VALENCIA. Matriculas más caras, aumento de la nota media para acceder a una beca y la dificultad para encontrar un trabajo forman, entre otras, el cóctel del nuevo marco universitario. El ministro de Educación, José Ignacio Wert, acaba de anunciar que la subida de tasas será del 25% para el próximo curso académico. Una medida que ha desencadenado manifestaciones estudiantiles en todo el territorio nacional.
Junto a esta medida también han aparecido nuevos requisitos para poder acceder a una beca de estudios, además el paro juvenil apunta a los niveles más altos de los últimos años. Un panorama que se presenta bastante difícil para que un universitario medio pueda seguir estudiando. ¿Cuánto cuesta realmente ser estudiante en Valencia?
Son las 6 de la mañana pero Eva Casas ya está en marcha. Tiene que coger un tren que la llevará desde Alzira hasta la Estación del Norte. Desde allí, un metro y un tranvía la acercarán hasta el campus de Tarongers de la Universitat de València. Han pasado dos horas desde que esta estudiante de 2º curso de Economía, ha salido de casa y ya se ha gastado 15 euros para poder ir a clase.
El transporte se ha convertido en uno de los principales gastos de los universitarios. "Me gasto alrededor de 100 euros al mes en venir a clase desde mi casa en Alzira" comenta Eva a Valenciaplaza.com. Según esta joven estudiante, el problema es la subida de precios generalizada. "Ya no estamos hablando sólo de las tasas universitarias, que también, sino que los servicios de transporte están subiendo mucho cada año que pasa", un problema que podría agravarse si como apunta ella misma, el Gobierno decidiera subir el IVA para el próximo año.
"SIN BECA LAS COSAS SE COMPLICAN, Y ENCONTRAR UN TRABAJO NO ES NADA FÁCIL"
Su padre es trabajador en el sector de la construcción y su madre es ama de casa. Decidió estudiar economía porque le gustaba y gracias a una beca pudo empezarla el año pasado, ya que su padre se encontraba desempleado. "Este año ya no he podido contar con la beca y las cosas se están complicando" y añade que le gustaría poder trabajar para seguir estudiando. "Pero "encontrar un trabajo tampoco me está resultando nada fácil". Por otra parte afirma que lo quiere seguir intentando aunque cree que la situación va a ir a peor: "Me parece un auténtico robo lo que quieren hacer con las tasas universitarias, al final solo van a poder estudiar las clases sociales más altas".
Otro estudiante, Héctor González, asiste al último curso de Ingeniera Electrónica en la Universidad Politécnica de Valencia. Vive en Torrent y cada mañana acude a clase en coche. "No me planteo utilizar el transporte público, es carísimo, un viaje de ida y vuelta desde aquí cuesta dos euros y tardo más de una hora en llegar a clase". Y lo cierto es que Metrovalencia es uno de los servicios públicos más caros de España.
Desde las redes sociales se ha conseguido movilizar al sector estudiantil durante el último año. Vía Twitter se promovió la campaña 'Dimecres sense metro'. Una iniciativa que instaba a los usuarios de Metrovalencia a utilizar un sistema de transporte alternativo cada miércoles para concienciar a la empresa de lo ineficaz del servicio.
Héctor cuenta que una vez en la facultad, puede gastarse fácilmente siete euros en comer o almorzar, aunque llevarse la comida de casa se convierte en la opción más económica. Eso suma un total de 13 euros al día, sin contar con que haya que comprar material, "en fotocopias me gasto 15 euros al mes seguro, aparte están los libros que suelen ser bastante caros".
Ante la inminente subida de tasas académicas, Héctor afirma que no le queda más remedio que seguir adelante. "¿Qué voy a hacer? Tengo que estudiar un máster el próximo año y no me planteo dejar ya mis estudios", comenta con un cierto tono de preocupación aunque en su caso, su situación es más desahogada en casa. Sus padres son funcionarios y además se siente un afortunado por tener dos trabajos que le permiten sacarse algún dinero extra.
