VALENCIA. La cita con Joaquim Puig i Ferrer (Morella, 1959) es en un conocido pub irlandés del centro de Valencia. Aparece cobijado bajo un discreto paraguas hasta la puerta en el momento en que la lluvia arrecia. Comenta que acaba de llegar de Morella, municipio emblemático y capital de Els Ports, localidad de la que es alcalde desde 1995.
Puig dio el salto a la política en 1983 como diputado autonómico y concejal en el ayuntamiento. Tres años después, fue designado director de Relaciones Institucionales e Informativas de la Generalitat para convertirse posteriormente en jefe de Gabinete del entonces presidente Joan Lerma. Permaneció en ese puesto hasta 1995, con la derrota electoral frente a Eduardo Zaplana.
El mismo año de esa derrota logró una victoria. En su casa, Morella. Convirtiéndose en alcalde de su localidad natal, cargo que todavía ostenta.
El también diputado nacional se presenta ahora -ya lo hizo en 2008- como aspirante a la secretaría general del PSPV con la vitola mediática de ser el candidato de la corriente 'lermista', aunque asegura que no existe la 'familia' como tal: "son solo etiquetas", afirma.
Puig, tal vez por su condición de periodista, responde pausadamente a las preguntas. Incluso reflexiona varios segundos en ocasiones antes de contestar. Aparta con discreción las quinielas que le atribuyen como mayor aglutinador de apoyos y pone el acento durante la entrevista en palabras como "unidad", "equipos" y "diálogo".
-Cuatro años después, el PSPV se enfrenta al proceso congresual con más dudas si cabe que en 2008 y con perspectivas de unidad poco halagüeñas. ¿Qué ha pasado en estos cuatro años?
-Creo que sí pueden haber perspectivas de unidad porque debemos aprender de los errores cometidos en los últimos 20 años. Respecto a lo que ha pasado: es cierto que las cosas no han ido bien ni para la sociedad valenciana ni en el funcionamiento de la organización, pero yo no hago ninguna atribución de culpabilidad exclusiva. Cada uno tiene la responsabilidad en función del poder que ostenta en la organización. Lo que está claro es que las cosas no han ido bien y hay que cambiar.
-Sus detractores critican que usted, tras décadas en el partido, es la cara visible del pasado del PSPV y no puede ofrecer renovación. ¿Qué dice a esto?
-El peor pasado es nuestro presente. Creo en un proyecto intergeneracional y pienso que no es un demérito estar desde los 18 años luchando por el autogobierno de este país y por el Partido Socialista. Para hacer un cambio profundo en el PSPV hay que conocerlo. Así que lejos de ser un problema, opino que es un hecho a valorar especialmente en un momento en el que se necesita solvencia y capacidad de diálogo para construir una alternativa.
-Señor Puig, ¿qué es el lermismo?
-El lermismo no existe como tal. El mundo de los etiquetajes funciona así. L'Alternativa Progressista que es lo que yo represento es una superación de esos viejos etiquetajes desde el respeto a la diversidad del partido. Creo en la unidad, no en la uniformidad.
-Entre sus propuestas, destaca la creación de un comité de 'sabios' para asesorar al PSPV en materia económica donde quiere contar con destacados miembros del partido. ¿Si vence forjará su oposición en clave económica?
-Por supuesto. Va a ser un eje fundamental. Una de las cuestiones centrales debe ser la economía y sobre todo el empleo, aunque eso no excluye la firmeza contra la corrupción. Es una cuestión de decencia: el sistema no debe permitir ninguna situación así y es fundamental luchar contra el despilfarro, algo que ha devaluado a la Comunitat Valenciana.
-¿Estará Pedro Solbes en ese comité?
-De momento está confirmado el exministro Javier Gómez-Navarro. Por supuesto que trataremos de contar con Pedro Solbes, también Miguel Sebastián se ha interesado por la idea. En cualquier caso, Aurelio Martínez será el que trabaje en ello para que tengamos la mayor solvencia y perspectivas para dotar de vigor al programa económico del PSPV.
-Le hemos visto reunirse con representantes del sector turístico en Benidorm. ¿Es la suya una campaña en la que actúa ya como secretario general?
-Quiero construir la alternativa progresista para la sociedad valenciana. Ese es mi objetivo para el congreso: poner los cimientos para esa alternativa. La política no puede entenderse con términos del 'ombliguismo', sino con la idea de presentar las mejores propuestas para la gente.
-Se basa en el lema 'Reiniciar la Comunitat'. ¿Cuáles son los pilares básicos de su proyecto?
-Tras casi 20 años de gobierno del PPCV, la Comunitat está en la peor crisis económica, social y moral de su historia democrática. Hay que repensar las instituciones, revisar el modelo económico, actualizarnos teniendo en cuenta el entorno y nuestras limitaciones... En definitiva, resetear y empezar de nuevo.
-Instituciones como las diputaciones. ¿Aboga por su supresión?
