MADRID. El Real Decreto de reforma financiera promovido por el ministro de Economía, Luis de Guindos, y cuyo eje central es fomentar las fusiones entre entidades, está provocando a un mes de su aprobación efectos precisamente contrarios a los que buscaba, han asegurado a Valencia Plaza fuentes financieras.
Ahora mismo, Unicaja está cambiando de opinión en su anunciada integración con Caja España-Duero al alterar el Real Decreto las reglas del juego que se habían pactado, lo hace dudar otra vez al desconfiado presidente del grupo malagueño, Braulio Medel. Y en Bankia, se ha abierto una guerra de imprevisibles consecuencias entre Caja Madrid y Bancaja a cuenta de la valoración del Banco de Valencia y los porcentajes de las antiguas cajas en el nuevo grupo financiero a causa de nuevas pretensiones de su presidente, Rodrigo Rato, de cargar una buena parte de las provisiones que tiene que hacer contra reservas en lugar de contra beneficios y el escaso margen que Economía le deja en este sentido.
Desde el pasado mes de septiembre la malagueña Unicaja tenía cerrado un acuerdo de integración con las antiguas Caja España y Caja Duero, pero las nuevas normas provenientes del Real Decreto de Guindos obligan a las entidades en este proceso a mayores provisiones, lo que no es problema para Unicaja que se encuentra muy saneada, pero sí para el grupo castellano leonés, que debería provisionar otros 1.140 millones.
Estas nuevas exigencias derivadas del Real Decreto de primeros de febrero ponen una sombra a esta fusión, que hasta la fecha era perfectamente factible. Medel además es un experto en salirse antes de que le apriete a mordaza, ya que hasta la fecha se ha escapado in extremis de algunas posibles integraciones, con Caja Castilla La Mancha y Cajasur, y es seguro que no le temblará el pulso en hacerlo una vez más si el Banco de España y el Gobierno no acceden a sus peticiones para seguir adelante con la que tiene planteada.
Y sus peticiones solo pueden ser dos, o esperar a que la entidad castellano leonesa se saneé por sí misma antes de efectuarse la integración con Unicaja, o que el Frob tire de cartera con ayudas públicas y abra un Esquema de Protección de Activos (EPA) cercano a los 1.200 millones de euros con la intención de protegerse de las posibles consecuencias de las provisiones que España-Duero tenga que hacer por sus suelos, viviendas y promociones.
Unicaja ya ha informado al regulador que sus nuevas necesidades de provisiones tras el Real Decreto se elevan a 691 millones y que no tiene problemas con ello. Sin embargo, Caja España-Duero es otra cosa, al acumular 525 millones del Frob1 que usó para su creación, y haber asegurado que con su fusión con Unicaja obtendría los 463 millones que le exigía el anterior decreto de recapitalización del Gobierno de Zapatero. Añade ahora que de seguir con sus planes de fusión con Unicaja podría también cumplir con los nuevos 1.140 millones que le exige el Real Decreto del ministro Guindos.
Otra posible intervención
Así que las espadas están en alto, pendientes todos los actores de esta historia del Banco de España y del ministro de Economía, pero con la amenaza de que si fracasa esta fusión o no se improvisa otra antes del próximo 31 de marzo, fecha límite para comunicar oficialmente los casamientos, la entidad de Castilla-León quedaría abocada a ser intervenida por el Frob.
En el caso de Bankia, la situación es otra, pero también viene provocada por el real Decreto de Guindos de primeros de febrero y las nuevas exigencias de provisiones.
Provisionar contra reservas
Su presidente, Rodrigo Rato, que inicialmente coqueteó con Isidro Fainé para una fusión con Caixabank del agrado de Guindos, ha optado con el apoyo del PP por el camino de la independencia y por intentar consolidar antes de que otro le consolide a él. Pero el Real Decreto le exige un alto nivel de provisiones adicionales, unos 4.000 millones, y además Guindos está negándole la posibilidad de que las haga contra reservas como pretendía Rato.
Y es aquí donde entra la nueva valoración sobre el Banco de Valencia decidida por Rato, lo que ha abierto la guerra interna por las cuotas de poder entre Caja Madrid y Bancaja en BFA, según algunas fuentes consultadas. La auditoría en curso para revisar el peso del Banco de Valencia y por consiguiente de Bancaja-Caja Madrid, parace el camino elegido por Rato para que Bankia tenga la posibilidad de cargar contra capital los saneamientos para cumplir con los nuevos requisitos de provisiones, pese al rechazo que hasta ahora está mostrando Economía a estas intenciones.
Bankia, apelando la primera valoración del Banco de Valencia y también a la normativa contable internacional, que prevé que si en los doce meses posteriores al acuerdo de fusión se dan causas que cambian los acuerdos iniciales, puede realizar saneamientos contra reservas y no contra resultados, y busca a toda costa escapar del cerco al que le tienen sometido Fernández Ordóñez desde el Banco de España y Guindos desde Economía.
Rato necesita tiempo
Rato apela a que tendrá que provisionar contra reservas ya que tendrá que hacer más saneamientos por la anterior valoración del Banco de Valencia, por eso ha forzado que se haga otra auditoría, ya que necesita tiempo, que los reguladores le permitan el plazo suficiente para consolidar su propio proyecto sin necesidad de fusionarse con ninguna otra entidadad en las fechas que le exige el Real Decreto.
Pero ni Fernández Ordóñez ni Guindos parecen estar por la labor si nos atenemos a las reticencias que le han puesto para pujar por Unnin, finalmente adjudicada al BBVA. El presidente de Bankia necesitaría tiempo ya que además en el camino, aunque a más distancia, hay otras subastas de entidades intervenidas como Catalunya Caixa y Novacaixagalicia que pueden venir con un pan debajo del brazo al contar con esquemas de protección de activos.
Todos creen tener la razón
Se trata de un conflicto en el que todos tienen razones para defender su actuación. Para Guindos y Fernández Ordónez, con necesidades de efectuar la reforma cuanto antes por la más que peligrosa situación económica española, la ley ha cambiado y dice lo que dice, así que hay que cumplirla. Ni Medel ni Rato, que por cierto se llevan muy bien, pueden saltársela.
Por el contrario para ambos presidentes, les han cambiado las reglas a mitad de partido, a uno antes de fusionarse, Unicaja, y a otro después, Bankia, por lo que se consideran más que legitimados en sus reivindicaciones.
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