VALENCIA. Ryanair, la aerolínea de bajo coste más famosa de Europa, ha estado en estos últimos días en el punto de mira de la sociedad no sólo española, sino también del resto de Europa. Esta vez no ha sido una de las excentricidades de su peculiar presidente, Michael O'leary, sino las extremas medidas de recorte de gastos que pone en práctica la compañía y las consecuencias que pueden acarrear.
Tres aviones de Ryanair tuvieron que ser autorizados a efectuar un aterrizaje de emergencia el pasado jueves 26 de julio en el aeropuerto de Valencia, al que fueron desviados desde Barajas. Una tormenta eléctrica azotaba el cielo de la capital española y desaconsejaba el aterrizaje, por lo que tomaron rumbo hacia Valencia y pidieron tomar suelo de urgencia por falta de carburante debido a que solamente les quedaba para 30 minutos más de vuelo. La aerolínea no pierde oportunidad para reducir los costes, y éste ha sido uno de los más polémicos. Un plan de eficiencia presupuestaria obliga a los pilotos repostar la cantidad mínima necesaria para el viaje, y cualquier exceso debe justificarse por escrito.
Pero este no es el primer percance que sufre la aerolínea por ahorro y falta de atención. En 2010, dos aeronaves de la compañía Ryanair sufrieron un incidente en el apartadero de espera del Aeropuerto de Girona cuando ambas se desplazaban a la cabecera de la pista para iniciar la maniobra de despegue, según informaba Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena). Según un informe oficial que obra en poder de ValenciaPlaza.com, la primera de las aeronaves rozó con el ala izquierda la cola del otro avión, que se encontraba en el apartadero de la cabecera de pista a la espera de recibir el permiso para acceder a la misma.
El informe realizado recomendaba a Ryanair que, dentro de su programa de formación, reevalúara y en su caso intensificara los aspectos relacionados con la comunicación entre los tripulantes de cabina y los tripulantes de vuelo. Además, ponía un especial enfásis en el beneficio que una eficiente transmisión de información desde la cabina de pasajeros a la cabina de vuelo tiene para la seguridad.
Otra de las ocurrencias de la compañía se dio en un vuelo de la aerolínea irlandesa que realizada un desplazamiento desde el aeropuerto londinense de Stansed. La aeronave tuvo que regresar al recinto después de que se desprendiera una ventana de cabina que había sido sellada con cinta adhesiva por un operario. Lo más llamativo es que la Autoridad de Aviación Civil Irlandesa aseguró posteriormente que la cinta adhesiva había sido utilizada como precaución extra y que la seguridad de los pasajeros no fue amenazada en ningún momento, pese a que tuvieron que volver a tierra.
Otro de sus ataques de recortes vino de la mano de la sentencia del juzgado de lo mercantil número 3 de Alicante, en la que se daba la razón Aena sobre el uso de pasarelas telescópicas, también llamadas fingers, en el aeropuerto alicantino de El Altet. La aerolínea, acostumbrada a que el embarque y el desembarque de los pasajeros fuera a pie, no quiso seguir la indicaciones de Aena y utilizar esa especie de túneles de los que sí hacen uso el resto de las compañías. La empresa tampoco ofrece el servicio de las jardineras, autobuses que desplazan a los usuarios del avión al aeropuerto, algo que a Aena le pareció peligroso junto a la ausencia de fingers.
El decano del Colegio de Pilotos de Aviciación Comercial (Copac), Luis Ignacio Lacasa, explica a ValenciaPlaza.com que desde hace años vienen reclamando al Estado la poca decisión de la tripulación respecto a los vuelos en Ryanair. "Nos preocupa la falta de seguridad y esta se pierde cuando el presidente de la compañía dice que no hacen falta copilotos o que los pasajeros podrían ir en asientos de pie, hay en juego vidas humanas" explica.
"Hasta ahora, se había conseguido una cultura de seguridad y actualmente se compromete aunque se ajuste a la legalidad" apunta. "El comandante debería de tener la capacidad de tomar decisiones porque es el que tiene las riendas a bordo, en general las declaraciones que realiza su presidente están fuera de todo rigor", remata para dar a entender que deberían ser los propios pilotos quienes tomaran las decisiones más adecuadas a la situación.
"En el ámbito del transporte aéreo es muy sensible la seguridad, por ello reclamamos la mayor supervisión a nivel europeo" explica Lacasa. "Pedimos que la aerolínea deja de estar bajo supervisión irlandesa y pase a estar bajo la europea, ya que gran parte de sus vuelos se realizan desde España" apunta. La intención es tener una mayor capacidad de supervisión para detectar esos fallos latentes.
"La gente tiene que ser consciente del servicio que compra" remata Lacasa. "Los profesionales de la compañía están muy bien cualificados pero poco a poco va deteriorándose la capacidad de los pilotos, es mejor hablar de esto ahora, cuando aún no ha ocurrido ningún accidente" explica el decano.
