, también creado con el gobierno socialista y que pasa a denominarse CulturArts, acogiendo las funciones de diversos de los institutos y fundaciones de este ámbito que se suprimen.
Como mucho despediran a los que armaen ruido y se quedara la tropa de apesebraos que el pp ha ido colocando despues de 18 añod de gloria
Cuanta tontería hay que leer y escuchar, las fusiones son como las fisiones se producen para que haya más potencia en los sueldos de unos cuantos. Cambio cuatro pesetas por duros, y nos hacen crer que ahorran cuando en realidad lo que están es despilfarrando más .... y otras cosas.
Los políticos cuando aceden a las instituciones de gobierno, su primera función es lograr que aquello que dirigen sea eficiente. Siendo propio que el dinero que recaudan para atender las cuestiones que atañen a los servicios de la sociedad, dicho dinero sea lo más rentable posible, que beneficie al máximo a los gobernados. Los cuales por su iniciativa trabajo y negocio ya desarrollan lo que la sociedad en su libertad demanda. Pero no es propio que los políticos en el poder, se conviertan en empresarios, que a su vez compiten con los empresarios que no tienen poder. Y desde el dominio del dinero de los impuestos ellos se pongan sueldos, aunque lo que dirigen sea ruinoso y tenga pérdidas. No es propio que un partido político, por el simple hecho de ganar las elecciones, designe como empresarios a sus afines y les de sueldos que en su función no se ganan. No es propio que la administración política enchufe a sus amigos para que le hagan la competencia a quien con sus impuestos le paga. Lo dicho en la comunidad valenciana una cosa más que escandalosa, imposible de mantener. Lastre de nuestras deudas, pozo sin fondo de nuestra economía. En este caso el señor Fabra está acertado. So. Andrés Castellano Martí.
Cuidado cuidado, que el mensaje es engañoso (como todo lo que viene de nuestros políticos). Pese a las apariencias yo más que de "supresiones" hablaría de fusiones. Por delante siguen estando los mismos, otra cosa son los trabajadores.
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