MADRID (EFECOM). El consejo de administración que hoy celebró BFA, la matriz de Bankia, tuvo un invitado excepcional, un representante de la auditora Deloitte, que reconoció que en octubre pasado ya alertó a la entidad de que las cuentas tenían salvedades, según explicaron a EFE fuentes del consejo.
La reunión de hoy fue convocada con el objeto de aprobar las cuentas reformuladas y auditadas del Banco Financiero y de Ahorro (BFA), que arrojó unas pérdidas consolidadas de 3.318 millones de euros.
Estas cifras contrastan con las cuentas no auditadas que la entidad presentó hace unas semanas, y que recogían un beneficio consolidado de 40,9 millones de euros.
El consejo tuvo hoy conocimiento de la magnitud de las pérdidas, no por boca del interventor de grupo como es habitual, sino por un representante de Deloitte, que acudió a la reunión para justificar los cambios aplicados en las cuentas.
Precisamente, la negativa de Deloitte a firmar las cuentas de cierre del 2011 fue uno de los factores que precipitó la salida del presidente Rodrigo Rato y la decisión del Gobierno de rescatar a la entidad, que ha reclamado una inyección de 19.000 millones de euros.
En la reunión del consejo de hoy, que duró casi cinco horas, el auditor indicó que ya en octubre comenzó a alertar a los directivos de la entidad de que las cuentas tenían salvedades importantes, relacionadas entre otros factores con la valoración de las participadas.
Los consejeros escucharon con atención las explicaciones del representante de Deloitte, aunque con una cierta sorpresa, dado que nunca se informó a este órgano ni, como hubiera sido normal, al comité de auditoría.
Algunos de los consejeros también revelaron una cierta extrañeza por el hecho de que la auditora levantara las primeras señales de alarma en octubre pasado, cuando fue esta misma firma la que participó en la creación del grupo, formado por la unión de siete cajas, en 2010, así como en la salida a bolsa de Bankia, en julio de 2011.
Además, Deloitte participó activamente en la elaboración del plan de saneamiento que BFA-Bankia entregó al Banco de España en marzo pasado, y que fue aprobado por la autoridad, aunque con algunas salvedades.
Si bien Deloitte no puso en evidencia en ese momento ninguna de sus reticencias, también es cierto que no acuñó con su membrete el documento.
En el consejo de hoy, la entidad informó de que se ha encargado a la auditora Ernst & Young la valoración del grupo BFA que, una vez culminada, abrirá la puerta a la entrada del Estado en el capital. En este proceso de valoración participan también tres bancos de inversión, Rothschild, Crédit Agricole y HSBC.
Esta valoración permitirá determinar el porcentaje del capital que tendrá el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) cuando convierta en acciones el préstamo que dio a BFA hace dos años por importe de 4.465 millones de euros, aunque se supone que estará cerca del 100 por cien.
Una vez se ejecute la entrada del Estado, que se convertirá por tanto en el único accionista, se procederá a renovar la composición del actual consejo de administración.
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