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VALENCIA. "El proceso no va tan rápido como quisiéramos". Desde el Consell admiten que la reestructuración del sector público empresarial está transcurriendo a un ritmo menor del deseado por el Gobierno valenciano. La complejidad del proceso, como se ha comprobado en la primera fase de reducción de las fundaciones, está conllevando una imagen de congelación en la cartera de Economía respecto a unas reformas que se anunciaron meses atrás.

El conseller de Economía, Máximo Buch, no está dispuesto a que existan retrasos en uno de los ejes en las políticas de austeridad anunciadas por el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, cuando llegó al poder. La reducción al mínimo de las empresas públicas, que durante años han supuesto un desembolso anual de 3.500 millones de euros, es necesaria y urgente no sólo para contribuir al desahogo de las arcas públicas, sino también para demostrar que el Ejecutivo de Fabra va 'en serio'.

Así, según aseguran fuentes del Consell, Buch tiene intención de dar un "puñetazo en la mesa" y pisar el acelerador en el proceso. De hecho, ha instado a sus colaboradores y a la consultora responsable del proyecto de reestructuración, la prestigiosa Deloitte, a que el proceso se agilice lo máximo posible. El titular de Economía tiene la intención del próximo mes de mayor presentar el proyecto de los seis holding en el que se quedarán las 46 empresas públicas que existen en la actualidad.

A día de hoy, la consultora se encuentra visitando a las diferentes empresas para elaborar los informes necesarios para calibrar el funcionamiento de cada uno de los entes y proyectar la constitución de los holding. Además, la conselleria de Economía todavía tiene pendiente de culminar la extinción del primer grupo de fundaciones anunciado a finales de 2011 y que está previsto cerrar en junio. Buch debe presentar también la segunda fase de reducción de las fundaciones, como prometió en su día el anterior titular de la cartera Enrique Verdeguer.

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