A. MOHORTE / J. CLEMENTE. 02/07/2012 Los incendios fuera de control que arrasan la provincia de Valencia por cuarto día consecutivo han destruido ya 50.000 hectáreas, una superficie similar a toda la isla de Ibiza. Los daños económicos y medioambientales no han podido ser cuantificados, pero indudablemente la catástrofe se ceba en la Comunitat Valenciana en uno de los peores momentos de su historia reciente

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VALENCIA. "Se nos ha quemado la Comunidad Valenciana", lamentaba Pilar Lozano, alcaldesa de Turís, uno de los municipios más afectados por el incendio. 50.000 hectáreas bajo las llamas, 3.000 personas evacuadas, 20 municipios afectados y trece carreteras cortadas son las magnitudes de una de las mayores tragedias medioambientales que han afectado a la Comunitat Valenciana.

Pero lo peor es que estas cifras son las disponibles al término del tercer día consecutivo de incendio y las llamas siguen sin ser controladas, por lo que todo hace temer que irán a más. El esfuerzo de los más de 1.850 efectivos terrestres y 47 medios aéreos no ha podido dominar las dos lengus de fuego que azotan la provincia de Valencia, declarados el jueves y el viernes en las localidades valencianas de Cortes de Pallás y Andilla, el último de los cuales ha alcanzado la provincia de Castellón.

Por el momento, no existe una cifra oficial sobre la superficie exacta que podría haberse visto afectada, que se calculará una vez las llamas sean controladas. Sin embargo, los primeros cálculos señalan que en el caso de Cortes y Dos aguas pueden haber ardido unas 30.000 hectáreas; mientras que en el de Andilla, la zona afectada podría ser de al menos 20.000 hectáreas.

ENTRE LOS RECORTES Y EL INFORTUNIO

Mientras la oposición se ha apresurado a recordar que los recortes del Consell en 2012 han significado una rebaja de cinco millones de euros y un millar de brigadistas menos en la prevención y lucha contra el fuego, los miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y los cuerpos de bomberos han reconocido que las circunstancias meteorológicas y lo abrupto del terreno en focos como en el Andilla han dificultado sobremanera las labores de extinción.

Igualmente, desde las redes sociales se ha criticado intensamente la actitud del Gobierno central por este suceso, en contraste con las celebraciones de la final de la Eurocopa. Hasta el momento, el único gesto político recibido desde el Gobierno central ha sido la llamada del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para ofrecer "todo el apoyo del Ejecutivo en la lucha contra los incendios que afectan a la Comunitat".

Por su parte, la Administración valenciana encaja esta catástrofe sumida en uno de los escenarios más complejos. Después de 30 años de autogobierno, sufre los efectos de la vertiente local de la crisis económica y de la espiral de desconfianza que las autonomías españolas despiertan y que han reflejado en sus informes tanto la Comisión Europea, como el Fondo Monetario Internacional y las agencias de calificación de riesgos, que han sumido su deuda en los niveles del ‘bono basura'.

EL DÍA DESPUÉS

Cuando se logre controlar los focos y se pueda proceder a su extinción, la zona afectada requerirá de una serie de medidas que contrastarán con el cumplimiento de las contrapartidas demandadas por el Gobierno para satisfacer el ‘rescate' encubierto al que se encuentra sometida la Comunitat.

Recortes en el gasto, incrementos en los impuestos y un control estricto del cumplimiento del plan de saneamiento aprobado por el Consejo de Política Fiscal y Financiera son las líneas generales que el Consell de Alberto Fabra ha tenido que ir concretando en acciones a pie de calle, limitando además la capacidad de movimientos del Ejecutivo autonómico a lo puramente administrativo.

Sin embargo, también se tendrá que dar respuesta a los problemas que los incendios incontrolables durante ya cuatro días han generado a los habitantes de Cortes de Pallás, Dos Aguas, Yátova, Macastre, Turís, Montroi, Real, Alborache, Tous, LLombai, Catadau, Carlet, Andilla, Sacanyet, Llíria, Teresa, Bejís, Altura, Alcublas y Jérica, si la nómina no se amplía en las próximas jornadas.