VALENCIA (J. CLEMENTE). La Generalitat Valenciana, a través del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), es propietaria de parte de unos multicines de Logroño, ubicados en un centro comercial de la capital de La Rioja. En concreto, el IVF es dueña del 13,3% del inmueble que acoge una docena de salas de cine. El resto de los dueños son Banco de Valencia y Bankia.
El IVF se convirtió en propietario de un cine tras la crisis de la exhibidora valenciana Ábaco-Cinebox. La empresa, participada por un grupo de fondos de inversión gestionados por Mercapital, suspendió pagos en 2007, atrapando al IVF, entre otros acreedores.
Según fuentes oficiales del organismo público, que aporta avales y créditos a empresas privadas, en 2004 el IVF, junto a Banco de Valencia y Bancaja, prestaron a la sociedad Ábaco XXI (hoy Abacocine) 15 millones de euros para equipar dos salas de cine en los complejos de Alfafar (Valencia) y Sant Vicent del Raspeig (Alicante).
Dado que la financiación estaba destinada a la compra de equipamiento y no para la construcción de las salas, las tres entidades de crédito tomaron como garantía un centro multiocio ya en funcionamiento que la empresa tenía en Logroño.
En el año 2007, el grupo de empresas que formaban el grupo Ábaco-Cinebox suspendió pagos. En el convenio de acreedores, aprobado finalmente el año pasado, se aprobó una quita del 70% sobre la deuda global que ascendía a 65,23 millones de euros, una rebaja que tuvo que ser autorizada por el juez y a la que los acreedores dieron el visto bueno en una segunda vuelta.
Paralelamente, los bancos, entre ellos el IVF, ejecutaron garantías, entre ellas las del préstamos de 15 millones de euros en el que había pariticipado el organismo público, con lo que pasaron a ser propietarios del complejo riojano.
A finales del ejercicio de 2010, el IVF junto con Banco de Valencia y Bancaja (hoy Bankia) crearon una comunidad de bienes, Multiocio La Rioja, para explotar por arrendamiento los locales del centro de ocio y los multicines.
Fue, y es, la misma operadora Ábaco la que se quedó en arrendamiento los locales, por los que paga un alquiler por su uso.
Según las cuentas del IVF, en el ejercicio de 2011, el IVF tuvo unos ingresos de 66.625 euros por unos gastos de 22.879 euros, correspondientes a la parte del 13% del capital que controla, arrojando un saldo positivo en la operativa ordinaria. Las cuentas de la comunidad de bienes no están depositadas en el registro mercantil.
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