VALENCIA. Un golpe de efecto con varias lecturas e incógnitas. El nombramiento de José Vicente Morata, presidente de la Cámara de Comercio de Valencia, como administrador provisional de Banco de Valencia sorprendió este lunes a la clase empresarial local. La decisión del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) de incorporar a una persona ajena al organismo público al cuarteto de gestores de la entidad intervenida introduce nuevas variables en su escenario futuro. Estas son las cinco claves para interpretar un movimiento inesperado.
1. MEDIDAS URGENTES ANTE EL APLAZAMIENTO DE LA SUBASTA. Para comprender la decisión del FROB de fichar a José Vicente Morata hay que situarse en la nueva coyuntura de Banco de Valencia. El anuncio del pasado jueves de aplazar la subasta para la venta de la entidad fue un golpe que, pese a estar contemplado, introduce incógnitas sobre su futuro. La reacción de los administradores destinados en el banco fue doble: suscribir de forma inmediata la ampliación de capital de 1.000 millones de euros (lo que se ha traducido en la toma de control de la práctica totalidad del accionariado) y, como se supo ayer, consolidar el equipo gestor. Son dos medidas urgentes para tratar de amortiguar el impacto lanzando un mensaje de confianza en la viabilidad de Banco de Valencia una vez saneado. El objetivo, tratar de generar confianza entre la base más recelosa de la clientela.
2. LOS NUEVOS DUEÑOS, MÁS ALLÁ DE LA INTERVENCIÓN. Tras cubrir la ampliación de capital, el FROB (y por tanto el Estado) es ya el dueño casi absoluto de Banco de Valencia. Hasta ahora el fondo público actuaba como administrador provisional de la entidad amparado en la intervención ordenada por el Banco de España. El antiguo consejo de administración, el que representaba a los accionistas (desde Banco Financiero y de Ahorros a las familias fundadoras) fue apartado por la intervención. Ahora, el FROB ya es el dueño formal del banco y pese a que el cuarteto de administradores ya representan al capital, pese a que siguen llevando la coletilla de provisionales.
3. JOSÉ ANTONIO ITURRIAGA, DIRECTOR GENERAL. EL PROCESO VA PARA LARGO. Llegó a Banco de Valencia en Fallas, procedente de CAM, donde ya lideró la intervención del Banco de España en la caja. Tras superar la junta de accionistas este exinspector del Banco de España, curtido en varias crisis financieras, se consolida como director general de la entidad valenciana. Más allá de la lógica de este nombramiento, lo que desvela es que tras la decisión de aplazar la subasta, la permanencia del FROB al frente de Banco de Valencia se alargará bastante más de lo previsto cuando se intervino en noviembre. En septiembre se conocerán las necesidades definitivas de capital y habrá que ver qué decisión toma el Gobierno entonces con los bancos nacionalizados. Si se vuelve a poner en marcha el proceso de venta los cálculos más optimistas alargan hasta más allá de diciembre cualquier solución.
4. MORATA: EN BUSCA DE LA COMPLICIDAD EMPRESARIAL. La decisión de incorporar a un 'consejero independiente' al grupo de administradores provisionales pone de manifiesto la intención del FROB de luchar por mantener vivo al banco. A nadie se le escapa que las noticias que introducen incertidumbre sobre la resolución final de la crisis de la centenaria entidad provocan la fuga de clientes y depósitos. Desde la llega de Iturriaga, la administración de banco se ha lanzado a tratar de recuperar enlaces con la clase económica y empresarial local, una asignatura pendiente en los cuatro primeros meses de la intervención. Ahora que se sabe que el proceso de venta va para largo, el FROB ha optado por hacer visible un compromiso que de momento habían expresado de palabra. Es en ese contexto en el que hay que enmarcar el nombramiento de José Vicente Morata como administrador provisional del banco, decisión que se tomó el pasado jueves, día en que se aplazó la venta .
5. UN EMPRESARIO 'SIN ANTECEDENTES'. Las razones por las que el FROB ha elegido al presidente de la Cámara de Comercio de Valencia para jugar ese papel eran más confusas a última hora del lunes. En el mundo financiero y empresarial la noticia fue una sorpresa. No había constancia de que se hubiese estado buscando a nadie, y la pregunta que formulaban todos era "¿Por qué Morata?". A falta de mayor concreción cabe suponer que el nombre no fue elegido al azar. Este empresario del sector de la madera, próximo a Juan Roig, no está manchado por el estigma del ladrillo. Su empresa de puertas tampoco tiene ninguna 'hipoteca' financiera que le lastre. Y su perfil bajo -alejado por ejemplo del más expresivo de su homólogo en Cierval, José Vicente González- le supone una discreción sobre la gestión interna que el FROB reclama. Con una visión aséptica, Morata representa a un poder empresarial y con capacidad ser interlocutor y de tender puentes entre la entidad y uno de sus nichos de clientes históricos: las pymes, tentadas ahora por competidores, como CAM Sabadell.
"¿Es el nuevo Francisco Pons?", se preguntaban la pasado noche algunos empresarios, en referencia al puesto que ocupó el expresidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) en el consejo de Bankia. Y pese a que hay ciertas similitudes, la situación es tan distinta que todo apunta a que su roles serán distintos. Si Pons fue el hombre de los empresarios en Bankia, Morata será el hombre de Banco de Valencia entre los patronos. "Venid, es uno de los vuestros", pareció decir Banco de Valencia a los empresarios.
Creo que falta otra clave, la anteriro a la primera. Es una forma de garantizarse una buena prejubilación y tener un buen blindaje, como todos los directivos anteriores del Banco de Valencia. Es Indecente.
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