VALENCIA. Luces, cámaras... ¡acción! El presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, ha recuperado un formato de acto implantado en su día por Eduardo Zaplana y repetido hasta la saciedad durante la presidencia de Francisco Camps para demostrar el liderazgo personal ante las visitas de postín y la parroquia local.
En esta ocasión, el objetivo era impresionar a la ministra de Fomento, Ana Pastor, dubitativa en la defensa del Corredor Mediterráneo, nueva bandera hondeada por la élite empresarial y política valenciana por su trascendencia económica y en dura lid con los intereses de pesos pesados del Partido Popular como María Dolores de Cospedal, presidente de Castilla La Mancha y secretaria general del PP; Esperanza Aguirre, presidenta de Madrid y rival interno de Mariano Rajoy; Luisa Fernanda Rudi, presidenta de Aragón; y más tangencialmente, José Antonio Monago, presidente de Extremadura.
En estos actos nada es gratuito y todo el esfuerzo de convocatoria, escenografía y composición de la nómina de invitados eleva al líder en cuestión como interlocutor máximo y único de la Administración y de la sociedad valenciana ante la visita.
EL ZAPLANISMO ESCÉNICO
El patio gótico del Palau de la Generalitat se transforma en un plató de televisión en el que la luz, la distribución del público y el escenario forman un conjunto de corte teatral con toda la carga simbólica del emplazamiento -la residencia del representante de la soberanía del pueblo valenciano-, un aspecto que, en este caso, recordó la propia ministra en su discurso.
Al margen del coste -limitado- que pueda representar la impresión de la trasera de unos siete metros, la estructura metálica, el centenar largo de sillas, el alfombrado en rojo del acceso y del espacio escénico o el despliegue técnico necesario para las conexiones de las televisiones y las radios presentes, el esfuerzo logístico demostrado para alcanzar tal poder de convocatoria tampoco fue baladí.
Al margen de los políticos presentes entre consellers, alcaldes y alcaldesas de las principales ciudades, y otros dirigentes del partido, la fuerza se demuestra con la asistencia de los responsables de las organizaciones y lobbys empresariales, las cámaras de comercio, las autoridades portuarias y, sobre todo, de los principales responsables empresariales con intereses en la Comunitat, como bien simbolizó José Manuel Machado, presidente de Ford España.
EL PRIMER DÍA DEL RESTO DE LA VIDA
El protocolo en el orden de intervenciones permitió al líder imponerse a la ministra y cerrar el acto con un discurso que fue más allá de la intención declarada de la convocatoria: presentar el Estudio de Implantación del Ancho Estándar Europeo en el Corredor Mediterráneo, que no contará con presupuesto hasta 2013, según reconoció la propia Ana Pastor.
Las frases clave quieren demostrar fuerza y capacidad de influencia, pero desvelan ciertas inseguridades. Ese es el caso de la afirmación "la Comunidad Valenciana sigue contando a través de la infraestructuras", que resulta una reafirmación terapéutica para el público.
Más manida, dialécticamente hablando, ha quedado la frase más contundente del discurso por su brevedad y potencia: "Hoy es el primer día del futuro de la Comunidad Valenciana", que recuerda en exceso a "hoy es el primer día del resto de tu vida", un clásico de los muros de Facebook.
Igualmente se han recuperado estructuras argumentales que buscan la trascendencia geográfica y que se utilizaron hasta la saciedad hace años. Un ejemplo de ellas es la asignada a los puertos valencianos con los que "ya somos referentes en España y en Europa", que recordaba a la reiterada afirmación de Eduardo Zaplana: "Crecemos más que la media española y crecemos más que la media europea".
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