En concreto, la firma ha inspeccionado aquellas líneas de muy alta, alta y media tensión que tienen una mayor punta de demanda de energía eléctrica por las elevadas temperaturas estivales.
Así, Iberdrola ha realizado una revisión ordinaria de más de 24.300 kilómetros de líneas y una rápida en más de 11.300 kilómetros para detectar posibles anomalías en los elementos que componen este tipo de instalaciones.
Además, el grupo ha realizado un reconocimiento exhaustivo de los apoyos eléctricos, así como las mediciones necesarias para la detección de posibles anomalías en 7.200 kilómetros de sus tendidos y ha revisado por infrarrojos otros 23.400 kilómetros más de líneas.
En última acción, consistente en el reconocimiento de las infraestructuras eléctricas mediante cámaras termográficas, se mide la temperatura de las instalaciones, lo que permite detectar aquellos puntos que mantienen temperaturas inadecuadamente altas para corregirlos y asegurar el suministro ante una posible punta de demanda, explicó Iberdrola.
Asimismo, la empresa ha realizado trabajos de limpieza de los pasillos por donde discurren las líneas, talando y podando aquellos árboles que presentaban un mayor riesgo de contactar con los tendidos a lo largo de unos 1.000 kilómetros de líneas.
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