MADRID (EFECOM).- Los bancos interesados en el Banco de Valencia han presentado hoy ante el Banco de España sus ofertas no vinculantes para hacerse con la entidad, con un claro interesado, BMN, que ya ha comenzado a cortejar a los accionistas para ganarse su apoyo.
BMN no lo tiene fácil, pues tendrá que competir con otras grandes entidades con mayor capacidad para absorber el banco valenciano sin pedir ayudas adicionales de liquidez, factor determinante por ejemplo para que el BBVA se adjudicara Unnim en la última subasta.
Salvo BMN, ninguna otra entidad ha reconocido abiertamente haber presentado hoy oferta vinculante por el Banco de Valencia, aunque fuentes del mercado dan por supuesto que en esta fase participará el Banco Popular y el Santander, a los que podría unirse Liberbank y Bankinter.
El Banco de Valencia cuenta con un grupo muy activo de pequeños accionistas, llamados Pro Banco de Valencia, que se movilizaron en cuanto la entidad fue intervenida por el Banco de España, a finales del año pasado. Hoy en día suma a 1.800 de los 47.000 accionistas de la entidad, lo que supone el 25 % del capital.
Su primer éxito fue lograr que, pese a la entrada en el capital del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), sus acciones no fueran valoradas a cero, con el apoyo del gobierno valenciano, la alcaldía de Valencia y de los colectivos de empresarios de la región.
Ahora quieren que la entidad que se haga finalmente con esta institución centenaria mantenga su identidad valenciana y su marca. Además, no descartan aumentar su participación si el comprador, una vez tome el control, quiere hacer una colocación entre minoritarios.
Uno de lo que ha tratado de ganarse su favor, según fuentes financieras, ha sido BMN, la entidad formada Caja Murcia, Caja Granada, Caixa Penedés y Sa Nostra, y que aspira a continuar con su expansión sumando al grupo al Banco de Valencia, cuya red encaja con su estrategia geográfica.
En declaraciones a EFE, el presidente de Pro Banco Valencia, Vicente Simó, no ha querido confirmar qué entidades les ha cortejado ni cuáles han sido sus planteamientos, pero admite que quien finalmente se haga con la entidad, si respeta sus principios, contará con su ayuda.
"El que defienda la marca nos tendrá como aliados. El que no, nos tendrá enfrente", afirma Simó, que aspira a que el comprador mantenga en la capital del Turia algún centro de decisión de la entidad.
En un tono conciliador, Simó apela a la "racionalidad" de las autoridades para que adjudiquen el banco, no a la entidad que pida menos ayudas, sino a la que ofrezca más garantías de empleo y de negocio.
Simó es hijo de José María Simó Nogués, el artífice del nacimiento en 1991 de Bancaja, hoy integrada en BFA-Bankia, a donde traspasó su participación en el Banco de Valencia, a la que consideraba una de sus joyas más preciadas.
"No existe un caso igual de una matriz que haya dejado caer a su filial de esta manera", se lamenta Simó, en referencia a la decisión de BFA-Bankia de no recapitalizar el Banco de Valencia tras la intervención del Banco de España, que puso en evidencia un agujero de 600 millones.
El grupo que preside Rodrigo Rato posee un 27 por ciento de la entidad, aunque su participación, al igual que la de los pequeños accionistas, se verá diluida tras la entrada del FROB, que invertirá 1.000 millones de euros y se hará con el 91 por ciento del capital.
La entrada del FROB se aprobará en una junta de accionistas que se celebrará el 14 de mayo, y que dará la oportunidad a Pro Banco de Valencia ha realizar una nueva muestra de fuerza. No obstante, la asociación aun no ha decidido qué postura adoptará.
A partir del lunes, los interesados que hayan presentado hoy oferta no vinculante tendrá acceso a los libros del Banco de Valencia, con objeto de presentar su oferta definitiva a final de mes. La entidad podría ser adjudicada a mediados de junio.
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