LO QUE PODRÍA ESPERAR A LOS PASAJEROS SI FUERA POR O'LEARY
El presidente de Ryanair se encuentra empeñado en poner en marcha diversas medidas que no acaban de percibirse como las más seguras. O'leary ha mencionado en numerosas ocasiones que si las autoridades aéreas irlandesas se lo permitieran su aerolínea tardaría una semana en instalar en sus aviones asientos verticales, a precios más económicos que los normales. La intención es incorporar a bordo de sus aviones asientos similares a los que existen en una barra de bar, donde los pasajeros podrán sentarse o permanecer de pie cuando las condiciones lo permitan y siempre que el vuelo no supere los 90 minutos de duración. Esto le daría la posibilidad de incluir más pasajeros en los aviones.
Eliminar la figura del copiloto, uno de los extremos a los que se aferra el presidente de la aerolínea. En opinión de Michael O'Leary, han pasado a ser innecesarios, ya que prácticamente lo hace todo el ordenador. "La medida permitiría ahorrar una fortuna", afirmaba el presidente, para el que no habría ningún tipo de problema de seguridad. "Ya hay trenes que funcionan sin conductor y en 25 años en los que hemos realizado 10 millones de vuelos sólo se ha dado un caso en el que un piloto sufrió un paro cardíaco". En esos casos de emergencia, Ryanair aboga porque los asistentes de vuelo (azafatas) tengan formación para hacer aterrizar el avión.
Lo barato sale caro, esta acabará siendo la consecuencia de las políticas del presidente de Ryanar, quien está a la espera de que las autoridades competentes le autoricen cobrar por servicios tan básicos como la utilización del baño dentro de los aviones. La intención es que los pasajeros paguen un euro o una libra por usar los servicios, que estarían accionados mediante monedas. También pretendía poner en marcha un cobro extra a personas obesas, aunque lo deshecho por la difícil puesta en práctica.
RYANAIR CHOCA CON LAS AUTORIDADES
Por su parte, no le faltan intenciones al presidente O'leary de conseguir dinero "gratis" para rebajar el precio de los billetes. La compañía cerró su base en Valencia y para volver a reabrirla en el Aeropuerto de Manises pidió en julio de 2009 al recinto aeroporturario y al Ayuntamiento de la ciudad que le abonaran cuatro millones de euros anuales durante los tres primeros años de las nueva base. Entrar en un mercado, reventar los precios, eliminar la competencia y pedir ayudas para seguir operando, o en su defecto retirar las rutas. Esta es la táctica que sigue Ryanair en muchas ciudades españolas para conseguir subvenciones alegando que aporta turistas y promociona a las regiones.
La Comisión Europea ya exigió a la compañía la devolución de en torno al 25% de las ayudas públicas recibidas por operar en el aeropuerto belga de Charleroi, unos cuatro millones de euros, por entender que distorsionaban la competencia. La decisión comunitaria asentó precedente para casos similares y muchos creen que acabará con el boom de los vuelos a precios de saldo. En Charleroi obtuvo ayudas por valor de 15 millones de euros en los últimos tres años, lo que hizo que disfrutase de grandes ventajas en el pago de tasas aeroportuarias, a la vez que obtenía incentivos por la asistencia en escalas y por explotar nuevas conexiones. Todas estas prerrogativas le permitían a la aerolínea irlandesa unir Bruselas con Londres por 0,9 euros más tasas, con Estocolmo o Pisa por 15 euros.
En España, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (Aesa), dependiente del Ministerio de Fomento, ha abierto una investigación a Ryanair para determinar "las responsabilidades en las que podría haber incurrido" la low cost irlandesa después de que los tres aviones de la compañía realizasen aterrizajes de emergencia en el aeropuerto de Valencia por falta de combustible.
El combustible mínimo legal que hay que llevar a bordo da para llegar al destino (Barajas), hacer aproximación frustrada y proceder al aeropuerto alternativo (sin esperas en el aeropuerto de destino). Al llegar al alternativo (valencia) se debe de disponer de 30 minutos más de combustible para hacer esperas. (porque no sólo nos habremos desviado nosotros) Cuando los aviones esperan en destino por causa de tráfico denso o meteorología, se supone que es porque han cargado un combustible adicional o porque pueden utilizar el combustible desponible para el alternativo. Si procedemos al alternativo, al llegar a las proximidades del aeropuerto tenemos que tener para esperar los 30 minutos que dije al principio. Por tanto, si Ryan Air declaró emergencia teniendo todavía para 30 minutos, como dicen, hay que sancionarles severamente porque no hubo tal emergencia y esta "argucia" les da prioridad ante otros tráficos que realmente si estén peor que ellos. Si en Valencia estuvieron esperando 30 minutos o más, entonces operaron legalmente.. Las llamadas pueden ser Pan pan pan, por lo que pedimos prioridad o Mayday mayday mayday cuando hay grave peligro para los ocupantes del avión. Ahora toca investigar la realidad, ya que hay mucho bulo.
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