VALENCIA. "Tiene que dimitir, ya solo es una cuestión de cuándo". Empresarios, financieros y políticos de todo el espectro del arco parlamentario valenciano, coincidieron este martes en señalar lo insostenible de la posición de José Luis Olivas en la presidencia de Bancaja. Lo ocurrido el lunes en la junta de accionistas del Banco de Valencia, tras la 'semana trágica' en la que se aprobó el desembarco del Estado en el capital del Banco Financiero y de Ahorros (BFA), con la consiguiente pérdida de los activos de la caja de ahorros, ha sido la puntilla para la resistencia numantina que Olivas mantiene en la sexta planta de la sede de Bancaja desde el día en que fue apartado de la vicepresidencia de BFA-Bankia.
Pero esa evidencia contrasta con la realidad. Olivas sigue aguantando y, de momento, no se ha producido ningún movimiento significativo que apunte a una resolución rápida a una salida que en unos ámbitos se espera con cierta resignación, como ocurre con el Consell, y en otros, especialmente en el financiero y en concreto entre los que fueron sus socios en el Banco de Valencia se reclama.
La cuestión es que tras la debacle de BFA-Bankia, pendiente de valoración para confirmar si el Estado tomará el 100% del capital con la conversión de los más de 4.400 millones que le prestó el FROB, podría pensarse que la dimisión de Olivas ya no tiene o sentido o la urgencia que tenía hace unos meses. Sin embargo, hay bastantes motivos por los que el presidente de Bancaja debería dejar el cargo de forma inmediata o por los que debería haberlo hecho hace tiempo, según desgranan las fuentes consultadas por este periódico. Estas son diez de ellas:
1. El fin de la caja de ahorros. La más evidente. Tras 134 años de historia, la Caja de Ahorros de Castellón, Alicante y Valencia, Bancaja, dejará de existir como entidad financiera tras perder todos sus activos vinculados al negocio financiero de confirmarse la nacionalización del capital de BFA. Las decisiones que han desembocado en esta situación se tomaron de forma íntegra bajo su presidencia. Tanto el crecimiento de la propia caja, apalancándose en la burbuja inmobiliaria, como el pacto con Caja Madrid tuvieron su impronta, aunque formalmente no tuviera funciones ejecutivas. Es lo que en otro ámbito que domina Olivas se denomina 'responsabilidad política.
2. El rechazo de sus socios en BFA. En José Luis Olivas se personalizó la crítica de los socios de Banco Financiero y de Ahorros a Bancaja. Liderados por el entorno de Caja Madrid, y en especial del que fue su aliado, Rodrigo Rato, sus compañeros de viaje en la matriz de Bankia 'expulsaron' al vicepresidente del banco común. Un castigo que tenía objetivo a Bancaja y que, al mantenerse Olivas en la presidencia, se mantuvo durante los últimos meses, con una desconexión completa entre el consejo de la caja valenciana y lo que ocurría en el seno de BFA. Buena muestra de ello fue el comportamiento contrario a los intereses de Bancaja de los consejeros que le representaban en BFA cuando se acordó revalorar Banco de Valencia. La caja entró en una espiral de indefensión allí donde se estaban tomando decisones estratégicas para su futuro.
3. La crisis del Banco de Valencia. El descalabro de la joya de la corona de Bancaja se desencadenó cuando BFA decidió dejar de apoyar al Banco de Valencia. Ni Olivas supo impedirlo ni su comportamiento posterior, dimitiendo de la presidencia de la histórica entidad financiera valenciana por sorpresa -al tiempo que anunciaba las exigencias de recapitalización del Banco de España, que acabaría interviniéndolo- fueron entendidos por los accionistas históricos. Banco de Valencia acabará en manos de una entidad no vinculada con la Comunitat Valenciana, justo lo que había cambiado la propia Bancaja unas décadas antes.
