VALENCIA (JOAQUIM CLEMENTE). "Esperar algún beneficio urbanístico ahora es no ceñirse a la realidad". La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, deslizó esta afirmación este miércoles en el transcurso de la rueda de prensa en la que dio a conocer los acuerdos alcanzados en la reunión del consejo de administración de la sociedad Parque Central, la empresa pública encargada de sacar adelante el eternamente retrasado proyecto de soterramiento de la red ferroviaria en su entrada a la ciudad y la urbanización de todo el entorno.
Esta evidencia afecta de lleno al desarrollo de un proyecto cuyo desarrollo real y pleno se atrasa sin plazo por enésima vez. A pesar de que en la reunión de este miércoles, la primera en dos años, los miembros de la empresa pública Valencia Parque Central (Ministerio de Fomento, Renfe, Ayuntamiento de Valencia y Generalitat Valenciana) acordaron poner en marcha los trámites para presentar el Programa de Actuación Integrada (PAI) para la totalidad de los 230.000 metros cuadrados, y la que alcaldesa anunció que una vez esté aprobado se construirá un parque en la pastilla de suelo no afecta por las infraestructuras ferroviarias (la más próxima al barrio de Russafa), lo cierto es que el grueso de la actuación queda en el aire.
El síntoma más evidente de que el proyecto no se puede desarrollar tal y como se previó es la necesidad que tiene Valencia Parque Central de renegociar el préstamos de 200 millones de euros que firmó en 2008 con BBVA, Santander, ICO y Bankia (entonces Caja Madrid) ante la imposibilidad de hacer frente a su vencimiento, previsto para diciembre de 2013.
La crisis inmobiliaria, y la financiera asociada, ha paralizado cualquier proyecto de levantar ya no solo las viviendas previstas en la zona que aún ocupan las antiguas naves de Macosa y de la fábrica de cerveza El Turia, sino también pone en duda si alguna promotora estará dispuesta a medio plazo a levantar las torres en las que se ha acumulado la edificabilidad del suelo. Y sin actividad inmobiliaria, Valencia Parque Central no tiene ingresos.
La sociedad pública previó en el momento de la firma del crédito que durante en este tiempo podría desarrollar la urbanización de la zona y proceder a la parcelación y reparto del suelo entre los dueños privados (entre los que está Bankia Habitat como gran propietario). En ese proceso, en el que se reparte la edificabilidad que corresponde a cada propietario, también se procede a cobrar los costes de la urbanización.
La alcaldesa de Valencia insistió en repetidas ocasiones durante la presentación en que el coste final de las obras de urbanización del total del parque central (y no solo de lo que ayer se anunció) debe ser igual a lo que se ingrese por el negocio de los promotores privados del suelo. Un humbral que ahora se ve demasiado lejano.
Esta imposibilidad de conseguir ingresos ya no solo para afrontar obras de gran magnitud en este espacio sino ni para pagar los 140 millones que se ha gastado ya Valencia Parque Central en distintas obras de adecuación a la llegada del AVE, no ha sido obstáculo para que la empresa haya decidido utilizar parte del préstamo que está sin gastar, unos 22 millones de euros, en el proyceto del parque que ocupará el 40% de la superficie total.
Un dinero que, según aseguró Barberá, "está disponible", si bien reconoció que será necesario renegociar con los bancos el vencimiento de ese préstamo. Las condiciones en que se firmó, y la que no se dieron más detalles, no serán las mismas que las que exigirán las entidades financieras implicadas, como reconocieron responsables de la sociedad, ya que del 2008 previo al estallido de la burbuja a hoy han pasado demasiadas cosas en el mundo financiero e inmobiliario.
PERMISO A LOS PROPIETARIOS DEL SUELO
Para desarrollar esta primera fase será necesario pedir permiso a los propietarios del suelo, ya que en la pastilla sobre la que se va a actuar, aunque mayoritariamente es pública, hay también dueño privados. "El proceso que habrá que seguir es el de reconocer la edificabilidad que corresponde a cada propietario para proceder a la parcelación y en el futuro a la adjudicación del terreno en las zonas edificables", explicaron desde la empresa pública.
La intención de la Sociedad Valencia Parque Central es licitar "en unos meses", aproximadamente en un año, las actuaciones previstas sobre 110.000 metros cuadrados de la superficie total, una extensión que corresponde al 40% del suelo del futuro espacio verde y que afecta a la zona de Russafa, al paseo central del parque y a la zona del bulevar García Lorca.
El resto, que continúa afectado por la actividad ferroviaria queda en suspenso. No hay fecha para la construcción del túnel pasante, infraestructura esencial para liberar la playa de vías. El presidente de Adif (la responsable de las obras ferroviarias de Fomento), el exconseller Enrique Verdeguer, reconoció que no puede poner fecha para estas obras. También la alcaldesa asumió que la financiación necesaria para esta intervención es, hoy por hoy, una quimera. "La financiación del canal de acceso es alta, más alta la estación de Portela. Son miles de millones de euros que en este momento no tenemos la financiación. En función de la economía, tendremos más capacidad de financiación o menos", ha dijo.
DOS AÑOS PARA INAUGURAR
Respecto a lo que sí se puede financiar, aunque sea con un préstamo cuyo vencimiento empieza a preocupar a la empresa, Barberá aseguró que podría empezar a licitarse en cuestión de un año. "Si somos capaces de coordinar con la mayor brevedad la aprobación del PAI, la reparcelación y la negociación con los privados, podemos estar hablando de meses para entrar las excavadoras", ha planteado la responsable municipal. "Podemos estar hablando de meses, no demasiados meses para empezar a licitar. Es posible que en algunos meses, un año por ejemplo, esté licitado", ha agregado.
Asimismo, ha comentado que tras la entrada de las máquinas, el plazo de ejecución de ese 40% se ha fijado en 24 meses aunque se podría reducir "con la oferta de las empresas".
La vida continua porque camarón que se duerme amanece en la olla. El desarrollo urbano es importante no solo porque inspira confianza sino porque pone en movimiento muchos recursos durante su ejecución.
Vamos, que la empresa pública ya se ha fundido prácticamente los 200 millones y todavía no han empezado. Lo típico. Con que 140 millones en "obras de adecuación a la llegada del AVE" ¡a que no!. Yo diría que 140 en sueldos, dietas, informes.... y unas obras seguramente innecesarias y francamente mejorables que no valen ni la décima parte.
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