BARCELONA (EFE). Portavoces de Abertis señalaron a Efe el pasado viernes que el grupo pensaba seguir trabajando en su oferta durante el fin de semana, pero fuentes del sector han asegurado que la empresa finalmente no participará en el diálogo competitivo.
Por su parte fuentes de Telefónica dijeron que la operadora seguía el viernes trabajando en la oferta aunque otras fuentes del sector de telecomunicaciones dan por hecho que la gran operadora española tampoco formalizará su oferta mañana, cuando acaba el plazo para hacerlo.
Por su parte, los portavoces de Mediadro, que junto a la multinacional canadiense Axia, es el tercero en liza, no pudieron confirmar si su grupo se presentaría o no.
La Generalitat redujo a principios de agosto el proyecto del denominado "operador neutro" en Cataluña, que iba a competir con Telefónica en el sector de fibra óptica en aquellos mercados catalanes en los que sólo da servicio de banda ancha la empresa que preside César Alierta.
Con el nuevo diseño, la Generalitat limitó dicho operador a las sedes corporativas de la Generalitat y a una prueba piloto en las Tierras del Ebro.
La inversión prevista pasaba así de los 800 millones de euros del proyecto inicial a sólo 68 millones y se advertía en el comunicado de la Generalitat que "los resultados de este despliegue inicial determinarán cómo se desarrolla el resto del proyecto", que se hará extensivo al resto de sedes de la Generalitat y municipios de Cataluña.
Para Abertis, según las fuentes consultadas, la decisión de retirarse se basa en el cambio de dimensiones del proyecto, la reducción del alcance del mismo y el recorte en la masa crítica.
Esta rebaja no sólo se debe a la Generalitat, sino también a las limitaciones que impuso la Unión Europea al proyecto, según señalan las mismas fuentes.
La Comisión Europea dictaminó el pasado 12 de agosto "la exclusión de las cuatro capitales provinciales (Barcelona, Tarragona, Lleida y Girona), lo que puede ser atractivo para inversiones privadas" para que el futuro operador neutro pudiese dar servicios a terceros, con lo que se dejaba fuera del proyecto buena parte de la población catalana.
Con este panorama, si Telefónica acude o no al concurso pasa a ser irrelevante, en especial porque la oferta de la primera empresa de telecomunicaciones española es competitiva en precio pero pretende que la titularidad de la fibra óptica que se pueda instalar con motivo del concurso pase a ser propiedad de la empresa una vez que finalice la concesión, mientras que la Generalitat espera que esta fibra revierta en el patrimonio de la administración una vez finalizado el plazo concesional.
De hecho, la Generalitat solicitó dos dictámenes jurídicos que aseguran que la oferta de Telefónica incumple por ello las bases del concurso y a pesar de lo cual la compañía no ha modificado esta condición en su propuesta.
Llegados a este punto, la única salida para la Generalitat sería otorgar el proyecto a Axia-Mediapro si desea cumplir el calendario previsto y resolver el concurso antes de que se convoquen las elecciones autonómicas.
Sin embargo, también existe la incógnita sobre si un concurso público que se ha llevado a cabo bajo el modelo de diálogo competitivo puede continuar si se caen la mayor parte de las empresas que participaban en el mismo.
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