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VALENCIA.  La Junta de Administradores de Banco de Valencia ha aprobado el nuevo organigrama. El director general, José Antonio Iturriaga ha optado por elegir gente la casa para relanzar la actividad del banco mientras llega una salida para la entidad después de que se cancelara la subasta.

Iturriaga ha preferido apoyarse en gente de la casa para esta remodelación de la cúpula directiva. De hecho, todos excepto dos de los nuevos responsables de áreas trabajaban en el propio edificio de Pintor Sorolla. Se trata de Juan F. Germán Silva, que llega de la dirección de zona de l'Horta para codirigir la red, y Jorge Martínez, actual gerente de la filial Adquiera, puesto que comptibiliarzará con su parcela de Recuperaciones y Adjudicatos.

Hay algunos que conservan sus puestos (aunque con algún ajuste en las competencias), como el responsable del departamento jurídico, Enrique Beaus, Celestino Aznar, en Participadas, o Fracisco Egea en Inversiones. El resto ocupaban ya puestos de responsabilidad en los departamentos que ahora lideran,

El objetivo de este nuevo grupo es aplicar un plan de acción a medio plazo, cuyo objetivo es potenciar la solidez del Banco, haciéndolo más competitivo y comercial, con una clara voluntad de servicio y acercamiento a la clientela.

La nueva estructura se caracteriza, según ha informado el banco, por la disminución del número de eslabones jerárquicos. "Es un organigrama más ejecutivo y más cercano a la gestión, lo que permitirá una mayor rapidez en la toma de decisiones", explica en un comunicado.

De este organigrama destaca la orientación comercial, tratando de reforzar la atención de ciertas necesidades específicas de la clientela, buscando la consolidación del negocio actual y la captación de nuevo negocio.

Se ha reajustado la estructura del Banco de Valencia con directivos internos de reconocido prestigio y profesionalidad procedentes del Grupo, que también mantendrán sus funciones y compromisos en las empresas participadas.

REESTRUCTURACIÓN DE LA RED

En el área de Recursos Humanos, destaca el diseño de un completo plan de formación de los profesionales de Banco de Valencia para el desarrollo de sus funciones. Asimismo se ha elaborado un detallado plan de reestructuración de la red de sucursales que, en una primera fase, podría suponer el cierre de unas 40, con escaso impacto laboral.

Durante el ejercicio 2013, se realizará otra evaluación de la red, que podría implicar el cierre de hasta 60 más. El objetivo de esta reestructuración es concentrar la actividad en oficinas de mayor tamaño, con más eficiencia, para ofrecer un mejor servicio a los clientes y optimizar la operatividad de las sucursales.

En el marco de la gestión de riesgos crediticios, se ha diseñado el nuevo organigrama con el claro objetivo de favorecer y mejorar los procesos de seguimiento del riesgo, agilizando su recuperación y la venta de adjudicados, así como la gestión de los procesos necesarios para la segregación de los activos tóxicos, para que el banco resultante sea una franquicia atractiva.

Tras la presentación de este organigrama, los directivos del Banco siguen ampliando el detalle de las líneas de trabajo del Plan Estratégico a medio plazo.