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La nueva normativa antepone la quema en cementeras de los residuos, objetivo de la planta de combustible derivado de residuos (CDR) que construye Reciplasa, empresa participada por los ayuntamientos de Castellón, Almassora, Benicàssim, Betxí, Burriana, l'Alcora, Onda y Villarreal

VALENCIA. El nuevo Plan Integral de Residuos (PIR) que ultima la Conselleria de Infraestructuras antepone el uso como combustible para las cementeras y centrales térmicas de los residuos no reciclables, objetivo de la planta que construye la empresa pública Reciplasa. Al frente de la entidad está Javier Moliner, presidente de la Diputación de Castellón, y su accionariado se reparte entre los ayuntamientos de Castellón, Almassora, Benicàssim, Betxí, Burriana, l'Alcora, Onda y Villarreal, a los que gestiona sus basuras.

Sin embargo, el documento, aprobado la tarde del jueves por el Consejo Asesor y de Participación Medio Ambiental (CAPMA), no especifica los criterios para la puesta en marcha de las menos contaminantes plantas de valorización que establece la legislación europea y el Plan Nacional de Residuos del Gobierno de España, según denuncian fuentes empresariales.

La próxima aprobación del nuevo PIR en el Pleno del Consell, para la que únicamente falta el visto bueno del Consejo Jurídico Consultivo, permitiría a la futura planta de secado y triturado de residuos no reciclables, que se está construyendo ya en Onda, empezar su actividad a principios de año, mientras que las empresas de valorización tendrán que esperar a que se redacte la normativa que les afecta.

INCINERACIÓN FRENTE A VALORIZACIÓN

La diferencia entre la planta de Reciplasa y las de valorización está en el sistema de tratamiento y el objetivo de su producción. Mientras que en la de la empresa pública castellonense se deshidrata y tritura la basura para su posterior quema en los hornos industriales, en las de valorización se aplica un tratamiento más intenso que reduce las posteriores emisiones contaminantes y se utiliza como combustible para la generación de gas y electricidad.

Para las cementeras, el bajo precio del carburante sólido ofrecido por la planta de Reciplasa rebaja los costes de producción, pero no reduce los efectos medioambientales de la quema, al ser una combustión a menor temperatura que en las plantas de generación de energía y no haber sido tratados para rebajar su toxicidad.

Además, desde las empresas especializadas en valorización energética se advierte que, en el contexto actual de caida del sector de la construcción, las cementeras únicamente pueden asumir entre 200.000 y 300.000 toneladas de residuos, frente a los 1,6 millones de toneladas que se generan, a los que sí podrían dar salida las de valorización.

BATALLA JUDICIAL

Actualmente ya son 10 las plantas de valorización de residuos existentes en España, gestionadas por las empresas Sener, FCC, Urbaser (ACS), Sufi (Sacyr) y Cespa, pero no es la primera vez que tienen problemas con las normativas autonómicas sobre la materia. El caso más reciente es el de Castilla y León,  donde el Gobierno regional ha tenido que dar marcha atrás en su plan de tratamiento de residuos por no facilitar la libre concurrencia de empresas en el tratamiento de las basuras.

Fuentes del sector ponen en paralelo el caso valenciano con el castellanoleonés y advierten que, de salir adelante el PIR de la Conselleria de Infraestructuras en las condiciones actuales, se producirá una batalla judicial.

En este caso, se daría un paso atrás en la solución al problema de la gestión de los residuos, latente desde hace años y que se ha ido agravando en las últimas fechas. Uno de los casos más significativos es el de los residuos de la zona de Valencia, de los que es responsable la concejal de Residuos Sólidos y Limpieza del Ayuntamiento de Valencia, María Ángeles Ramón Llin, como presidenta de la Entidad Metropolitana de Tratamiento de Residuos (Emtre).

SATURACIÓN DE LOS VERTEDEROS 

Esta zona envía sus residuos no reciclables al vertedero de Dos Aguas, que estuvo en riesgo de ser afectado por los incendios forestales de la pasada semana. Esta instalación está formada por dos celdas de almacenamiento, de las cuales una ya está completada y sellada, y la situación de la segunda ha hecho que se inicien los trámites para la construcción de una tercera.

La falta de vertederos ha conducido a que otras zonas tengan que deshacerse de sus desechos no reciclables hasta en comunidades autónomas vecinas, como Murcia. En todo caso, el enterramiento es una solución que también es criticada por los grupos ecologistas, por la emisión de metano y otros gases contaminantes.