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la escopeta valenciana

SGR, ese compendio de ‘virtudes'

C.S.. 07/03/2012 Si fuera necesaria una explicación práctica sobre la situación de la empresa y la economía valenciana podría bastar con el ejemplo de la Sociedad de Garantías Recíprocas de la Comunidad Valenciana para comprenderlo

VALENCIA. La Sociedad de Garantía Recíproca (SGR) valenciana podría vanagloriarse de saltarse un buen número de los mandamientos del buen empresario. Veamos: Primer mandamiento, transparencia. Durnte los últimos años no ha habido manera de conocer fehacientemente las interioridades del balance de esta sociedad de carácter público o semipúblico (participada por el Instituto Valenciano de Finanzas, la CAM y Bancaja, o sea, el Sabadell y Bankia) si no es a través de filtraciones.

Hasta hace un par de años anunciaba unos resultados convenientemente aliñados para que ¡alehop!, ni frío ni calor, ofrecieran invariablemente cero pérdidas, cero ganancias... Eso sí, paga regularmente desde hace mucho tiempo los servicios de la conocida agencia de comunicación Lobby Comunicación para que le cuide la (mala) imagen.

Renovación de órganos gestores: fallo total. Su director y presidente también llevan lustros al frente de la sociedad sin que nadie en su consejo de administración ni entre sus accionistas se plantee de forma pública el recambio (en privado es otra cosa). Nadie conoce -mas bien nadie afirma conocer- las razones reales de porqué José Manuel García Puchol, director general de la firma, y José Roca, presidente y a su vez presidente de la patronal castellonense, superan una y otra vez los mandatos manteniéndose firmes en el puesto a pesar de la evidente decadencia de la SGR durante los últimos años.

Dispersión de riesgos. ¿Para qué? Como tantas entidades financieras nacionales, durante la burbuja la SGR-CV se puso las botas avalando negocios inmobiliarios, con o sin pies ni cabeza. El resultado a la vista está: un nivel de morosidad insoportable que la puede conducir a su disolución. En círculos empresariales se afirma -aunque este diario no lo ha podido confirmar- que incluso se cuentan entre los fallidos algunos miembros de la dirección de la sociedad. En el resto de las entidades financieras en la misma situación han sido reemplazados sus gestores, pero aquí permanecen inalterables. Ahora esperan, como tantos, a que la Generalitat pague los 30 millones de euros que les adeuda para mantenerse a flote, pero lo tienen difícil...

Austeridad y contención de gastos. ¡Qué me dices! La SGR adquirió en 2007, en los albores de la crisis y tal como publica el diario Levante-EMV, una flotilla de vehículos de alta gama para uso y disfrute de su director general, los delegados en Alicante y Castellón y el director de Operaciones. Poca cosa, BMW, Mercedes y Jaguar...

Opacidad, morosidad, concentración de riesgos, dependencia de la Administración, derroche... (incluso podríamos atisbar casos de nepotismo) todas ellas ‘virtudes' que dan de hablar entre los empresarios y los altos cargos de la Administración. La mayoría de acuerdo en que la SGR tiene que cambiar. Todo el mundo en la pomada, todos cuchichean. Pero nadie propone cambios... salvo su disolución si la Generalitat no paga. Es el pecado nacional: incapacidad para reaccionar cuando la situación se tuerce. Así va el país.

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2 comentarios

perez escribió
07/03/2012 19:33

Amigo Serranos, se nota que no eras del Consejo de Administración, para ellos, manga ancha, en todos los sentidos, menuda tropa, a ver ahora quien paga este desaguisado

Serranos escribió
07/03/2012 08:14

La SGR es desde hace muchos años un Bluf. Trabajar con permanentes apoyos de la Generalitat via aampliaciones de capital, aportaciones al Fono de Provisiones Tecnicas, Reafianzamientos de has el 75% (40% de la Generalitat y 35% de Cesgar) era un chollo. Los auditores llevaban lustros siendo los mismos. Siempre decian lo mismo. Y a cambio, y por lo que estamos leyendo estos dias, suculentos repartos de bonus a final de año y coches de alta gama. Y no crean que era facil conseguir un aval, porque se la cogian con papel de fumar. Y tampoco era barato entre la compra de participaciones, comisiones de estudio, comisiones de aval. Y ademas recibiendo a los sufridos empresarios en un ambiente de ostentacion ¿Conocen Vdes. las instalaciones? Y si encima ahora la Generalitat cede y les da los 30 millones, a seguir viviendo en la opulencia. Lo mejor que podria suceder es que la SGR actual cerrara. Y ya se reinventaria otra cosa con otros.

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