-En cualquier caso, la minimización de ellas. Estudiar sobre todo en el ámbito local cómo se puede gestionar de otra manera. Pese al mito existente, la izquierda gestiona mejor que la derecha y en este tiempo debemos resaltarlo. Además, no podemos exigir sacrificios a los ciudadanos sin hacer sacrificios propios en la política. Se ha empezado la casa al revés: habría que ajustar el peso de las instituciones antes que nada.
-Insiste mucho en cambiar la relación entre PSPV y PSOE. ¿Qué falla con Madrid?
-Hay una situación indiscutible entre el socialismo español y la sociedad valenciana. Una cuestión que viene de largo y tenemos que superar. El gobierno de Zapatero invirtió el doble que el de Aznar y el 53% de los valencianos piensa que Zapatero marginó a la Comunitat. Falla la comunicación política, pero también hay una distancia afectiva entre el PSOE y la sociedad valenciana. Pese a que sí se ha invertido, ha faltado la gestualidad en ocasiones. En cuanto al PSPV y el PSOE, la federación valenciana no puede ser un actor invisible en Madrid, debe tener más peso en el PSOE.
-¿Regresó decepcionado del Congreso Federal del PSOE tras la derrota de Carme Chacón?
-Siempre hay cierta decepción cuando te posicionas y no gana tu opción. Pero ahora hay un secretario general que lidera esta nueva etapa y hay que apoyarle. A mi me interesa un Rubalcaba ‘fuerte' y un partido ‘fuerte'.
-¿Ha hablado con Rubalcaba o con sus lugartenientes en Ferraz sobre el proceso valenciano? ¿Teme una intervención a favor de otros aspirantes?
-Sí he hablado y están manteniendo una posición escrupulosamente neutral al respecto. Es de agradecer esa confianza en el PSPV.
-Varios de sus colaboradores inciden en que uno de los errores de Jorge Alarte ha sido dejar vacía la sede de Blanquerías, perder el pulso con el partido. ¿Está de acuerdo?¿Cómo piensa recuperar a la militancia perdida?
-No quiero poner el retrovisor en nada. Creo más en los equipos que en el ‘yoísmo'. En una dirección potente que sea capaz de dinamizar la organización. El objetivo es que el partido esté en tensión y para ello hay que ofrecer que el militante tenga una ocupación, dándole un papel, protagonismo, capacidad de actuar...
-El recuento de delegados varía por barrios, aunque la mayoría le sitúa a usted como el que más apoyo aglutina. ¿Es cierto que cuenta con más del 50% de los que votarán en el congreso?
-No creo que sea oportuno plantear esta cuestión porque al final los delegados tienen libertad. Es cierto que hay gente que me ha expresado su apoyo lo cual me reconforta y me permite tener, desde la humildad, mis opciones serias de liderar el partido.
-¿Le ha ofrecido a Francesc Romeu el cargo de vicesecretario del partido a cambio de su apoyo?
-No le he ofrecido nada a nadie. Lo único que ofrezco es que compartamos el futuro del PSPV.
-¿Votará ‘no' a la gestión de Jorge Alarte?
-(Duda). Yo propuse en mi asamblea la abstención pero la gente votó que no. Hay que atender a la militancia sin pensar en clave personal.
-¿En qué medida se siente responsable de la gestión del secretario general? Porque usted también ha sido parte del PSPV en estos cuatro años...
-Yo he estado fuera de la dirección en los últimos cuatro años. No obstante, he apoyado al secretario general en momentos muy difíciles cuando otros exigían que dimitiera. Pero creí mejor para el partido y para mi país respaldarle y mantener la estabilidad. Esto no se trata de quitarse un 'muerto' de encima: tampoco creo que la responsabilidad de la pérdida electoral tan grave en las elecciones sea solo del secretario general. Lo que sí es su responsabilidad es ver si hemos avanzado y si las cosas han ido bien o mal en general.
-¿Tomaría parte en algún acuerdo en el que usted no figurara como secretario general? ¿O todo se puede hablar?
-No veo un acuerdo de esas características ni lo considero razonable.
-¿Cree que podría funcionar una bicefalia en el PSPV?
-¿Por qué no? Lo que debemos conseguir es pensar en términos de proyecto y de equipo. Un liderazgo fuerte no tiene porqué estar basado en comportamientos cesaristas o autoritarios. Yo quiero ejercer un liderazgo compartido. No quiero que exista un único vocero, sino muchas voces dando la cara y siendo la imagen del partido.
-¿De qué aspirante se ve más alejado a día de hoy?
-Personalmente no me siento alejado de ninguno.
-¿Ha hablado con Jorge Alarte sobre algún acuerdo?
-No. Pero todos los acercamientos que se produzcan serán positivos porque tenemos que salir fuertes del congreso, con una dirección sólida y pensada en clave ‘sociedad valenciana'.
-¿Cree que hay posibilidades de alcanzar algún acuerdo con otros aspirantes para no llegar a un congreso sin unión?
-Por supuesto. El diálogo y la suma es una parte nuclear de mi proyecto. Todas las puertas abiertas para cualquier diálogo.
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