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Císcar, Buch y Catalá son los únicos con plaza fija para el nuevo Consell de Alberto Fabra

X. AGUAR. 15/06/2012 Las tres únicas designaciones del presidente se han convertido en la nueva ‘troika' del jefe del Consell, que estudia una próxima remodelación con reducción de carteras y disminución de altos cargos
Alberto Fabra, José Císcar y María José Catalá

VALENCIA. El pasado 5 de enero, el vicepresidente del Consell, José Císcar, debutaba en rueda de prensa como número dos y portavoz del Gobierno valenciano con la delicada misión de presentar el decreto Ley de ajustes en la Generalitat. En aquella comparecencia fue flanqueado por el entonces titular de Economía, Enrique Verdeguer, y el conseller de Hacienda, José Manuel Vela: la instantánea simbolizaba la ‘troika' en la que se había apoyado Alberto Fabra en sus primeros meses de gobierno. 

Verdeguer, Císcar y Vela

Solo seis meses después, la situación ha cambiado. La salida de Verdeguer a principios de año para presidir Adif, y la más que probable marcha -por propia voluntad- del conseller de Hacienda, José Manuel Vela, ha variado el ‘tridente' de poder en la Generalitat.

Con una remodelación del Gobierno valenciano que diversas fuentes de la Generalitat consideran "muy próxima", sólo existen tres dirigentes "fijos" en el futuro Consell de Fabra: el titular de Economía, Máximo Buch, la responsable de Educación, María José Catalá, y el propio vicepresidente, José Císcar.

Los dos primeros fueron apuestas personales de Fabra y, en cuanto a Císcar, fue ascendido por el propio presidente para convertirlo en su mano derecha, prescindiendo de Paula Sánchez de León, vicepresidenta nombrada por Francisco Camps y que recaló en la Delegación del Gobierno.

Los nervios en el Consell se palpan: la remodelación del Gobierno valenciano prevista conllevará una reducción de carteras y una disminución de altos cargos. Aparte de los tres citados anteriormente, las diversas fuentes consultadas dentro del Ejecutivo aseguran que del resto de consellers ninguno tiene el 100% de garantías de continuidad. Varios seguirán, pero nadie puede relajarse.

Uno de los que podría mantenerse es el conseller de Sanidad, Luis Rosado, enfrascado en el cambio de modelo de gestión sanitaria dirigido a la privatización. No obstante, no se descarta que pudiera salir si la crisis del Consell se produjera a finales de julio, dado que ya habría iniciado los trámites del cambio, del que hoy se presenta el documento previo al pleno del Consell. Fuentes del proceso, subrayan a este diario que Rosado no ha sido el "ideólogo e impulsor principal" del proyecto por lo que no estaría ‘blindada' su continuidad.

Serafín Castellano

Por su parte, el conseller de Gobernación, Serafín Castellano, designado secretario general del PPCV y con opciones de ocupar la portavocía de Les Corts, apunta a ser relevado por desaparición de la conselleria que regenta. Aunque hay quien opina en el Gobierno valenciano que podría ocupar otra cartera, las fuentes consultadas señalan que Fabra preferirá "dar juego" a otros dirigentes. Si fuera portavoz, sería improbable que se mantuviera también como conseller.

Otro de los que no puede dar por segura su continuidad es el titular de Justicia, Jorge Cabré. ‘Fichado' años atrás para la conselleria por Fernando de Rosa, gozó de continuidad con Paula Sánchez de León, y abrazó posteriormente el nuevo liderazgo de Alberto Fabra. Sus posibilidades de seguir se fundamentan en que su conselleria se mantendrá.

De la misma manera, la consellera de Infraestructuras, Isabel Bonig, tiene a su favor ser mujer -en un Ejecutivo en el que no abundan-, de Castellón y la propia continuidad de su cartera. No obstante, tampoco puede dar por seguro que mantendrá su cargo y fuentes del partido apuntan a que también mantiene aspiraciones para la secretaría general provincial de la formación ‘popular' en Castellón.

La continuidad de la consellera de Cultura y Turismo, Lola Johnson, suscita amplias dudas a gran parte de las fuentes de la Generalitat consultadas. ‘Fichaje estrella' de Camps como portavoz, fue relegada con la llegada de Alberto Fabra. La probable desaparición de su cartera, que apunta a integrarse en Educación, la situaría con un pie fuera del Consell, si bien en ciertos sectores del Gobierno valencianos creen que podría encabezar el departamento resultante de la fusión y que María José Catalá pasaría a ser consellera de una cartera de Industria, Comercio, Turismo y Empleo.

La salida que, en las entrañas de la Generalitat, se da por más previsible es la de Maritina Hernández, titular de Agricultura. Apuesta de Camps en su día, su relación con Fabra no es fluida y, además, la continuidad de su propia conselleria es objeto de estudio desde Presidencia de la Generalitat.

Diez consellerias que pueden reducirse hasta seis lo que conllevará, según fuentes de la Generalitat, cambios en la estructura competencial y una disminución de cargos en el segundo escalón. Un ajuste del que no estarán a salvo los propios consellers.

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