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PARIS (EFE). La presión sobre el euro y la situación de las finanzas griegas marcarán la primera agenda semanal del curso político del presidente francés, François Hollande, que se reunirá el jueves con la canciller alemana, Angela Merkel, antes de que les visite en París y Berlín el primer ministro griego, Andonis Samaras.

Tras dos semanas de vacaciones en compañía de su pareja, Valérie Trierweiler, en la residencia presidencial veraniega de la Costa Azul francesa donde Hollande ha celebrado su 58 cumpleaños, el jefe del Estado francés regresa al Palacio del Elíseo.

Aunque no ha necesitado interrumpir súbitamente sus vacaciones en el Fort de Brégançon por turbulencias económicas en la zona euro, tal y como avisó que haría en caso de urgencia, la inestabilidad financiera no ha dejado de ser un problema para el presidente del segundo socio más pudiente de la moneda única europea.

Cumplidos más de 100 días desde su elección, que le han facturado una ligera caída de popularidad en las encuestas, Hollande preparará el martes y el miércoles con su Gobierno las citas económicas de la semana y el consejo de ministros el miércoles, del que se espera salga la hoja de ruta del Ejecutivo galo para los próximos meses.

El compromiso más importante de Hollande es el almuerzo de trabajo que mantendrá el jueves el Berlín con Merkel, en el que tratarán de la situación de la crisis económica y financiera y, en menor medida, del conflicto armado en Siria.

Con menos presión de los mercados sobre los países periféricos de la zona euro, que asumen un rescate "suave" para España, la asfixia financiera de Atenas vuelve a acaparar la mirada de la actualidad.

Merkel y Hollande analizarán cómo proceder con Grecia, ahogada por los recortes y con problemas para cumplir con el calendario de reformas diseñado a cambio de los rescates.

La prensa alemana contempla que ambos líderes acerquen posturas y presenten una posición común frente al primer ministro griego, Andonis Samaras, que viajará el viernes y el sábado de la semana que viene a Berlín y París, respectivamente.

Samaras, que también tiene marcada en su agenda una entrevista con el presidente del Eurogrupo, Jean-Çlaude Juncker, tiene dificultades para completar el paquete de ahorro de 11.500 millones de euros que exigen sus acreedores institucionales a cambio de seguir financiando al país, mientras continúan las especulaciones sobre la eventual salida de la zona euro de Grecia.

Según el diario económico Financial Times, el primer ministro griego podría presentarles un plan para estabilizar las cuentas helenas y pedir dos años más para cumplir con los requisitos impuestos a cambio de ayuda por sus socios comunitarios y del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Mientras tanto, la revista alemana Der Spiegel asegura que Grecia necesitará ahorrar 2.500 millones más de lo previsto y añade que los gobiernos de la zona euro buscan una fórmula para cubrir ese agujero financiero sin necesidad de nuevas ayudas.

Hasta ahora, Merkel se ha negado a retocar las condiciones del segundo rescate heleno, aunque su ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, declaró esta semana que Berlín podría conceder más tiempo a Atenas para aplicar reformas y compensar "el tiempo perdido" durante la doble campaña electoral de este año, tras las que Samarás llegó a la cabeza del Ejecutivo.

Hollande y Merkel conversarán también sobre "la aplicación de las decisiones del Consejo Europeo" del pasado junio, donde se acordó la creación de un fondo de crecimiento dotado con 120.000 millones de euros que pudiera recapitalizar directamente los bancos en dificultades, precisa la revista gala Le Point.

En materia interna, la agenda de Hollande también tendrá color económico, con los presupuestos de 2013 a la vista, la economía francesa estancada por tercer trimestre consecutivo, el objetivo de reducir el déficit en 2012 al 4,5 % del producto interior bruto (PIB) y al 3 % el próximo ejercicio.

En una entrevista publicada hoy por Le Journal du Dimanche, el ministro galo de Economía, Pierre Moscovici, reiteró que descarta completamente que Francia incumpla su objetivo de déficit para el próximo año, pero no que este año se pueda superar la barrera del 4,5 %.

"Si estuviera convencido de que aflojar (el calendario de reducción del déficit) fuera positivo, me lo plantearía", indicó Moscovici a ese periódico.