VALENCIA. El Instituto Valenciano de la Vivienda (IVVSA) afronta su reestructuración como ya lo hicieron las empresas del sector inmobiliario privado hace unos años. En su caso, se ha emprendido tardía, apresurada y radicalmente. Afecta a su plantilla, áreas de negocio, patrimonio y, en definitiva, a su futuro. Y la función principal de esta medida, al menos oficialmente, va a ser conseguir su viabilidad.
Tras la ejecución del ERE de más del 76% de su plantilla, desaparecerán las áreas de gestión de suelo y promoción y cerca de 70 personas se dedicarán a la gestión y mantenimiento de un parque de de 16.000 inmuebles, entre viviendas y locales comerciales, de la Generalitat Valenciana y que se destinaba a familias con escasos recursos económicos, así como a los alquileres. Mientras, le han salido pretendientes a su patrimonio generado en sus 25 años de vida.
Sin embargo, tanto en el sector inmobiliario como dentro del mismo IVVSA se desconfía de que la estrategia pretenda mantener su actividad y se aprecia un intento por liquidar la empresa en un periodo de no más de tres años. Todo apunta a que las consecuencias no van a ser muy favorables para el futuro de la vivienda protegida en la Comunidad Valenciana.
La opción de la Generalitat Valenciana de mantenerla bajo mínimos, en una especie de UCI, hasta que lleguen tiempos mejores, es para los trabajadores del IVVSA una muerte aplazada de la empresa. Y se duda que el recorte permita reavivar a la empresa en condiciones de efectividad una vez se recupere la demanda. En la misma institución se cuestiona la efectividad de la estrategia "porque no se puede gestionar el parque de inmuebles de la Generalitat, de 16.000 viviendas, que vendría a representar una ciudad de cerca de 55.000 habitantes, con sólo 70 personas", explican fuentes del sector conocedoras de la trayectoria del IVVSA
"Se está desperdiciando la oportunidad de preparar la máquina para cuando se recupere la demanda. Con un 50% de la plantilla y manteniendo todas las áreas del IVVSA en activo, con los recortes necesarios sí que sería posible", añaden.
Precisamente, la creación del IVVSA se debió a la existencia del parque de viviendas público construido durante el franquismo y la necesidad de agilizar y ser eficientes en la gestión. Con la medida tomada por la Generalitat se vuelve a los inicios. El patrimonio público de vivienda vuelve a estar gestionado por la Administración pública, por la Generalitat, y con ella, toda la burocracia que conlleva...
Vuelta a los inicios
El futuro de esta empresa ya estaba decidido desde la entrada de Inmaculada García, la actual responsable del IVVSA, durante el pasado mes de julio. La nueva responsable, procedente del Sepiva, ha marcado las distancias con los empleados de la empresa desde su entrada. Su misión era conocer la estructura para reducirla y llevar a cabo la reestructuración y así lo ha hecho. "No conoce demasiado el sector y tampoco se ha relacionado demasiado con la plantilla del IVVSA", reconoce uno de los trabajadores del IVVSA que prefiere mantener su anonimato.
Este modo de proceder, dictado desde las altas instancias de la Generalitat, unido a la falta de información dentro de la misma empresa, cuya plantilla tuvo noticias del recorte por la prensa, ha generado malestar. Los consistorios tampoco saben más de la información ofrecida en los medios de comunicación y desconocen qué va a pasar con sus proyectos a falta de una información oficial. Se presupone que los PAI en tramitación de los que el IVVSA es agente urbanizador serán devueltos a los ayuntamientos. Afectan a más de 7 millones de metros cuadrados de suelo repartidos en 37 PAIs en toda la Comunidad Valenciana: 17 en la provincia de Valencia, 12 en Alicante y 8 en Castellón.
En la empresa se esperaba un recorte, que debiera haberse efectuado haces dos años (ha sido más tarde) pero de otro modo. Según coinciden empresarios del sector y profesionales del IVVSA, era obvio que el instituto necesitaba una reestructuración y redimensionamiento porque no se vendía suelo, las entidades financieras no conceden ni concedían créditos para construir, no se vende vivienda y, por tanto como otras empresas del sector, no se puede soportar la estructura. Sin embargo, se cuestiona el modelo de reestructuración que se ha ejecutado al fin. La necesidad de la Generalitat de reducir la deuda ha obligado a tomar esta decisión más radical.
