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VALENCIA. Restan poco más de dos semanas para que se dirima el futuro de los socialistas valencianos para los próximos años. A día de hoy, los cuatro aspirantes a liderar el PSPV confían públicamente en su capacidad para disponer de los avales suficientes para presentarse (105 de los 525) y por ello consideran sus posibilidades intactas para alcanzar la victoria.

¿Qué tipo de victoria? La dificultad para que el partido no salga debilitado tras una confrontación de candidatos es alta. Desde el entorno del actual secretario general del PSPV, Jorge Alarte, apuntan a la opción de generar un consenso que permita una lista única en el cónclave que evite lo que se prevé como una batalla que abra heridas difíciles de restañar.

No es menos cierto que el actual líder se encuentra en una posición muy delicada. Dispone de los avales suficientes para luchar por reeditar su mandato, pero juegan en su contra dos factores no poco importantes: en primer lugar, la posibilidad de que su gestión sea rechazada en masa el viernes congresual; en segundo, el escenario propicio para que se produzcan pactos entre otros aspirantes que le aboquen a la derrota. Demasiadas variables para controlar.

A día de hoy, las dos ‘minorías' mayoritarias dentro del PSPV de cara al congreso son la que lidera el propio Alarte y la encabezada por el diputado nacional Ximo Puig, considerado el aglutinador de la corriente ‘lermista'.

Fuentes del entorno del actual líder socialista considera que la posibilidad de llegar a un acuerdo que evite la confrontación congresual va dirigida, precisamente, a alcanzar un pacto con el sector de Puig con el objetivo de "construir una gran mayoría". La intención, según señalan, sería conformar una candidatura única de integración en la que cupieran todos partiendo de ese acuerdo. De hecho, Alarte apuntaba a un escenario diferente al de pugna de cara al congreso y hablaba de una "sorpresa" para la próxima semana: se especula con un sondeo del partido que indicara una mejoría respecto al PPCV. Un posible salvavidas para evitar o minimizar el rechazo a la gestión.

Por otro lado, en las últimas semanas, ha flotado la idea de un posible pacto entre otro de los aspirantes, Francesc Romeu, y Jorge Alarte. Sin embargo, fuentes cercanas al secretario general del PSPV apuntan a un acercamiento a Puig. "Es difícil, pero no imposible", reconocen fuentes del entorno de Jorge Alarte, quienes también desconfían de que un pacto con Romeu fuera suficiente para la victoria. En cualquier caso, el mayor problema, lógicamente, es el sacrificio que uno de los aspirantes deberá realizar: la renuncia a la secretaría general. De momento, las posiciones están enrocadas: Puig pedirá que Alarte no se presente y Alarte no está dispuesto a renunciar a la secretaría general.

ROMEU BUSCA EL APOYO DE RUBALCABA

En cuanto a Romeu, sigue jugando sus bazas. Mientras los otros aspirantes se muestran escépticos sobre si dispondrá de los avales mínimos, fuentes de su candidatura afirman tenerlos "asegurados". El aspirante, además, busca el apoyo del secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, a quien respaldó en el Congreso Federal frente a Carme Chacón. Para Romeu significaría un ‘plus' a su candidatura obtener el espaldarazo de Ferraz en forma de freno a Alarte.

Desde su entorno, esgrimen como argumento disponer de la "llave" del congreso dado que, según sus cuentas, el apoyo de Romeu sería "definitivo" para cualquiera de los otros dos aspirantes mayoritarios. No obstante, en las otras candidaturas se percibe como una fotografía "irreal" del partido realizar una concesión como la secretaría general a un aspirante que dispone de menor número de delegados que Puig y Alarte.

Un callejón sin salida. Esa es la situación a día de hoy. El partido camina hacia un nuevo encontronazo en el próximo congreso: otra noche de viernes congresual de pasillos y despachos buscando delegados y pactos a marchas forzadas. Si el PSPV no encuentra una solución en dos semanas, se prevé un nuevo ‘show' del socialismo valenciano.