"ESTOY ESTUDIANDO ALEMÁN. SI NO ENCUENTRO TRABAJO NO DUDARÉ EN IRME"
Trabaja en un invernadero los fines de semana y lo compagina con su verdadera pasión, el mundo del motociclismo. "Si quieres estudiar hoy en día tienes que intentar ahorrar y ganarte algo de dinero, las cosas han cambiado mucho desde que empecé la carrera", afirma Héctor. Escogió la Electrónica porque creía que era una de las posibilidades con más futuro aunque ahora no lo tiene tan claro. "Llevo dos años estudiando alemán, si al terminar el máster no consigo ningún trabajo dentro de mi campo no dudaré en irme a Alemania" dice Héctor González.
Ana Martínez representa la otra cara de la moneda. Está a punto de terminar segundo de bachiller y el próximo año estudiará Medicina. "Por desgracia voy a empezar en la Universidad cuando peor están las cosas, pero estoy dispuesta a hacer lo que haga falta", afirma la joven de 18 años. Vive con su madre y su hermano y ella misma comenta que "las cosas no están para tirar cohetes". Su madre lleva en el paro cuatro años y su hermano también es estudiante universitario.
"He visto lo que cuesta estudiar pero la medicina es mi vida, todos en casa vamos a pelear por ello", asegura Ana. Ha podido disfrutar de una beca para estudiar bachiller debido a sus excelentes notas pero si los próximos años no se la conceden afirma que está dispuesta a irse dónde haga falta para seguir estudiando. "Sé que la carrera que he escogido es una de las más largas y que voy a necesitar un gran apoyo económico para los próximos siete u ocho años, pero prefiero ir poco a poco. En algún momento espero que mejore la situación que vive el país", concluye Ana Martínez.
LAS BECAS, VINCULADAS A LAS NOTAS Y A LA RENTA
Y es que al igual que estas dos estudiantes, en la Comunitat Valenciana han sido becados 42.901 universitarios en el actual curso académico, 39.909 de estas becas sido otorgadas por el Ministerio de Educación. Una ayuda que puede suponer hasta un total de 6.000 euros por estudiante en el caso de conseguir una beca-salario. Además de estar exento de pagar la matrícula universitaria, esta beca compensa al estudiante con una remuneración por estudiar que supone el grueso de la cuantía total.
Para poder optar a ella, además de cumplir con los umbrales de renta que se mantienen sin cambio, el alumno deberá contar con una nota de media de 6,5 en su expediente, medio punto más de lo requerido hasta ahora, además de haber superado el 80% de los créditos matriculados. En el caso de las titulaciones técnicas, estos requisitos se suavizan al necesitar aprobar un 60% de los créditos. Por otra parte, gozar de la condición de becado supone poder acceder a otras oportunidades como son las becas para estudiar idiomas en el extranjero, que pueden alcanzar hasta los 2.700 euros para los destinos más caros como EE UU.
La Generalitat Valenciana también ofrece sus propias becas para universitarios y este curso 2012 han sido otorgadas a 2.992 estudiantes. Según datos ofrecidos por la Consellería de Educación, para el próximo año se ofrecerán 50.000 becas más, un hecho que supondrá pasar de los dos millones de euros destinados en esta partida a los 16,5 millones. Una beca cuyos requisitos son más flexibles que las estatales aunque la dotación económica al estudiante es algo menor.
Magnífico. Esta es una de las tareas de vosotros, los periodistas: poner caras e historias a los recortes. Y así es como se hace. Únicamente dos matices: por un lado, echo de menos un reflejo de la xenofobia que se esconde tras la medida de hacer pagar el 100 % del coste del máster a los inmigrantes extracomunitarios. Así se discrimina al inmigrante, especialmente al que no tiene tamaños recursos. Se valora de forma muy diferente al que corta kebabs que al jeque dueño de yacimientos petrolíferos. Al primero se le coartan sus aspiraciones. Por el otro, también ahondar más en un concepto, y es que lo visto hasta ahora eran recortes, pero el decreto de Wert supone todo un cambio de sistema orientado hacia el clasismo, que hace viajar a la universidad cincuenta años hacia el pasado. Eso sí, un artículo fantástico.
Muy sincera la crítica. Me ha gustado mucho el artículo.
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