La alternativa que no se aplicó
"Se hablaba de unificar en holdings las empresas públicas y no parece que se vaya a hacer así". Uno de ellos, el de inversión, estaría conformado por el IVVSA, Sepiva, Ciegsa y el Ente Gestor de Infraestructuras. La reunión de todas estas empresas públicas buscaría optimizar la gestión unificando las áreas comunes en una sola. Redistribuir los servicios horizontales de todas ellas en uno solo, con órganos compartidos para buscar la eficiencia del organismo.
Una de las soluciones posibles de este planteamiento era que en este holding, el IVVSA volviera a construir los colegios como hizo en su etapa inicial. Muy al contrario, se ha iniciado la rueda de recortes por empresas que, en este caso deja sin autonomía la gestión de la vivienda protegida ya que su actividad se incluirá en la Corporación Empresarial de la Generalitat Valenciana. El IVVSA ha sido la primera.
"No es positiva la desaparición de las bases del IVVSA", entiende Gerardo Roger, arquitecto urbanista y uno de los asesores que participaron en la vigente Ley de Suelo nacional. "Toda la política de vivienda protegida que se ha hecho en la Comunidad se ha hecho a través del IVVSA. Lógicamente la política de VPO tendrá que cambiar y tender hacia la rehabilitación de viviendas en el centro de la ciudad y el alquiler y hacia las viviendas dirigidas a las familias más necesitadas y además unificándose las funciones de gestión de suelo en un único órgano, en el que se encuentre el suelo del Sepiva con el del IVVSA. No sé si debiera mantenerse un órgano autónomo. La función sigue existiendo, por lo que la misma función crea el órgano, pero se tiene que reorientar".
Grupo Crein se interesa por el patrimonio del IVVSA
Paralelamente a la tramitación del expediente de regulación de más de 76% de su plantilla, se estudia vender los activos inmobiliarios que ha acumulado el IVVSA durante más de 25 años. Parcelas de suelo, locales y viviendas son su patrimonio. Y ya hay interesados en este patrimonio. Según ha podido saber Valenciaplaza.com, Grupo Crein, empresa valenciana dedicada a la vivienda protegida en alquiler está tomando posiciones para quedarse con parte de este patrimonio excedente. La empresa presidida por Juan José Galiano, "está recabando información sobre el patrimonio en renta del IVVSA para comprar", comentan fuentes del sector inmobiliario. Sin embargo, Crein lleva la operación con mucha discreción.
La parte de patrimonio del IVVSA susceptible de ser vendida en bloque lo conforman tanto un grupo de viviendas en alquiler en Gandia y el centro histórico de Valencia, así como otras 400 viviendas en compraventa que estarían principalmente en Orihuela (100), Albaida (más de 50), Vinaroz (40),Gabarda (12) Ciudad de la Luz, y Gandía (30 vacías y 60 ejecutadas al 75% pero la mayoría sin vender).
Atendiendo a la actividad que desarrolla Crein, todo apunta a que optará por los edificios con viviendas alquiladas en el centro histórico de Valencia y en Gandía. De todas formas, la compra se llevaría a cabo mediante subasta pública. Distintos fondos de inversión también han mostrado interés en el patrimonio del IVVSA, aunque las fuentes consultadas por este diario no han podido concretar la propiedad de los mismos. El suelo por desarrollar de Alicante, Sociópolis (Valencia) o Torrente, actualmente en manos del IVVSA, es objeto de interés de estos inversores.
Los promotores privados cuestionan la necesidad del IVVSA
Con la reducción de los activos inmobiliarios se conseguiría reducir un importante volumen de deuda del IVVSA, que con la reestructuración pasará a ser asumido por la Generalitat y que asciende a cerca de 300 millones de euros. Sin embargo, no es suficiente ante la carencia de ingresos y la presencia de gastos, sobre todo estructurales.
Para el sector privado, ahora el IVVSA no tiene ningún sentido. No ha sabido reaccionar a la crisis y ha perdido la frescura de la gestión sin burocracia, según aprecian. "Funciona con lentitud y falta de implicación y consigue irritar a las empresas que ya se han reestructurado para afrontar la actual coyuntura. No creo que sea necesario ahora, lo fue antes, antes del boom y durante el boom, pero ahora no se ha adaptado a los cambios y está totalmente obsoleta", explican fuentes de los promotores.
Los principales errores del IVVSA, según los promotores de vivienda protegida consultados por este diario, han sido la falta de un objetivo claro, no saber aprovechar y gestionar la información disponible como organismo público, y una gestión sin criterios apenas definidos y con mucha burocracia.
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