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VALENCIA. "Nos hemos inspirado en el modelo sueco de sanidad", dijo el vicepresidente José Císcar este viernes para explicar la privatización integral de la gestión del sistema sanitario valeniano. Era el ejemplo que le había preparado su equipo para la comparecencia en los medios y posiblemente nadie reparó en un pequeño detalle, casi anecdótico, pero que durante la tarde del viernes generó ya algunos corrillos entre el sector sanitario: Capio, una de las principales operadoras sanitarias con presencia en España, es sueca y surgió precisamente al calor del sistema sanitario de aquel país, que pone en manos de empresas privadas la gestión de la sanidad pública.

Pero hay algo más, Capio está negociando, no sin dificultades, la compra de Ribera Salud, la empresa participada por Bankia y CAM, origen del 'modelo Alzira' y gestora de cuatro zonas sanitarias en la Comunitat Valenciana de forma integral, desde la atención primaria a la hospitalaria. Dos competidores en un mismo campo de actividad, la gestión de la sanidad, en los que confluyen tantas 'virtudes' que parece que el vicepresidente tuviera en la cabeza, seguro que incoscientemente, al tándem que formaría la fusión de ambas empresas como candidato a aplicar criterios empresariales a la gestión de la sanidad valenciana.

"No reparamos en ello...", se lamenta uno de los asesores de Císcar al preguntarle si eran conscientes de esta confluencia de detalles que apuntan a Capio-Ribera Salud como un tándem casi hecho aposta para desarrollar la idea de la Generalitat: unos conocen el sistema sueco, los otros ya gestionan sanidad en la Comunidada Valenciana.

UNA PRIVATIZACIÓN VINCULADA A LAS CONCESIONES DEL MODELO 'ALZIRA'

Las fuentes consultadas por ValenciaPlaza.com creen que precisamente la clave de esta reforma del sistema tiene una vinculación directa con las cinco áreas de salud que ya tienen externalizada su gestión y en cuyas adjudicatarias hay un socio común, Ribera Salud. Desde el entorno del Consell se aseguró a este periódico que la empresa que dirige Alberto de Rosa será clave en el proceso.

"Al margen de la voluntad política de privatizar la sanidad, existe un problema que al Consell le urge solucionar. Quiere recortar el coste de lo que paga a las concesionarias de los hospitales como el de Alzira, y eso no va a ser fácil", explica fuentes próximas a Ribera Salud. La Generalitat paga a estas sociedades gestoras por el número de ciudadanos que dependen del hospital. Al margen de varias subidas del canon por habitante, el Consell también ha forzado ampliaciones del radio de acción de los hospitales de gestión privada para que las empresas tuvieran beneficios ya tenían más pacientes potenciales.

La crisis, sin embargo, ha provocado que al Consell le sean muy gravosos aquellos convenios firmados en época de bonanza. "Modificarlos a la baja puede ser más complicado que privatizar la totalidad de la gestión de las 18 áreas de salud por un sistema que, frente al modelo Alzira, no carga con personal ni con la construcción de edificios o compra del equipamiento: compensar márgenes más estrechos del modelo Alzira con nuevas adjudicaciones más rentables puede ser la solución", explica a ValenciaPlaza.com un conocedor del sector.

De hecho, aunque las cinco áreas que funcionan por el modelo no serán 'reprivatizadas' sus gestores podrán acudir a la licitación de otra concesión por 10 años de la gestión integral de las zonas que ahora administra directamente la Generalitat Valenciana a través de la Consellería de Sanidad.

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