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VALENCIA. La próxima salida del líder del PP de Castellón, Carlos Fabra, puesto que heredará el presidente de la Diputación, Javier Moliner, ha abierto la carrera por ocupar un lugar preferente en la dirección provincial del partido, especialmente en lo que se refiere a la secretaría general de la formación 'popular'.

El exdiputado nacional y vicepresidente de la Diputación, Miguel Barrachina, era el dirigente que sonaba con más fuerza para ser el número dos del partido en Castellón. No obstante, decidió declinar esta posibilidad, según apuntan fuentes del PP de Castellón, para poder centrarse en la corporación provincial.

Con este escenario, el abanico de aspirantes a ocupar este cargo en el partido se ha abierto de forma considerable. Diversas fuentes consultadas sitúan al alcalde de Peñíscola, Andrés Martínez, cercano a Moliner, como uno de los favoritos para convertirse en el próximo secretario general.

La alcaldesa de Benicàssim, Susana Marqués, es otra de las dirigentes que opta al puesto. La primera edil fue una de las ponentes designadas por Alberto Fabra en el último Congreso Regional del PPCV celebrado el pasado mes de mayo.

No es la única que tiene aspiraciones. Dirigentes de peso como la exalcaldesa de la Vall d'Uixó y consellera de Infraestructuras, Isabel Bonig, también tiene interés en situarse en un puesto en el partido de esas características, según señalan las fuentes consultadas, algo que no sería extraño puesto que, a día de hoy, Fabra tiene al conseller Serafín Castellano compatibilizando su cargo en el Gobierno valenciano con el de secretario general del PPCV, y pronto el vicepresidente José Císcar será, a la vez, presidente provincial del PP alicantino.

De la misma manera, al diputado nacional y exconseller de Sanidad, Manuel Cervera, también se encuentra entre los aspirantes, si bien Moliner mantiene sus reservas acerca de conceder el puesto a un dirigente con una trayectoria que pueda hacerle ‘sombra'.

En cuanto a la cuota de Carlos Fabra, diversas fuentes del PP castellonenses apuntan a que se le concederá a Esther Pallardó, protegida del todavía presidente, una vicesecretaría general y algunos puestos en la dirección.