4. La gestión del Banco de Valencia. Pero más importante que la falta de defensa del Banco de Valencia ante el resto de sus socios en BFA se antoja en estos momentos la gestión que desarrolló Bancaja, como responsable ejecutivo de la entidad. En estos momentos hay abierta una investigación judicial fruto de una denuncia, una investigación interna del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y la obligación de presentar una acción social de responsabilidad contra Olivas y tres de sus más estrechos colaboradores (Domingo Parra, exconsejero delegado de BVA, Aurelio Izquierdo y Antonio Tirado, ambos expresidentes del banco y altos cargos aún en Bancaja). Tanto de las palabras pronunciadas por los representantes del FROB en la junta como de las informaciones que emanan del seno del banco se infiere que estas acciones legales afectarán a Olivas, y no de forma colateral.
5. Malestar de empresarios e inversores. El malestar de empresarios e inversores vinculados al Banco de Valencia con José Luis Olivas por las consecuencias de una gestión de la que le consideran responsable último y además, como denunció Agnès Noguera, la única consejera que tomó la palabra en la junta de forma explícita, culpable de haber ocultado al resto de socios y miembros del consejo la auténtica situación del banco. Estos mismos empresarios no comprenden como Olivas puede continuar en la presidencia de Bancaja cuando les ha generado pérdidas económicas muy relevantes al tiempo que su participación en el banco se diluirá a mínimos. Pero además, el poderoso lobby empresarial AVE ya le dio la espalda al proponer a Francisco Pons como sustituto en Bankia y tratar de auparlo también a la presidencia de Bancaja, convencidos de que el tiempo de Olivas había tocado a su fin.
6. Los mensajes del Consell. El presidente de Bancaja tampoco ha escuchado los mensajes que le han llegado de forma más o menos discreta desde el Palau de la Generalitat. Aunque el Consell no ha querido forzar la máquina, amparándose en un ficticia independencia del consejo de administración de la caja, lo cierto es que sí se le ha trasladado la necesidad de plantearse su salida para recuperar cierta normalidad en las relaciones en el seno de BFA-Bankia, evitando la continua referencia a los males de Bancaja y de la Comunidad Valenciana que se lanzaban desde Madrid en los últimos meses. Hay quien asegura que Olivas había aceptado dimitir hace un par de meses, pero finalmente no lo hizo. Otros niegan que el veterano político se planteara realmente esta opción.
7. Un ejemplo para el resto del consejo. La dimisión de Olivas también debería ser un ejemplo para el resto de miembros del consejo de administración de Bancaja. Aunque a mayor cargo se supone mayor responsabilidad, lo cierto es que llegado el momento actual, con el futuro de la caja pendiente de factores que ya no controla, la totalidad del consejo de administración que ha pilotado a la entidad hasta este punto debería presentar su dimisión. Sin embargo, parece improbable que muchos de ellos den un paso adelante mientras Olivas siga en su puesto. No en vano hay que recordar que en la historia reciente de Bancaja solo se ha registrado una dimisión por motivos abiertamente vinculados a discrepancias con la gestión, la de Jordi Palafox.
8. Nueva gente para un nuevo proyecto. Aunque el proceso de toma de control de Banco Financiero y de Ahorros (BFA) por parte del Estado aún está en fase embrionaria y, por tanto, no se puede afirmar con rotundidad que Bancaja perderá toda su inversión, las señales van en ese sentido. Eso obligará a la caja a devolver su ficha bancaria y convertirse en una fundación de carácter especial. Este proceso deberá iniciarse cuanto antes mejor una vez se conozcan las condiciones en las que se queda la caja. Contar con un nuevo equipo en el consejo de adminsitración, capaz de afrontar ese nuevo escenario sin la lacra de haber firmado la defunción de la caja parece inexcusable.
9. Sin razones para continuar. Si hasta ahora se han citado los motivos que deberían llevar a Olivas a presentar su dimisión, hay una que justamente apunta a que el presidente de Bancaja no puede ya esgrimir ninguna razón para seguir en el puesto. No tiene el apoyo de la Generalitat, ni de los empresarios más poderosos, ni del sector financiero local. Hubo un momento en que se especuló con que su permanencia en Bancaja pudiera ser el contrapeso a una actitud demasiado resignada de Francisco Pons y del resto de consejero de la caja en Bankia ante el poder de Rodrigo Rato. Fue cuando se forzó desde la caja una respuesta a la decisión de revisar la valoración del Banco de Valencia. Ahora, con todo el poder en manos de José Ignacio Goirigolzarri, nombrado por el Gobierno para reestructurar la entidad, nada de eso tiene sentido.
