VALENCIA. "¿Dónde está José Luis Olivas?", se preguntaba este miércoles un empresario valenciano. La pregunta no buscaba una respuesta cierta. Era más bien una reflexión del mutis por el foro que el expresidente de Bancaja está protagonizando tras abandonar su puesto en mayo de este año.
Si sus apariciones públicas ya se podían contar con los dedos de la mano tras la crisis en el Banco de Valencia y su posterior salida de la vicepresidencia de BFA-Bankia, al menos el sector económico-financiero lo tenía localizado en su despacho de Pintor Sorolla. Shora, tras su dimisión, Olivas ha optaxo por desaparecer completamente.
Casi como en las leyendas urbanas, a Olivas se le ha visto paseando a una mascota por los alrededores de la Avenida de Aragón de Valencia, donde tiene su vivienda familiar. También cuentan que este verano ha sido visto en Jávea, donde tiene su base de vacaciones desde hace décadas.
Y los últimos rumores que corren sobre el que fue uno de los hombres más poderosos de la Comunitat Valenciana, si no el que más, apuntan a que Olivas se ha camuflado entre la multitud en Madrid, ciudad en la que tiene familia directa y lugar para vivir y pasar desapercibido.
No es un tema menor, ya que, según las mismas fuentes que defienden esta tesis, el expresidente de Bancaja habría optado por ese retiro para evitar situaciones incómodas a las que estaba expuesto en Valencia.
Como ha ocurrido con algún político -el propio Francisco Camps tiene encuentros con ciudadanos descontentos en restaurantes y por la calle- o con representantes de entidadades financieras que han dejado a miles de damnificados -algo similar le ocurrió a María Dolores Amorós y a Roberto López Abad, de la CAM- Olivas tuvo que aguantar algún reproche más o menos salido de tono en apariciones públicas de carácter privado.
En el anonimato de Madrid, según las mismas fuentes, Olivas además puede preparar tranquilamente su defensa ante los procesos judiciales que tiene abiertos. El primero en la Audiencia Nacional, donde está admitida a trámite una querella contra él y el resto de miembros del consejo de administración de BFA-Bankia por, supuestamente, haber vendido acciones de la entidad sabiendo su mala situación.
En Valencia, mientras, sigue pendiente de resolución la denuncia de una asociación de pequeños accionistas contra el propio Olivas y el resto del consejo de Banco de Valencia por administración desleal.
El expresidente de Bancaja espera en silencio su turno para defenderse. Quizá la próxima foto que veamos de Olivas sea llegando a la puerta de un juzgado. Ya se sabe que en la Comunitat Valenciana cualquier ciudadano imputado está deseando que le "llame el juez para poder explicarse". Como si no pudieran hacerlo directamente a los ciudadanos...
¿no estará muerto de risa mirando cómo ha aumentado el saldo de sus cc bancarias?. Es lo más probable dado donde empezó y donde está ahora. Ni de broma. se lo podía haber imaginado. Pero la justicia dara buena cuenta de sus desmanes (cuando tenga 90 años pero lo hará)
¿Han buscado en Motilla de Palancar (Cuenca)? Alejandro Pillado
Es propio del carácter valenciano antiguo el elegir en la ciudad y en el campo a aquellas personas que destacan en carisma, en carácter y valía. Pero eso fue en anterior, pues en la cuarta parte del siglo XX todo cambió, todo se invirtió, y para que se elija a alguien solo se necesita contar con la simpatía de la persona que hace la lista electoral –y ser de los primeros de la misma. Y esto aún perdura, pues gracias a dicha malabar estrategia tenemos a personas que en nada se identifican con las tierras valencianas, pero al ser colocados en primera fila y su partido ser el más votado, nos gobernaron y nos gobiernan. Y así nos luce el pelo del derrumbe total de nuestra cultura, de nuestra economía, de todo lo que de valenciano tenemos. Siendo lo malo el ver que nada se corrige ni se soluciona. Aquí la riada de los males aun no ha empezado, cuando llegue nada se salva. “El que mes chiula capaor”. So. Andrés Castellano Martí.
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