Composición del nuevo consejo. Fila de arriba (i-d): Fernando Fernández, Miguel Crespo (secretario general), José Sevilla, Jorge Cosmen, Joaquín Ayuso y José Wahnon. Fila de abajo (i-d): José Luis Feito, Eva Castillo, José Ignacio Goirigolzarri, Francisco Verdú y Javier Campo
VALENCIA. Adiós a las componendas políticas tan comunes en el universo de la antiguas cajas de ahorro, especialmenete entre los dos pesos pesos pesados que dieron lugar al nacimiento de Bankia, Caja Madrid y la valenciana Bancaja. El nuevo presidente del banco, José Ignacio Gorigolzarri, impuso este viernes un golpe de efecto 'invitando' a su dimisión a los antiguos consejeros en representción de las cajas de ahorro que formaban parte de su capital reemplezando por otro integrado exclusivamente por empresarios y profesionales de la gestión empresarial, ninguno de ellos con marchamo valenciano.
'Goiri' ponía fin de este abrupto modo a una historia que comenzó mal, siguió mal y a punto estuvo de conducir al desastre a la mayor fusión bancaria realizada nunca en España, con peligro inminente, además, de arrastrar en su caída a buena parte del sistema financiero nacional. La deriva que había encarado Bankia en las últimas semanas, especialmente desde el momento en que comunicó a la CNMV que el auditor no daba el visto bueno a sus cuentas de 2011, necesitaba un freno contundente. Y eso fue lo que ocurrió este viernes.
O al menos eso es lo que persiguen las tres decisiones fundamentales que se adoptaron en el consejo de administración celebraro este viernes por la entidad: La primera, reconocer la realidad de las cuentas del banco. A fecha 31 de diciembre de 2011, y esta vez sí con el visto bueno del auditor, Bankia perdió 2.979 millones de euros, frente a los beneficios de 309 millones anunciados inicialmente. A continuación, pedir a través de Banco Financiero y de Ahorros, la matriz del grupo, el rescate del Estado, el mayor jamás necesitado en España por una entidad financiera: 19.000 millones de euros. Y finalmente, en tercer lugar, remover, eliminar y reemplazar el insustancial y alucionante consejo de administración integrado por políticos que había heredado de la etapa de Rodrigo Rato al frente de la entidad.
La cantidad solicitada para el rescate, sumada a los 4.465 millones que antes de julio el FROB capitalizará en BFA, sitúa al banco que crearon Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas de ahorros, suma la cifra récord de 23.465 millones de ayudas públicas. Una cifra desorbitada, casi inabarcable. Muy por encima de los ya pesimistas 9.000 millones que apuntó el ministro Luis de Guindos. Incluso por encima de los 15.000 millones que calculó el Gobierno que podría necesitar todo el sistema financiero español para recapitalizarse.
El objetivo de Goirigolzarri parece evidente: si hay que sanear la entidad, mejor hacerlo de golpe que prolongar la agonía en el tiempo con sucesivos recursos al Estado. Las consecuencias para ésteestán por ver, pero para los socios de BFA (que necesita directamente 7.000 millones de los 19.000) ya se conocen. Es imposible que tras capitalizar préstamos por casi 23.500 millones por parte del FROB las cajas accionistas mantengan una mínima participación acconarial.
De hecho, la ampliación de capital posterior en Bankia, con la inyección de 12.000 millones de euros prevista para octubre, aunque formalmente tendrá derecho de suscripción preferente, acabará diluyendo también a míninos la participación de los accionistas actuales del banco cotizado (con la contratación suspendida todo el viernes).
LA DIMISIÓN DEL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN DE BANKIA
Con este escenario parecía imposible que el consejo de adminsitración del banco, el que se nombró para la salida a bolsa y que mantenía las cuotas de poder de las cajas de ahorros presentes en BFA y no pocas componendas políticas, debía saltar por los aires. Solo se salvó el consejero delegado, Francisco Verdú, quizá porque alguien con conocimiento de las entrañas del banco debe permanecer.