10. Lanzar un mensaje a la sociedad. José Luis Olivas es un político. Concejal, conseller, presidente de la Generalitat... Él mejor que muchos debería entender la responsabilidad de los gobernantes con los ciudadanos. El mensaje que manda aferrandose al puesto incrementa el malestar de los ciudadanos con el sector financiero, en la diana de todas las críticas que estos días recorren el país por la necesidad de inyectar dinero público en unas entidades que desde hace tiempo llevan con el grifo del crédito cerrado cuando no ejecutando impagados. Independientemente de que Olivas considere que no es responsable de lo que ha ocurrido con la caja que él preside, su conciencia política (en el buen sentido del ejercicio de la gestión para los ciudadanos) debería aparecer. Puede que ya sea tarde, pero es ahora o nunca.
Totalmente de acuerdo con Lucas Perez. Parece que nos hemos olvidado de algunas cosas. ¿mentian los auditores en años pasados? Los consejeros ¿no disponian de informacion? Los empresarios que pidieron dinero y que no han podido devolver ¿tienen alguna culpa? ¿Me puede decir alguien que otra entidad, salvo La Caixa, ha hecho tanto por su obra social? ¿Vamos a derruir el magnifico edificio? Esta situacion ¿solo ha pasado en BV y en Bancaixa? Otros presidentes fusionados ¿ han dejado de lado sus apetencias de poder , como Jose Luis Olivas, o al contrario han antepuestop su situacion personal a los intereses de su caja. Jose Luis Olivas ha sido un magnifico gestor en todos aquellos puestos que ha ocupado, pero claro,ahora toca meterse con alguien. Repartamos las culpas entre todos los que han intervenido y mantengamos a alguien que, si algo a demostrado, es que no lo mueve ni el dinero ni el poder.
En esta comunidad lo más fácil es echarle la culpa a los demás, pero todo llegara.. todos esos consejeros que dicen no saber "nada" tendrán su momento, y desde luego es muy triste que nadie sepa asumir sus propios errores. Hace dos años el Banco Valencia y sus gestores eran los mejores del mundo, y ahora todo culpa suya. Si sus empresas o su vida personal es un desastre deberían afrontarlo sin cargas sus iras en los demás. Y seguro querido "Alejandro Reig" quien quiera que sea usted era de los muchos aduladores que hace poco tiempo suplicaba simplemente por saludar a Olivas, Parra o cualquier que estuviera en el poder. Esta sociedad es lamentable y desagradecida. El pais esta quebrado, todas las entidades quebradas y aqui solo tiene la culpa este banco? lamentable. Saludos
No hace un año que alguien me adelanto la noticia del posible encausamiento de Jose Luis Olivas y de su muy posible entrada en la carcel, tal y como estan las cosas al llamado BancoParra tambien seria causa para investigar la gestion de Domingo. Es una verguenza y una estafa lo que nos han hecho
Olivas no vaa dimitir. Y nadie se va a atrever a cesarlo. Como le repite e quien le quiere escuchar aqui no hay nadie con ...para cesarme. Y menos Alberto Fabra. Se irá cuando quiera que es nunca convencido de que todo pasa (y todo queda) pero lo suyo es quedarse. Y si no se cree lo que opinio, en unos años nos vemos de nuevo por aquí.
¿Devolverá sus innumerables dietas por haber puesto en peligro el patrimonio de la entidad?.
Y yo me pregunto ¿Si se va José Luis, lo hace con indemnización y de rositas? ¿Qué pasa con las demandas interpuestas por las estafas con las "Preferentes"? ¿Tiene que responder la entidad o lo harán él y sus adláteres? ¿Puede ir a prisión o veremos cómo la justicia deja prescribir esta multimillonaria estafa?
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