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VALENCIA. "Aguas de Valencia es Numancia en lo empresarial, pero también en lo político". Así enmarcaba un profundo conocedor de la gestión de la compañía la última escaramuza en la guerra abierta que mantiene con su principal rival, Aguas de Barcelona, y cuyo último episodio ha sido la sentencia que anula el concurso de 2008 que permitió a la valenciana la creación de una empresa mixta con la Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos (Emshi) para el suministro de agua del área metropolitana de la capital.

Tras la pérdida de las cajas de ahorro y en pleno 'juego de tronos' en el Partido Popular valenciano, la defensa del statu quo de la compañía se ha convertido en una prioridad política para la alcaldesa de la ciudad, Rita Barberá, si alguna vez ha dejado de serlo.

Tras las operaciones orquestadas en su día por el presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, la salida en 2007 del Grupo Bouygues en favor de Suez Environnement (propietaria de Aguas de Barcelona) hizo cerrar filas a los accionista mayoritarios y al Partido Popular sobre la conservación de este espacio de poder -y buenos negocios- local que todos ven amenazado.

UNA GUERRA CON DOS FRENTES

Aguas de Barcelona está presente en la Comunitat Valenciana a través de Aquagest, firma que acapara el negocio de la práctica totalidad de la provincia de Alicante y algunas plazas fuertes de la de Valencia como Torrent, Paterna o Cullera, obtenidas cuando estas localidades eran gobernadas por el PSOE.

La entrada de Suez en el accionariado abrió la puerta a la continuación de este enfrentamiento desde dentro de la propia compañía. Suez Environnement cuenta con el 67% de Hisusa Holding de Infraestructuras y Servicios Urbanos, titular del 99% de Aguas de Barcelona y al tiempo accionista al 33% de Aguas de Valencia.

El desembarco de esta compañía en Valencia fue interpretado como un caballo de Troya, lo que unió al resto de grandes accionistas en la constitución de Inversiones Financieras Agval, formada actualmente por Fomento Urbano de Castellón (50%), Banco de Valencia (49,99%) y Galbis Inversiones (0,01%) de la que es administrador único el presidente de Aguas de Valencia, Eugenio Calabuig.

CUESTIÓN DE VALENCIANÍA

Alegando la defensa de la valencianidad de la empresa, tanto Barberá como el Consell se han opuesto reiteradamente a cualquier movimiento que permita ganar músculo a Suez Environnement tanto en el mercado (a través de Aguas de Barcelona) como en el accionariado. En este sentido interpretan distintas fuentes conocedoras de la compañía la aparición del vicealcalde de Valencia, Alfonso Grau, en los trámites del concurso para la gestión del suministro de agua para el área metropolitana de Valencia que ha desvelado el expresidente de Emarsa y Emshi, Enrique Crespo.

La adjudicación, realizada con fecha del 31 de julio de 2008, que eligió a Aguas de Valencia, fue recurrida por la otra candidata, Aguas de Barcelona, por basarse en el informe de una empresa que no tenía la "habilitación profesional necesaria" para analizar esta materia: la compañía informática Secuenzia Píxel. La sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJ), que es firme y no admite recurso, da la razón a Aguas de Barcelona y obliga a la Emshi a volver a valorar las ofertas planteadas en su día.

El objeto social de Secuenzia Píxel, 'recomendada' por el vicealcalde de Valencia, Alfonso Grau, se limita al "desarrollo, venta o alquiler de aplicaciones informáticas o equipos electrónicos; explotación de redes y prestación de servicios de comunicaciones electrónicas, gestión de las infraestructuras técnicas de canales múltiples de televisión digital, terrenal en todos sus ámbitos, ya sea local, regional autonómica o nacional", según recoge la sentencia citando al Registro Mercantil.

IMPLICACIONES POLÍTICAS

Anteriormente, Secuenzia Píxel ya participó en la valoración de la oferta presentada por Administración y Gerencia de Ondas 13 SL, para la gestión de la Televisión Municipal de Valencia, pero no es la primera vez que la mercantil y sus responsables, vinculados a la gestión del Partido Popular, salen a la palestra por motivos ajenos a la actividad declarada de la empresa.

En concreto, su presidente hasta 2004, Idelfonso de Miguel, pasó la administración a su cuñado Fernando Ruano para asumir la gerencia del Canal de Isabel II de Madrid. Estrechamente relacionado con Ignacio González, vicepresidente de Esperanza Aguirre, De Miguel tuvo que dimitir en 2009 por su implicación en el caso de espionaje hacia distintos altos cargos del Partido Popular de la Comunidad de Madrid.

Según declaró Crespo ante el juez, Grau habría 'sugerido' la contratación de esta empresa por desconfiar de la imparcialidad del técnico de Emshi, Alejandro Mulet, exconcejal de Esquerra Unida en el consistorio valenciano. El informe que presentara sería clave para el futuro de Aguas de Valencia por su montante, 2.500 millones de euros, y por la estabilidad que le significaría a la compañía, al estar fijado por un periodo de 50 años.