VALENCIA (A. MOHORTE). Dar peces o enseñar a pescar. La concienciación social de Margarita Albors impulsó el proyecto de la aceleradora de empresas Socialnest, que empieza a dar sus frutos en el Parc Científic de la Universitat de València.
La idea surgió mientras esta ingeniera valenciana cursaba un master en la Universidad de Harvard. En Estados Unidos, las ayudas públicas para proyectos sociales son muy reducidas y es la iniciativa privada la que toma la iniciativa.
"En España, hasta ahora, muchos proyectos sociales o medioambientales han dependido de subvenciones y ayudas públicas de distinto tipo, pero la situación actual hace necesario reorientarse para hacer sostenibles los proyectos por ellos mismos", señala desde Socialnest una de sus responsables, Victoria Vila.
EQUIPO MULTIDISCIPLINAR
Además de Margarita Albors, el proyecto implica a Clara Icardo como coordinadora de la gestión interna, a Amparo Azcuitia como coordinadora de eventos; a Victoria Vila, como responsable de comunicación y a distintos expertos que colaboran de ponentes en las conferencias que organizan o de mentores de los emprendedores participantes.
Sus cuatro responsables llegan al proyecto tras recabar experiencia nacional e internacional en gestión o responsabilidad social corporativas en empresas de sectores como la alimentación o farmacéutico, además de en organizaciones no gubernamentales para el desarrollo y contra la exclusión social.
Los proyectos que actualmente están en fase de aceleración consisten tanto en la elaboración de menús a precios muy reducidos para personas con escasos recursos como en iniciativas de democracia participativa para poner en contacto a ciudadanos, empresas y ayuntamientos.
EXITO COMPARTIDO
Su modelo no es muy distinto del de otras aceleradoras de empresas, lo que cambia es el tipo de empresa que impulsan, las llamadas empresas sociales. Este tipo de compañías son organizaciones nacidas para resolver un problema social o medioambiental para lo cual utilizan métodos y técnicas de gestión empresarial.
Socialnest selecciona los proyectos, los analiza, los valora y sólo a los elegidos les tutela durante tres años para conseguir que salgan adelante. Después de un primer año de formación intensiva y dos años de asesoría para el desarrollo del negocio y la captación de inversores, su contacto es más de compañero que se tutor.
"El programa de asesoría, que se contabiliza en 300 horas de monitorización, está valorado en 18.000 euros, pero sólo lo pagan las empresas que salen adelante. De este modo, el éxito del proyecto es compartido", apunta Vila.
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