MADRID (EFECOM).- El Banco de España consideraba que las políticas retributivas y de prejubilaciones y bajas incentivadas que se llevaban a cabo en Bankia "eran excesivamente generosas", según un informe de seguimiento de la entidad elaborado por el organismo en diciembre de 2011.
El informe, al que ha tenido acceso Efe y que se encuentra incorporado a la instrucción de la Audiencia Nacional, ponía de manifiesto que a finales el año pasado el Banco de España también creía que el gobierno corporativo de la entidad "era mejorable".
No obstante, destacaba que "estaba dado pasos importantes", como la "progresiva sustitución de los altos directivos heredados" de las cajas que crearon la entidad -Caja Madrid, Bancaja, La Caja de Canarias, Caixa Laietana y las cajas de Ávila, Segovia y Rioja- por otros ajenos a estas.
Respecto a los posibles progresos, el Banco de España señalaba que en el campo de la alta dirección el margen de mejora era "todavía significativo" en lo relativo a "la anteposición de los intereses de la entidad a los suyos propios y respecto al coraje a veces necesario".
"Nos referimos a las excesivamente generosas políticas retributivas y de prejubilaciones y bajas incentivadas", dice el informe.
En este sentido, Garrigues tuvo que certificar que la política retributiva de Bankia cumplía con las exigencias aprobadas por el Banco de España, que limitaban la retribuciones de las entidades que hubieran recibido ayudas públicas.
Respecto a las retribuciones por prejubilaciones y bajas anticipadas que se llevaron a cabo con anterioridad de la creación del grupo, el informe de Garrigues apunta que al no ser compromisos de Bankia, si no de sus cajas accionistas, la citada información "no ha sido considerada a efectos de la valoración realizada".
El Banco de España mostraba su sorpresa en el informe por las formas para calcular las políticas retributivas y el hecho de que no estuvieran supeditadas a la devolución de las ayudas públicas que recibió inicialmente la nacionalizada Bankia (4.465 millones).
Por ello, el director general de supervisión del Banco de España, José María Roldán, remitió una carta a Rato el 27 de octubre de 2011 en la que le indicaba que la legislación establece "de forma imperativa que los administradores y directivos que efectivamente dirijan la actividad de la entidad no percibirán remuneración variable salvo que se justifique adecuadamente a juicio del Banco de España".
De hecho, añadió que entre los objetivos para cobrar esa remuneración variable "deberá incluirse el cumplimiento de los planes de negocio que hayan servido de base para la aportación de las ayudas públicas por parte del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB)".
En el caso concreto de los sueldos del expresidente de Bankia Rodrigo Rato, el consejero delegado, Francisco Verdú y el presiente de Bancaja, José Luis Olivas, un 45 % de la retribución estaba ligada a conseguir una determinada cifra de beneficio, mientras que el resto dependía, entre otros motivos, del éxito de la salida a bolsa de Bankia y el plan de integración.
Por eso la entidad recordaba su debut bursátil y justificaba que a 31 de diciembre de 2011 cumplía con creces su plan de integración al haber cerrado 817 oficinas y reducido su plantilla en torno a 3.800 personas.
Dentro de su investigación sobre las posibles irregularidades cometidas en el grupo bancario, el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu ha solicitado información sobre las retribuciones a las cajas que integran Bankia.
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