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MADRID. El plan de ayuda a las concesionarias de autopistas que el Ministerio de Fomento tiene sobre la mesa en estos momentos prevé ampliar las ayudas públicas por la vía de alargar el plazo de las cuenta de compensación de las citadas infraestructuras, pero también utilizar algunos incentivos a su alcance para fomentar las fusiones en el sector, algo parecido al Real Decreto de la reciente Reforma Financiera, según ha sabido Valencia Plaza de fuentes del sector.

Se trata de un asunto muy complejo y que están intentando en estos momentos desbloquear los Ministerios de Fomento y Economía, con la intención además, que los esquemas de ayudas que se aprueben no computen como déficit, tal como sucede con los existentes en la actualidad ya que las empresas tendrán que devolver todos los apoyos financieros que reciban.

TODO EL SECTOR

El Gobierno intenta impedir la quiebra de las últimas concesiones de peaje que se adjudicaron y construyeron y que se encuentran ahogadas financieramente. Desde el mayor coste de expropiaciones por sentencias judiciales como fue el caso de las radiales de Madrid hasta el desplome del tráfico como consecuencia de la crisis que en algunos casos ha llegado al 30%, han dejado los balances de estas concesionarias bajo mínimos y con una deuda financiera conjunta de más de 3.000 millones de euros.

Están afectadas por esta situación todas las radiales de Madrid, en donde se incluyen algunos tramos de M-50, pero también el Eje Aeropuerto (M-110), la Madrid-Toledo, Cartagena-Vera, Ocaña-la Roda, la circunvalación de Alicante y el Alto de las Pedrizas-Málaga. Y en mayor o menor medida participan en ellas todos los grandes grupos de infraestructuras nacionales, como Abertis, OHL, Globalvía del grupo FCC, Acciona, Sacyr, ACS, Comsa, Isolux, Ferrovial y Azvi.

El Ministerio trabaja con varios escenarios para intentar evitar la quiebra de todas estas concesionarias pero con un objetivo que se asemeja a la reciente reforma financiera que es el de fomentar fusiones en el sector. Y hay varias fórmulas de plantearlo.

FUSIONAR MADURAS CON NUEVAS

Inicialmente se pensó, y no está descartado todavía, que las empresas concesionarias en mejor situación económica y con concesiones muy maduras próximas a su vencimiento, fundamentalmente Abertis e Itínere, absorban a las que se encuentran cerca de la quiebra técnica y que como contrapartida el Gobierno les amplíe las concesiones están próximas a revertir al Estado. Pero es muy complicado técnicamente ya que la ley lo que dice es que hay que volver a licitar la autopista. Además, esta fórmula, de ponerse en marcha, dejaría la mayor parte del sector concesional español en manos de estos grandes grupos, sobre todo Abertis, del grupo Caixa.

Por ello están surgiendo nuevas posibilidades que estudian los ministerios afectados. Desde luego, hay unanimidad en el sector y parece que la Administración lo comparte, en que habría que ampliar las llamadas cuentas de compensación, aprobadas "in extremis" en la Ley Postal en la anterior legislatura, por las que Fomento cubre la diferencia entre los ingresos reales y los que se obtendrían con el cumplimiento del 80% de la previsión de tráfico, pero que tienen una fecha de caducidad de tres años.

CUENTA DE COMPENSACIÓN

El sector ha pedido ampliar este apoyo financiero hasta veinte años, a lo que no parece probable que acceda el Gobierno, aunque sí a un menor plazo. Se habla del entorno de diez años.

La cuenta de compensación, unos 80 millones por ejercicio, incluye anualmente la diferencia entre los ingresos de peaje que se hubieran producido de haberse alcanzado el 80% del tráfico previsto en el plan económico-financiero de la concesión y los ingresos reales, con la limitación de que la cantidad no supere el 49% de la suma entre los ingresos anuales de peaje reales y la cantidad a consignar.

Pues bien, otra de las fórmulas para fomentar fusiones sería elevar ese porcentaje del 49% a otro por determinar a las empresas que aborden un proceso de integración, es decir, poner una medida que incentive la concentración de concesionarias para crear grupos más sólidos. Esta medida tiene de positivo que marcaría una misma regla de juego para todos y no haría diferencias entre los que se encuentran financieramente mejor o peor y tampoco habría que modificar la ley para alargar concesiones existentes.

A TODA PRISA

Se han estudiado otras fórmulas más agresivas para salvar a estas autopistas, como podría ser limitar la velocidad en las vías alternativas sin peaje, para desviar a un mayor número de conductores a la concesionaria, pero no hay consenso al respecto o también una especie de reventa de derechos de explotación.

El Gobierno tiene mucha prisa en encontrar una solución a este conflicto, ya que se encuentra entre la espada y la pared al existir una responsabilidad patrimonial del Estado sobre estas concesiones que adeudan ya más de 3.000 millones. Por eso a nadie le interesa entrar en una cadena de quiebras. Se trata de evitarlo a toda costa y cuanto antes mejor.