El resto de consejeros, formalmente, presentaron su dimisión. Y, formalmente, les fue aceptada. No hubo regateo. Posiblemente porque tampoco fue una decisión voluntaria. Todas las cajas de ahorros representadas en BFA perdieron de golpe a sus reprentantes en Bankia. Y aunque de momento el consejo de BFA sigue existiendo, su nacionalización inminente le marca su futuro hacia la disolución.
Goirigolzarri nombró a un nuevo consejo en el que no solo no constan Antonio Tirado, Francisco Juan Ros García, Juan Martín Queralt o Araceli Mora, los cuatro consejeros que, directa o indirectamente representaban a Bancaja desde el principio. Es que el que iba a ser hombre fuerte de la cuota valenciana, Francisco Pons, perdió la vicepresidencia a la que fue aupado tras la dimisión de José Luis Olivas. Pons, sin embargo, sí continúa representando el banco en el consejo de Iberdrola, sillón que ocupó hace menos de 24 horas. No todos lo han perdido todo.
Los nuevos consejeros, liderados por Goirigolzarri, con Verdú como consejero delegado y José Sevilla como consejero ejecutivo (nombrado el pasado 16 de mayo director general de Presidencia de Bankia), carecen de concesión estética alguna. Se trata de empresarios de distintos sectores, con empresas relevantes a sus espaldas: Joaquín Ayuso (vicepresidente de Ferrovial), Eva Castillo (consejera de Telefónica), José Wahnon (consejero de Azentis), José Campo (presidente de Zena), Jorge Cosmen (presidente de Alsa), Fernando Fernández (consejero de Red Eléctrica) y José Luis Feito (presidente de la patronal de las autopistas españolas).
En la lista no figura ningún referente empresarial valenciano, nadie en el que la clase económica local se vea lejanamente representado. Seguramente los criterios de Goirigolzarri para componer el consejo son ajenos a ese debate territorial ya sin sentido tras una más que evidente nacionalización y necesaria profesionalización del consejo de administración. Esto no impide, sin embargo, preguntarse por qué no hay nadie cercano en esa lista. Y más que justificar una poco creíble inquina del profesor, lo que cabría es hacer examen de conciencia.
Cómo que borrón y cuenta nueva? Es que un agujero de 23.000 millones causado por políticos del PP les va a salir gratis, no hay ni siquiera responsabilidad política de los ministros, presidentes de comunidad autónoma, consejeros y sinvergüenzas varios que hasta amañaban las cuentas para aparentar superavit, creo que el borrón lo debería dar la justicia de este pais, si existiera, claro.
Si que hay un valenciano en el Consejo, Francisco Verdú es de Alcoy. No obstante las cuotas territoriales dejan de tener sentido y a Bankia le han hecho más mal que bien.
Buenos días: si, finalmente es "borrón y cuenta nueva" como indica el titular hoy bastantes personas involucradas en el devenir de BANCAJA respirarán mas tranquilo.Programarán sus vacaciones con antelación pensarán (con lógica) "que listo que somos" y nos "salvamos por los pelos" a nadie le interesa los miles de millones de euros públicos que se irán por el desague a nadie salvo a los que viven en "el piso de abajo" de esta España.-Es lamentable pero será una mas de las cosas que hay que digerir en este camarote de los "hemanos marx" que se montaron tantos unos como otros.- Realmente se "acabo el jabón" como decía el anuncio pero en realidad se "acabo el chollo" duro demasiado.- Atte Alejandro Pillado Valencia 2012
Seria conveniente que se analizará la actuacion de los consejeros nombrafos por Bancaja en BFA y Bankia. Es conveniente saber a que ha conducido su mas que nefasta actuacion. Por otra parte ¿ se merece Pons ser consejero de Iberdrola? Patetico de verdad.
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