VALENCIA. De manera cada vez más frecuente, el exportavoz en Les Corts y conseller de Gobernación, Serafín Castellano, aparece en las quinielas para convertirse en nuevo secretario general del PPCV. Esta posibilidad es rechazada de plano desde el entorno de Alfonso Rus, presidente provincial del partido y rival histórico de Castellano.
De hecho, desde el entorno del también presidente de la Diputación, atribuyen a "filtraciones interesadas" las posibilidades que se otorgan a Castellano para el cargo. Así, los afines a Rus aseguran que el presidente provincial ha evidenciado su apoyo a Alberto Fabra en varias ocasiones en las últimas semanas, lo que ha "contribuido a la pacificación del partido". "No creemos que pueda nombrarse a Castellano porque no simboliza renovación alguna y parecería una provocación a Rus", comenta un dirigente en la Diputación.
La posibilidad de que Castellano fuera secretario general tampoco agrada en el Ayuntamiento de Valencia, donde la alcaldesa Rita Barberá confía en un ‘guiño' hacia uno de sus afines, en concreto, Jorge Bellver, el favorito para sustituirle en el futuro al frente del consistorio. En plena época de recortes, un viraje orgánico de este calibre implicaría "una situación de inestabilidad en el partido", apuntan fuentes del consistorio.
Castellano, destacado zaplanista antaño, era el portavoz parlamentario en el histórico plante sufrido por Francisco Camps en Les Corts Valencianes en 2004, enmarcado en las disputas internas con el expresidente Eduardo Zaplana. Tiempo después, la posición de Castellano fue variando hasta acercarse a Camps, quien le permitió ostentar cuota de poder para mantenerlo como contrapeso de Alfonso Rus.
Así, el ahora conseller de Gobernación logró mantener cierto poder en algunas comarcas y varios de sus afines en Les Corts Valencianes, como Asunción Quinzá y Verónica Marcos. Posteriormente, nombraría a la primera directora general en su conselleria. Una situación que Castellano aspira a mantener e incluso mejorar dado que su relación con el Alberto Fabra es buena.
RIVALIDAD CON CASI UNA DÉCADA DE HISTORIA
Las alianzas y enfrentamientos entre dirigentes políticos suelen variar en función de las corrientes de poder. En cambio, la rivalidad entre Rus y Castellano se mantiene como una de las más antiguas e irreconciliables dentro del PPCV. Las tensiones comenzaron casi una década atrás, cuando a principios de 2004, Rus defendió junto a Rita Barberá y otros alcaldes a Francisco Camps como presidente regional del partido, cargo que había mantenido Eduardo Zaplana pese a encontrarse en Madrid y al que se le instó a renunciar al entrar en el Congreso como diputado nacional.
En Castellón, Carlos Fabra también hizo acopio de fuerzas en el mismo sentido que Rus y Barberá, con el respaldo, entre otros, de Alberto Fabra, entonces presidente del PP de la ciudad de Castellón. Por el contrario, Serafín Castellano y Fernando Giner recogieron avales en la provincia de Valencia a favor de que José Joaquín Ripoll fuera el presidente regional. En Alicante le secundó Miguel Peralta y en Castellón, el diputado Fernando Castelló.
La victoria en esta batalla, con Camps obteniendo el liderazgo del PPCV en abril de 2004, fue determinante para el debilitamiento de Zaplana.
La tensión entre Rus y Castellano prosiguió cuando el primero optó a la presidencia provincial, ostentada por el segundo, quien había designado directamente por Eduardo Zaplana sin pasar por congreso alguno. En diciembre de 2004, Rus daba la estocada mortal al hacerse con la presidencia del PP de Valencia: Fernando Giner, entonces presidente de la Diputación y también cercano a Zaplana, se retiraba semanas antes al comprobar que no disponía de suficientes apoyos. A Castellano tampoco le salían las cuentas, por lo que tuvo que dejar paso.
Rus impuso como secretario general provincial a Vicente Betoret, alcalde de Vilamarxant, rival de Castellano de su misma comarca. Además, redujo a la mínima expresión a los afines del actual conseller de Gobernación, quien en su discurso como presidente saliente alabó la figura de Zaplana ante la presencia de Francisco Camps. En julio de ese mismo año, se había producido el plante al presidente en Les Corts.
Tras la victoria de Rus por la presidencia provincial, la batalla se trasladó a las comarcas, donde se han reproducido durante años enfrentamientos permanentes aunque de baja intensidad mediática en su mayoría. Una lucha alimentada en las rencillas históricas y en el propio poder territorial que no se sustenta en ningún argumento ideológico.
Sólo la protección de Camps en su día mantuvo a flote a Castellano que, a día de hoy, ostenta cierto poder en municipios de Camp de Turia como Casinos, Benissanó, Benaguasil o L'Eliana, así como el 50% de comarcas como Los Serranos y el Camp de Morvedre, con un peso de afiliación menor.
Apañados estamos como nombren secretario general a Serafin Castellano, un individuo intrigador y traicionero político que no duda en cambiar de chaqueta con el fin de mantener a sus enchufados, que son muchos. Ya está bien de viejas glorias, hace falta una renovación-
Menos mal que el PP empieza a reaccionar. Hace falta gente como Serafin Castellano, que tiene una carrera impoluta y siempre a aportado sentido comun a todos los cargos que ha ostentado. ¿Cuantos comentarios fuera de tono se le conocen? Creo que el alcalde de Xativa esta bien como presentador de actos, pero ahora hace falta un cambio de estilo.
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