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VALENCIA. Mientras Feria Valencia se somete a un nuevo proceso de ajuste tras registrar unas pérdidas de 7,6 millones de euros y sufrir en su demanda la caída de la actividad económica, el Palacio de Congresos de Valencia prevé ampliar sus instalaciones con un edifico gemelo, diseñado por el arquitecto británico Norman Foster, con una inversión de 24 millones de euros.

Ante este hecho, círculos empresartiales de la capital han propuesto a la institución ferial que se plantee la posibilidad de que los gestores del Palacio de Congresos, dirigidos por José Salinas, pospongan su proyecto y asuman la gestión del centro de evento del complejo, distante en poco más de tres kilómetros.

Sin embargo, la presidencia de Feria Valenciana, que ocupa Alberto Catalá, y la presidencia de su patronato, ejercida por la alcaldesa Rita Barberá, se oponen a esta idea, aunque fuentes empresariales insisten en que se valore y respaldarían su aplicación. Tras los últimos cambios en el organigrama de la entidad, la interlocución empresarial se ha hecho más intensa.

Así se interpretó la entrada de Enrique Soto como director general, procedente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV). Aunque no se cuestiona su valía ni su lealtad hacia sus nuevos jefes, el hecho de que fuera el elegido para sustituir a Carlos de Vargas como primer ejecutivo se ha interpretado como un cambio de sensibilidad que puede tener efectos en la gestión.

Feria Valencia incluye en su agenda este complejo, coronado por medio óvalo acristalado, con 24 salas y dos auditorios repartidos en 7.700 metros cuadrados. A través del subsuelo el complejo se conecta directamente con el pabellón 5, que ofrece una superficie de 10.000 metros cuadrados con capacidad para acoger ferias y actos de gran envergadura.

UN NUEVO PALACIO SIMILAR AL CENTRO DE EVENTOS

La propuesta de Salinas para su nuevo edificio es que sea financiado mediante créditos solicitados por el consorcio de gestión del Palacio de Congresos, avalado por el Ayuntamiento de Valencia. El proyecto, que estaría finalizado en 2014, contempla un nuevo edificio conectado con el actual a través de un pasillo acristalado.

El nuevo espacio proyectado cuenta con dos plantas, con espacios diáfanos y sistema de panelaje para eventos simultáneos, ocupando una planta aproximada de 6.150 metros cuadrados, ligeramente inferior a la del centro de eventos de la feria. Este área contará con la posibilidad de ofrecer salas plenarias para reuniones de hasta 2.500 personas, así como hasta 20 salas paralelas de diferente capacidad.

A los tres auditorios ya existentes se le podrán añadir, tras la finalización del nuevo proyecto, dos salas plenarias de más de 2.000 personas, que a su vez se pueden transformar en hasta siete auditorios de entre 300 y 600 personas. Por su parte, a las nueve salas paralelas que alberga el edificio original se le sumarán hasta un máximo de otras 20 salas de diferente capacidad. A la superficie actual de exposición de 2.000 metros cuadrados se añadirán un máximo de 5.000 para montajes y aproximadamente 6.000 de zonas verdes.

POSICIONAMIENTO NACIONAL E INTERNACIONAL

El crecimiento de la instalación responde a las buenas cifras que arroja el edificio, inaugurado hace 13 años. El pasado año acogió 118 actos a los que asistieron 99.210 personas. De ellos, 23 fueron congresos y 11 convenciones, de los cuales cerca del 60% eran nacionales e internacionales.

Asimismo, tuvo un incremento de un 40% en el número de asistentes internacionales a congresos respecto a 2010, lo que generó un impacto económico en la ciudad para 2011 de en torno a los 70 millones de euros.

En términos generales estas cifras suponen un aumento de más del 3,5% en número de eventos y del 11% en asistentes respecto a las cifras de 2010. Entre las actividades empresariales más destacadas se contaron la Convención Internacional de Laboratorios Menarini, la Convención Catalunya Caixa, o la de Bosch entre otras

UN CENTRO DE EVENTOS NACIDO EN PLENA CRISIS

En contraste, el centro de eventos de Feria Valencia nació en plena crisis, lo que ha lastrado su comercialización y posicionamiento nacional e internacional. Aunque la institución no ofrece resultados según áreas del complejo, su demanda es similar al conjunto del recinto.

Feria Valencia alcanzó en 2011 unas pérdidas de 7,6 millones de euros, a pesar de haber ajustado su estructura en el último año con una reducción de un tercio de su plantilla y una bajada de un 20% de los costes de personal. De este modo, el recorte de gasto desde 2010 alcanza el 58% en mantenimiento y del 47% en costes laborales.

En materia de ingresos, la nueva dirección ha decido dejar de apostar por los precios bajos y aspira a recuperar en 2020 una tarifa media similar a la que tenía en 2008. Sólo en certámenes, se quiere ganar un 5,9% más, mientras que el incremento por estructura se estima en un 4,8% y en servicios, un 1,8%. Esta mayor productividad se quiere acompañar de un aumento del 2,3% de la superficie ocupada con la generación de nuevas ferias y con la colaboración con organizadores externos. 

Aunque la página web de la institución no registra ninguna actividad en 2012 para el centro de eventos, lo cierto es que sí ha servido como escenario complementario para actividades celebradas en el pabellón 5, como la feria del seguro y los productos financieros Forinvest el pasado mes de febrero.