Comparte esta noticia

• Tweet
• meneame

Otras noticias

• AitanaStar, pulseras con tecnología QR para situaciones de emergencia
• La UPV lanza un concurso para "reinventar" la Universidad
• Llega a Valencia Metricson, una firma de abogacía especializada en 'startups'

VALENCIA. El último movimiento de la Bankia presidida por Rodrigo Rato (hay quien cree que el primero de la de José Ignacio Goirolzarri, que hoy toma posesión) fue prescindir de José Luis Olivas como representante de Banco Financiero y de Ahorros (BFA) en el consejo de administración de Iberdrola. Una decisión de mucho calado en el conflicto societario que atraviesa la entidad participada por Bancaja y Caja Madrid, ya que cierra una de las vías que se mantenía abierta para facilitar la salida de un Olivas enrocado en la presidencia de la caja valenciana.

El relevo en la eléctrica de Olivas por Francisco Pons, vicepresidente de Bankia en representación de Bancaja, supone un duro golpe para el primero, que aspiraba a renovar por cuatro años más su puesto en el consejo de Iberdrola ahora que su mandato llegaba a su fin. La renovación como consejero dominical era una baza que Bankia podía jugar para lograr que Olivas aceptase dejar la presidencia de Bancaja, cediendo su puesto al propio Pons.

Había dos precedentes en la propia eléctrica que avalaban esta posibilidad. La primera se desarrolló, precisamente, para proceder al relevo del anterior presidente de Bancaja para que ocupara su sillón Olivas. La marcha de Julio de Miguel del máximo puesto de representación de la caja se pactó a finales de 2003 a cambio de seguir en el consejo de Iberdrola, aunque en este caso como consejero independiente, cargo que sigue ocupando.

Pero la operación más similar es la protagonizada por otro de los accionistas de la eléctrica, la BBK (ahora Kutxabank). Cuando se produjo el relevo en la presidencia de la caja vasca de Xavier de Irala por Mario Fernández, la entidad optó por mantener al expresidente de Iberia en el puesto de consejero que tiene en la eléctrica.

Una opción similar para tentar a Olivas y facilitar su marcha se daba como alternativa más que plausible tanto en el entorno del presidente de Bancaja, dispuesto a aceptarla si se presentaba como una salida airosa, con el atractivo nada desdeñable de los 300.000 euros que percibía al año de remuneración en la eléctrica, mayor de la que obtiene en la caja.

Pero la operación necesitaba del visto bueno de Rodrigo Rato. La participación acumulada por la caja valenciana en la eléctrica está en el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), el banco común sobre el que Caja Madrid mantiene el control. La disyuntiva que se barajaba hace unos meses sobre si Rato, enfrentado abiertamente a Olivas, aceptaría esta posibilidad, se desveló este martes: No. Olivas no repetirá cuatro años más.

Con esta decisión, que Olivas esperaba evitar llegando a la junta de Iberdrola sin haber sido sustituido virtualmente por BFA, la solución al relevo en la presidencia de Bancaja se enquista de nuevo. El expresidente de la Generalitat y exvicepresidente de Bankia se encuentra más cercado. Y la falta de salidas a una situación que se considera insostenible amenaza con prolongarla de no ser que la intervención de facto de Bankia por el Gobierno acabe por desencadenar una ristra de destituciones -por otra parte inevitable- y dimisiones en los órganos de gobierno tanto del propio banco como de las cajas que lo forman.