MADRID. El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha viajado a Argentina y podría encontrarse a la espera del discurso de la presidenta Cristina Kirchner durante la apertura de sesiones ordinarias del Congreso que tendrá lugar hoy, ya que no se descarta que pueda haber novedades sobre las presiones a las que el Gobierno argentino está sometiendo a Repsol a cuenta de YPF.
Hace semanas que hay una ofensiva, una especie de campaña de agitación previsiblemente instigada desde el propio Gobierno contra la petrolera española, a la que acusan no invertir lo suficiente y de repatriar a España los dividendos de YPF.
El grupo de presión peronista La Cámpora, controlado por Máximo Kirchner, hijo de la presidenta, está siendo muy agresivo contra la petrolera española en distintos frentes.
Nueva escalada de la tensión
Ayer mismo, la Comisión Nacional de Valores (CNV) de Argentina, declaró "irregulares e ineficaces" las resoluciones adoptadas en la última reunión del consejo de YPF en la que el grupo español impidió el acceso de funcionarios del Gobierno argentino, tras la denuncia del representante del Gobierno en el consejo de YPF, Roberto Baratta, lo que vuelve a elevar la tensión y se puede interpretar como otra provocación al grupo petrolero español.
El director financiero de Repsol YPF, Miguel Martínez, explicó ayer en la presentación de resultados de la petrolera que Brufau se encontraba en Argentina pero sin dar más explicaciones, aunque dejó claro que la intención del grupo español es mantener su participación del 57,4% en YPF, pese a los crecientes rumores sobre una posible renacionalización de la empresa por parte del Gobierno Kirchner.
El Ejecutivo de Buenos Aires, que no ha confirmado ni desmentido estas conjeturas, controla sólo el 0,2% de las acciones de YPF pero tiene poder de veto.
Compra de una participación
La prensa argentina informaba ayer que su Gobierno podría buscar el control de la petrolera a través de un proyecto de ley que permitiría al fondo de pensiones público Anses, controlado por el Ejecutivo, comprar acciones de YPF. Según el diario Ámbito Financiero, la iniciativa ya contaría con el visto bueno de los ministerios de Economía y de Planificación. Este matutino señala también que el Congreso debería aprobar rápidamente el proyecto, para que luego el Ejecutivo comience una rueda de negociaciones con los principales accionistas privados de YPF, la española Repsol y el grupo Petersen, que controla la familia Eskenazi.
Otro camino pero mucho más complicado, añade el diario, sería buscar una suerte de intervención en la empresa, una estrategia que le podría suponer más obstáculos legales ya que el caso YPF difiere de otros casos como los de TGN y Metrogas, dos compañías del sector energético que fueron intervenidas por el Gobierno tras declararse en suspensión de pagos porque ambas prestaban servicios públicos.YPF, en cambio, dice el rotativo, es una compañía privada y su actividad se rige por normas distintas a las de TGN y Metrogas por lo que la figura de una intervención judicial no cuadraría en el caso.
También se ha especulado con la posibilidad de que fueran las regiones productoras de crudo las que tengan intención de entrar en el capital de YPF. Hay que recordar el reciente caso de Aerolíneas Argentinas, que fue renacionalizada y enajenada por el Gobierno argentino a sus anteriores propietarios, el grupo español Marsans que controlaban los empresarios Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual.
Política de inversiones
Las autoridades argentinas, informa Efe, acusan a la compañía de ser responsable de problemas de abastecimiento de combustible, la caída en la producción y la falta de inversiones, pese a que YPF duplicó sus inversiones en Argentina en exploración y refino en 2011, tal como ha explicado la compañía en numerosas ocasiones.
No se descartaría en este sentido que Brufau proponga elevar aún más las inversiones para evitar cualquier acción hostil que pudiera ser irreparable. Directivos de la petrolera han confirmado que el objetivo del viaje de Brufau es solucionar "diversas cuestiones" sin entrar en más detalles. En cualquier caso las acciones de YPF volvieron a caer ayer en Argentina, igual que las de Repsol en Madrid, que bajaron un 4,82%, aunque algunas fuentes creen que podría deberse a los resultados que presentó la compañía, con unos beneficios en 2011 que cayeron un 53% frente al año anterior, aunque alcanzaron los 2.193 millones de euros.
Repsol YPF justificó este descenso de beneficios por la caída de la producción en Libia y la suspensión del Programa Petróleo Plus en Argentina, referencia esta última que ayer también cayó muy mal entre los medios de comunicación argentinos.
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